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PRÓLOGO Por Roberto Monteverde (*)

Al abordar un nuevo texto suelo ir en busca de tres cosas: encontrar planteos innovadores, ver ordenadas ideas que tenía sueltas, reconocer que se está en una búsqueda similar. En este breve libro hay aportes significativos para cubrir cada una de esas expectativas, pero particularmente me interesa resaltar la última, que se relaciona con nuestra tarea cotidiana como equipo de trabajo vinculado a procesos reales que se dan en las ciudades de la Argentina y América Latina.

La reflexión teórica, el análisis de casos, la revisión crítica de lo producido, las jornadas disciplinarias, los encuentros internacionales, aportan más herramientas para comprender mejor los nuevos procesos urbanos de están dando en esta etapa del siglo XXI. Pero si esta tarea no está acompañada de “una bajada a tierra”, de un aporte para tratar de resolver lo cotidiano, de dar pautas de trabajo a los gestores locales para intentar cambiar el territorio que habita, quedará a mitad de camino.

El ejercicio de “complejizar” la mirada para “simplificar” la actuación no es sencillo de realizar, pero el problema es que no todos se lo proponen; en este caso el autor se anima. Toda simplificación deja cosas afuera; para quienes su tarea es únicamente la reflexión eso tal vez resultaría inadmisible pero, para los que se proponen actuar se presenta como indispensable.

Desde el comienzo del libro se marca una cancha diferente; el autor amplía el mapa de actores que se relaciona con la gestión urbana identificando como destinatario a “quien tenga o desee tener alguna responsabilidad en el futuro de su ciudad, sea su área de trabajo, estudio o interés la gestión pública, los negocios privados o la militancia política o social”. El conocimiento profundo de lo que está pasando en los territorios, el mantener un diálogo fluido con quienes se vinculan con la academia y los que gestionan en lo cotidiano, le da a Marcelo Corti el respaldo necesario para plantear ideas simples al alcance de cada uno de los destinatarios, con la seguridad de que sus ideas serán accesibles y darán orientación para la actuación.

Al mismo tiempo nos deja una preocupación conceptual importante para quienes intentamos incidir en los procesos de desarrollo de las ciudades cuando plantea “…vamos entonces a (y en buena parte ya estamos en) una sociedad de minorías entremezcladas, asimétricas, de reclamos parciales y cruzados, muy distinta de la ciudad de clases que conocimos en el siglo XX”. No es un tema menor repensar cómo en ese nuevo contexto se construye un proyecto colectivo que reúna y articule esas miradas parciales y, agrego, en donde cada minoría suele estar convencida que su causa es “la causa”, la clave fundamental capaz de resolver la totalidad de los problemas de los lugares que habita.

Finalmente tengo que reconocer que leer este texto me llevó al recuerdo de una situación vivida hace mucho años en una importante ciudad costera de la Argentina. Veníamos animando un proceso de planificación estratégica, que movilizó una gran masa crítica de actores locales, entre ellos un grupo de curas jóvenes. En algún momento estas personas nos cuentan que de un modo similar intentaban trabajar en sus parroquias, reflexionar estratégicamente para ver de qué manera otras creencias no seguían captando a sus fieles. Del mismo modo realizaban presentaciones conceptuales sobre la situación y luego dinámicas de taller para identificar acciones. En el cierre de una de estas jornadas una mujer se acerca al cura que coordinaba la actividad y le dice “todo muy lindo y muy interesante lo que estamos haciendo Padre, pero el fin de semana, ¿dónde llevo la virgencita?”.

Seguramente los que aborden las próximas páginas, actores preocupados por un futuro sostenible e inclusivo de nuestras ciudades, podrán encontrar ideas sobre las que repensar su enfoque sobre las ciudades, replantearse algunas estrategias y seguramente alguna pista sobre qué hacer en los próximos días con la virgencita.

*- Roberto Monteverde es arquitecto (FAPyD, Universidad Nacional de Rosario). Es Director de Proyectos del IGC (Instituto de Gestión de Ciudades, www.igc.org.ar), un equipo de profesionales de la actividad privada y académica dedicado al diseño, planificación e implementación de políticas y proyectos urbanos. Ha coordinado, dirigido o participado en numerosos planes y procesos participativos de planificación urbana y regional, como por ejemplo el Plan Estratégico Urbano Territorial de San Miguel de Tucumán y el Plan Urbano de Mar del Plata. Fue Responsable de la Oficina de Coordinación del Plan Estratégico de Rosario durante el período 1996/2000, en el que fue además el Coordinador Técnico de la Unidad Temática de "Planificación estratégica de la red Mercociudades". Dictó conferencias, escribió artículos y ponencias, dictó y organizó cursos de capacitación sobre planificación estratégica de ciudades en la Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil.

Diez principios para ciudades que funcionen

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