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Epígrafe


“Si el presente es de lucha, el futuro es nuestro”.


A las generaciones futuras [fragmento]


III

Vosotros, los que emergéis de la marea

en la que nosotros nos hundimos

pensad

–cuando habléis de nuestras debilidades–

en los sombríos tiempos a los cuales escapasteis.

Nosotros deambulamos

–a menudo cambiando más de país que de zapatos–

a través de las guerras de clase

desesperados

cuando no había sino injusticia y ninguna protesta.

Desde entonces sabemos con certeza:

también el odio contra la bajeza

desfigura los rasgos.

También la cólera contra la injusticia

enronquece la voz. Ay, nosotros

que quisimos preparar el campo para la amistad

no pudimos ser amistosos.

Pero vosotros, cuando hayáis llegado tan lejos

que el hombre sea una ayuda para los hombres

pensad en nosotros con indulgencia.


Bertolt Brecht

Papá, cuéntame otra vez


Papá, cuéntame otra vez ese cuento tan bonito

de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo,

y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,

y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda.


Papá, cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis

estropeando la vejez a oxidados dictadores,

y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis La Sorbona

en aquel Mayo francés en los días de vino y rosas.


Papá, cuéntame otra vez esa historia tan bonita

de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia,

y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo,

y cómo desde aquel día todo parece más feo.


Papá, cuéntame otra vez que tras tanta barricada

y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,

al final de la partida no pudisteis hacer nada,

y bajo los adoquines no había arena de playa.


Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba

se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,

y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos, ya no hay parias,

pero tiene que llover, aún sigue sucia la plaza.


Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,

qué lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París,

sin embargo, a veces pienso que al final todo dio igual:

las ostias siguen cayendo sobre quien habla de más.


Y siguen los mismos muertos podridos de crueldad.

Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.

Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.

Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.


Ismael Serrano

1968: Historia de un acontecimiento

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