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Prólogo
ОглавлениеEste libro es un merecido homenaje a la vida y obra de José Libardo Porras (Támesis, 1959 - Medellín, 2019). Una iniciativa de la Editorial EAFIT que hace justicia a un escritor cuya obra merece ser recordada y reeditada, no solo por el lugar que ocupa en la literatura colombiana, sino también por el testimonio que como hombre y artista nos legó. Sobresalen sus novelas, numerosas, aunque también escribió excelentes cuentos y bellos poemas. Su prosa es clara, limpia y tiene un estilo muy propio, fácilmente reconocible en todos sus escritos.
José Libardo fue un hombre cabal. Fiel a sus amigos, fiel a sí mismo y a su escritura –a la que con entereza dedicó su vida, renunciando a la posibilidad de vivir “acomodado”, en el doble sentido de la palabra, para dedicarse por entero a la creación, en un país en donde, ciertamente, a los autores los dejan a merced de sí mismos, con escasos apoyos–. Y tuvo la fortuna, gracias a su talento, de ser reconocido con múltiples premios, tanto nacionales como locales.
Creo que nunca lamentó el rumbo que le dio a su existencia. Fue un ser libre; vivió de acuerdo con sus dictados y convicciones, con dignidad, sin perseguir prebendas, limpiamente y sin compromisos ni ataduras que le enredaran su oficio.
La primera edición de este libro fue publicada por la Biblioteca Pública Piloto en 1984 con el título Es tarde en San Bernardo. En 2015, el Ministerio de Cultura, en su colección virtual Lecturas de las Regiones, publicó una versión corregida y aumentada por José Libardo, con el nombre de El ruido de los jóvenes, que se publica ahora como homenaje póstumo.
La historia transcurre en San Bernardo, un barrio que hace parte de la comuna de Belén, ubicada en la zona suroccidental de Medellín; así la describe el autor:
Al sur de Belén, en el sector de El Rincón, en límites con Guayabal, vivían los pobres del barrio; los ricos vivían en Rosales, al norte, en límites con Laureles. En el medio se hallaba San Bernardo, donde habitaban gentes ni pobres ni ricas, familias que consumían más carne y más leche que las de El Rincón, pero mucho menos que las de Rosales (p. 17)
San Bernardo, como muchos otros lugares de Medellín, nació como resultado del desplazamiento; sus gentes llegaron a la ciudad provenientes de diversos pueblos de Antioquia y se asentaron para buscar la vida que corría riesgo en sus terruños de origen.
Parafraseando las palabras de Reinaldo Spitaletta, en su programa de Radio Bolivariana, Anverso y reverso, la ciudad de Medellín ha contado con autores que han sabido mostrarla, que dan vida a la historia de los barrios en donde vivieron, su origen y sus particularidades. José Libardo Porras es sin duda uno de ellos. El ruido de los jóvenes muestra el nacimiento de una comunidad; sus habitantes; las anécdotas; las circunstancias dramáticas que signaron a Medellín, durante una época en donde el narcotráfico y la violencia se enseñorearon en la ciudad, y la forma como sus habitantes las enfrentaron, para bien o para mal.
El libro se construye mediante relatos cortos y certeros, como si se tratara de un organismo en el que cada uno de sus miembros interactúa con los otros y al mismo tiempo tiene su propia manera de ser y de estar en el mundo.
En este entorno, mientras crece, el narrador evoca, sopesa y aprende de diferencias sociales y económicas; de distintas maneras de valorar y de pensar. Sus personajes están retratados con eficacia, despojados de inútiles apariencias, al desnudo. A través de su mirada conocemos a los mayores, a los profesores, a los amigos, su forma de actuar, los rumbos que algunos decidieron para sus vidas, el despertar sexual, los primeros amores, los sueños, los fracasos.
El niño asombrado se convierte en adulto mientras los límites de su entorno se amplían y la ciudad se transforma junto con él y con sus compañeros de infancia. Los derroteros de cada uno estarán determinados por el entramado social que los circunda, por sus pasiones y sus circunstancias.
Es valiosa esta apuesta de la Editorial EAFIT. Autores como José Libardo Porras, con una obra consistente y extensa, deben ser leídos por las nuevas generaciones para que su eco repercuta y nuestra ciudad tenga una historia, un testimonio estético de su trasegar y de sus transformaciones. El departamento de Antioquia, en particular, y nuestro país, todo, está en mora de continuar con esta tarea.
Emma Lucía Ardila J.