Читать книгу Pasado y presente continuo de la memoria de los familiares de desaparecidos. El caso de Simón en Justicia y Paz - Marcela Patricia Borja Alvarado - Страница 7

Agradecimientos

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Quiero empezar agradeciendo al Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional de Colombia, por incluir como distinción académica para los estudiantes de pregrado la admisión automática para programas de posgrado. El haber sido beneficiaria de esta distinción fue uno de los impulsos en el camino de esta investigación y la continuidad de mis estudios.

De manera paralela, quiero agradecer muy especialmente a la doctora Léster María González Romero, quien, creyendo en el talento de jóvenes abogados, nos brindó a egresados de la Nacional la oportunidad de acompañarla en la Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, en donde surgió esta idea de investigación. Por su voto de confianza, sus enseñanzas y tenacidad como profesional y como mujer.

A todos aquellos con quienes tuve la oportunidad de intercambiar opiniones durante mi estadía en el Tribunal y discutir una nueva visión del derecho en lo que es un sistema de justicia transicional, en especial al doctor Jorge A. Cruz, por dedicar una parte considerable de su tiempo para ello.

Un agradecimiento muy especial a Óscar Andrés López Cortés, por haber creído en mis ideas, incluso mucho antes de que se pudieran consolidar; por la apertura de espacios desinteresados, sus valiosas sugerencias, lecturas y críticas en la deconstrucción de mis ideas, pero sobre todo por ayudarme a cuestionar mi camino como profesional. Gran parte de los lineamientos plasmados en este documento surgieron de su acompañamiento como tutor en este proyecto y de las largas discusiones que sostuvimos.

A la Fundación para el Análisis de la Seguridad y la Atención a Poblaciones (PAAS) y a todos los que han hecho parte de ella, por conformar un espacio de pensamiento libre y de proyectos ambiciosos. A su director, Ricardo Antonio Cita Triana, y a Adriana Romero Sánchez, por formar un excelente equipo de trabajo y ser ejemplo e inspiración de superación, persistencia y motivación. Del mismo modo, a Hobeth Martínez Carrillo, con quien desde hace ocho años he tenido la fortuna de compartir espacios de trabajo, y se ha convertido en un indispensable apoyo en momentos de soledad y dificultad en el camino de la investigación, por su tiempo, aportes y palabras de aliento en los momentos indicados.

Al profesor Dr. Bernd Marquardt, por brindarme su apoyo, ánimo, consejos, y asumir la dirección de mi tesis en su culminación. Además, por depositar su confianza en mí y brindarme la posibilidad de acompañarlo en sus clases y en su grupo de investigación como becaria asistente docente. Así mismo, al Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional de Colombia, por financiar gran parte de mis estudios de maestría a través del Sistema Nacional de Becas para estudiantes de posgrado.

A mis compañeros de maestría, en especial a Pablo Ignacio Reyes Beltrán, Ivonne Patricia León Peñuela, Stephanía Pinzón Hernández, Omar Camilo Mejía Ardila y Nydia Cecilia Díaz Pérez, por los espacios compartidos. De igual manera, a Hugo Pineda y David Rodríguez, a quienes tuve la fortuna de conocer durante los últimos años, y estuvieron prestos a colaborarme, abiertos a discutir y a hacerme sugerencias. Así mismo, a los miembros y cercanos del grupo de investigación de Constitucionalismo Comparado, por su soporte y seguimiento.

A mi colega Sneither Cifuentes Chaparro, por brindarme su mano y entablar un puente con Federico Andreu y la Comisión Colombiana de Juristas durante mi búsqueda de casos de desaparición forzada. Aprovecho además para resaltar la valiosa labor de las ONG Familiares Colombia, Fundación Nydia Erika Bautista y Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (ASFADDES), organizaciones que trabajan por las víctimas de este delito.

A Myriam y Antonio, padres de Simón, por permitirme entrar en un espacio íntimo y conocer sus vivencias con ocasión de la desaparición de su hijo; por su valentía y perseverancia durante tantos años. Espero serles fiel con este trabajo y contribuir un poco en la reivindicación de la historia que han querido dar a conocer. Durante etapas de frustración y desaliento, el compromiso adquirido con ellos fue la fuerza que me impidió abandonar esta investigación.

A mi familia y amigos, por comprender mis prioridades; por creer en mí y en mi trabajo; por estar pendientes y ser mi impulso durante estos años. A mis padres Azael y Arcelia, por dejarme ser. A mi hermano Azael Fernando, por darme la alegría de ser tía y contar con la afortunada coincidencia de que mi sobrinito Julián naciera el día internacional del derecho a la verdad. A Miguel Antonio Borja, por escucharme, compartir sus experiencias en el campo investigativo y por sus valiosos aportes. A Hernán Borja, por sus sugerencias y lecturas. Al pequeño Miguel Ángel Alvarado, por su paciencia, compañía, apoyo y colaboración. A mis amigas Paula Camargo, Paola Pizza y Laura Gómez, por su fidelidad; a Leidy Coronel Batidas, Ruth Eliana Torres Patiño, Camilo Augusto Delgado Rodríguez, Diana Isabel Pérez Zafra, Natally Duarte Hincapié, María Angélica Bejarano Puello y Ana Marlén Garzón Urrego, por escuchar mis ideas y preocupaciones, así como por participar de ellas.

A Ivonne Astrid Hernández Avendaño, Mayra Alejandra Coy Cómbita y Fabián Andrés Rojas Bonilla, así como a la Biblioteca Pública de la Universidad Nacional de La Plata en Buenos Aires, por sus aportes a mi tesis. A todo el equipo, personal académico y administrativo de la Maestría en Derecho, el Área Curricular y demás dependencias de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales, en especial, a Andrea del Pilar Hernández y a Fernando Celi, por su invaluable colaboración y acompañamiento durante todo este proceso. También al Grupo Institucional de Danza Árabe de la Universidad Nacional de Colombia, y a su directora María del Mar Pinzón, por su apoyo, comprensión y espacios de distensión, reflexión y aprendizaje.

Antes de terminar, quisiera dedicar unas cortas líneas a honrar a quienes nos abandonaron durante la escritura de este documento en su último año de avance: a mi abuela María, el más grande ejemplo de amor y sabiduría; a mi abuela Ana Rosa, por su dedicación a la familia; a Julio González, Octavio y Marcelino, así como a Dianita González Franco, un ejemplo de mujer integral, y a Antonio, quien no pudo ver el resultado de esta investigación, pero que confío esté reunido ahora con su hijo en la eternidad.

Por último, debo reconocer una deuda con algunos autores que no quedaron incluidos en este trabajo pero que espero retomar en un futuro, con el tiempo y el debido respeto, ya que fue necesario poner un punto final. Así mismo, quiero finalizar extendiendo mis agradecimientos a quienes fueron mis estudiantes, a Laura María Poveda Chicuazuque, a quien le auguro un exitoso futuro, y a todos aquellos que conocieron algo de mi investigación y a quienes se interesen en ella.

Pasado y presente continuo de la memoria de los familiares de desaparecidos. El caso de Simón en Justicia y Paz

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