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Introducción

La figura de la azafata aparece por primera vez en los años 30 en una aerolínea estadounidense.

Al principio, muchos dudaban de la utilidad de este papel: mujeres frágiles y atractivas cuyo peso no debía superar los 52 kilos, su altura los 163 centímetros, de menos de 25 años, vestidas con el mismo uniforme, rigurosamente graduadas en enfermería, que invitaban amablemente a los pasajeros a ocupar su asiento en el avión.

Con el paso de los años, su figura y su papel han sufrido numerosos cambios.

En 1940, tras el ataque a Pearl Harbour, fueron reclutadas en aviones militares para servir a su patria.

En 1950 se redactó el primer manual de la azafata perfecta: fuerte como un soldado, cariñosa como una madre, disponible como una geisha, informada como una guía turística.

En los años 60 y 70, las azafatas fueron motivo de orgullo por representar a las compañías aéreas y se les comparó con modelos.

Eran vistas como mujeres dotadas de belleza, deseables y envidiables, que tenían la posibilidad, no al alcance de cualquiera, de viajar y de conocer el mundo.

En 1960, en el periódico New York Times, una estadística estadounidense describió a las azafatas como «mujeres perfectas» porque, tras caminar 300 millas entre los sillones de aquí para allá, parecían muy experimentadas y demostraban su resistencia al cansancio.

Con la llegada de la revolución feminista y de las posteriores conquistas en materia de derechos de la mujer, en 1971 se anuló la norma que les prohibía casarse; en 1974 su sueldo se equiparó al de los hombres; en 1975 se eliminó la prohibición de maternidad, y en 1979 se suprimieron los límites de peso.

A día de hoy, la principal responsabilidad de una azafata es garantizar la seguridad de los pasajeros a bordo de los aviones, así como de asistirlos durante el vuelo.

Vida De Azafata

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