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SEÑORAS DEL AIRE

Al igual que el resto de las aves, las rapaces tienen el cuerpo cubierto de plumas. Útiles para volar, las plumas permiten también mantener su cuerpo a una temperatura constante. Por ello, deben conservar siempre su plumaje en perfecto estado: toman baños y limpian con esmero las plumas, y las impermeabilizan impregnándolas con el aceite segregado por la glándula uropigial, situada en la base de la cola.

Aunque hermoso, su plumaje suele ser poco llamativo, combinando tonos marrones, negros y grises. La razón de estos colores discretos es muy simple, son cazadoras y deben pasar desapercibidas, camuflándose con el entorno. Poseen también unas garras afiladas y un pico fuerte y curvo que utilizan para inmovilizar y matar a sus presas.

Las rapaces se dividen en dos grandes grupos: las diurnas y las nocturnas. Las primeras pertenecen al orden de las falconiformes, cazan durante el día, lucen una esbelta figura, poseen una vista muy aguda y vuelan rapidísimamente.

Pertenecientes al orden de las estrigiformes, en cambio, las segundas tienen un cuerpo rechoncho, el pelaje suave y un vuelo lento, pero silencioso, con un oído excepcional que les permite percibir los más leves sonidos y su vista está adaptada a la visión nocturna.






Águila de cabeza blanca bañándose para limpiarse las plumas.

Las Aves Rapaces

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