Читать книгу Escritura de tesis de posgrado - María Isabel Pozzo - Страница 16
4. La tesis como proyecto personal
ОглавлениеLa tesis no es un emprendimiento solitario. Si bien la autoría es individual, la tesis se realiza cuanto menos bajo la supervisión de un director, tutor o mentor, como se lo denomina en distintas latitudes. En algunos casos, la conformación del equipo se completa con un codirector por diversos motivos. Por ejemplo: un director experto en el tema que reside en otra ciudad puede ser complementado con un codirector local que contrarreste la distancia física con el director. La trayectoria en formación de recursos humanos es otro dato muy importante, así como el conocimiento del métier de la investigación. Y un rasgo fundamental es la buena relación entre ellos y con ustedes: coincidencia teórica o al menos respeto mutuo y compromiso compartido.
La comunicación de los avances es uno de los temas a acordar en el equipo. Los desarrollos tecnológicos van generando nuevas formas que será conveniente explorar. Por ejemplo, si hasta recientemente el correo electrónico había eximido de la necesidad de imprimir y/o consultar personalmente, la posibilidad de alojar información en la nube facilita, entre nuevas posibilidades, socializar archivos de gran tamaño. Compartirlos u optar por la opción “Cualquiera con el link puede ver” o “Editar” (Anyone with the link can view/edit) simplifica la circulación de avances.
El ritmo de producción es otro tema de gran complejidad, considerando que generalmente los tesistas son profesionales full time. Los plazos límite (o deadlines, en inglés) suelen ser un gran “estímulo” (aunque no el más saludable) para ponerse a escribir. Más allá del grado de autonomía que cada uno pueda tener, cuando hay un tope de tiempo al que atenerse, extremamos los esfuerzos. Es una estrategia que las instituciones también implementan para fomentar la productividad de los tesistas. Otra opción es optimizar el tiempo. “Escribir mejor en menos tiempo” suena realmente como la fórmula de oro, aunque la tesis, por su mera extensión y complejidad, insume un tiempo insalvable. Una sugerencia al respecto puede ser ponerse metas en la lectura de la tesis: por ejemplo, “voy a verificar que todos los conceptos centrales estén definidos” o “que el diseño metodológico responda a los objetivos”. En este contexto, una preocupación excesiva por la ortografía, por ejemplo, puede desviarme de la meta propuesta. La edición del texto es una tarea fundamental, pero podemos dejarla para más adelante, cuando el contenido de la tesis esté más definido, a menos que mi ortografía sea realmente mala y pueda resultar avergonzante si no la reviso antes de hacer un envío al director de tesis.
Otra estrategia paralela a la de la lectura puede ser ponerse metas en la escritura de la tesis. En tal sentido, presentar los avances parciales de la tesis en eventos académicos (congresos, jornadas, etc.) o en publicaciones proporciona un gran estímulo a lo largo del extenso recorrido de la investigación, en tanto ellos se organizan en torno a plazos estrictos que nos impulsan a concretar.
En síntesis, tras este capítulo me interesa que reparen en las cuestiones comunicativas (persuasión, argumentación), institucionales (asimetría de poder, etc.) y personales que se ponen en juego en la actividad de escribir una tesis más allá de la naturaleza predominantemente académica de su producto.