Читать книгу Parches del alma - Marie Proaño - Страница 16

Оглавление

Capítulo III

Aprendiendo a hacerme fuerte,

era necesario.

Luego a mis 16 años un nuevo dolor visitaba las puertas de mi corazón perdí a uno de mis mejores amigos Carlos Palacios eso me marcó mucho.

Una semana antes de que el muriera lo encontré en una fiesta bailamos mucho esa noche, el tenía 24 años estaba un poco pasado de copas y decidió irse a casa, pero dentro de mi yo sentía una sensación extraña como si algo muy triste estuviera por suceder, ¿no soportaba esa sensación y salí corriendo a verlo mientras se iba y lo vi que caminaba por un callejón oscuro muy lento pisadas en el aire y sentía que se alejaba de mi y dije Dios porque siento esto? Realmente sentía que algo le iba a pasar, una semana después se fue a la playa en un tour de esos que se hacían barriales en temporada de playa en guayaquil. Esa noche antes del tour me asomé a la ventana de mi habitación que daba a la calle y lo vi enfrente de casa tomando mucha cerveza con amigos del barrio no paraba de observarlo tenía un presentimiento muy malo, pero me fui a dormir.

Esa fue la última vez que lo vi, ellos partieron a las 5 de la mañana, luego al caer la tarde cuando ellos ya tenían que regresar, eran las 5, 6, 7, de la tarde y no llegaban, pero ya había rumores que alguien se había ahogado, cuando llegaron y vi bajar a su hermano del autobús lo primero que dije fue: ¡¡¡Carlos no!! por favor Carlos no!! ¡Y escuche los gritos, el llanto de su hermano y su desgarro! ¡Empecé a gritar y a llorar con mucho dolor solo decía no! no! mi amiguito no, era tanto el dolor y el vacío que sentía, que no había palabras para describir un dolor tan desgarrador, Él murió ahogado para salvar la vida de una chica, ella se salvó! a El se lo llevo un remolino, su cuerpo fue encontrado a los cuatro días de desaparecido, cuando apareció lo llevaron en una camioneta hasta su casa, recuerdo que fue por la mañana, mi prima me fue a despertar y me dijo Marie tienes que ser fuerte y estar tranquila, le dije: que paso? y mi prima me respondió ya trajeron el cuerpo de Carlos si quieres ve hasta su casa lo tienen en la calle todavía.

Tome valor, me arregle y camine una cuadra hasta su casa, vi su cuerpo tendido, envuelto en un plástico blanco, aun lo tenían en la camioneta, solo me quede parada en la esquina, no me animaba a seguir avanzando. solo lo miraba y lloraba sin parar. ¡Mi amigo había partido! ¡Yo sentía que fue el cambio de una vida por otra! Hoy guardo los mejores recuerdos de un gran amigo que nunca olvidare, un amigo que en medio de tantas tristezas que yo tenía, él me saco las más bellas y mejores sonrisas del mundo.

Gracias, gracias, gracias Carlos Palacio.

Parches del alma

Подняться наверх