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Filosofía y religión en el mundo romano
ОглавлениеTodos los que vivían en el mundo que produjo el Nuevo Testamento fueron influenciados directa o indirectamente por distintos patrones de pensamiento que los griegos y romanos llevaron a las tierras que dominaron y ocuparon. La gente de esa era fue heredera de los tres filósofos griegos más grandes: Sócrates (ca. 470-ca. 399 a. e. c.), Platón (ca. 428-ca. 348 a. e. c.) y Aristóteles (384-322 a. e. c.), y, hasta cierto punto, el pensamiento de la mayoría de la gente estaba formado por lo que estos maestros habían enseñado. Por cierto, se podría decir que el pensamiento de la gente hoy día todavía se ha formado con las ideas expuestas y exploradas por estos pensadores influyentes.
Sin embargo, los eruditos del Nuevo Testamento centran más su atención en ciertos movimientos filosóficos que eran populares durante el período en el que se escribieron los documentos del Nuevo Testamento. Entre ellos están los siguientes:
•El cinismo: La orientación que hacía énfasis en la autenticidad radical, el repudio a la vergüenza, la simpleza en el estilo de vida y en el deseo de poseer solamente lo que se obtenía natural y gratuitamente.
•El epicureísmo: La orientación que hacía énfasis en el libre albedrío, cuestionaba el destino y estimulaba la obtención del verdadero placer por medio de la evasión de la ansiedad, la concentración en el presente y el disfrute de todas las cosas en moderación.
•El platonismo: La orientación que hacía énfasis en la realidad de un mundo trascendental de «ideales» que apoyan todo lo que es físico o terrenal.
•El pitagorismo: La orientación que hacía énfasis en el valor del razonamiento inteligente, la memoria y la honestidad radical, todo al servicio de una búsqueda para obtener armonía de ideas, y de cuerpo y alma.
•El estoicismo: La orientación que hacía énfasis en la obtención de virtud a través de la aceptación del destino, con base en la noción de que todas las cosas son predeterminadas y que hay lógica en todo lo que transpira en el universo.
Los eruditos del Nuevo Testamento detectan la influencia de estas escuelas filosóficas en varias maneras. A Pablo se le describe interactuando con filósofos epicúreos y estoicos en Hechos 17:16-34, pero el impacto de la filosofía griega y romana se puede detectar incluso cuando no hay razón para sospechar el contacto directo. Josefo, un historiador judío romano del siglo I, pensaba que los esenios (que produjeron los Rollos del Mar Muerto) eran similares a los pitagóricos, y que los fariseos tenían mucho en común con los estoicos. De igual manera, muchos eruditos modernos han observado similitudes entre los primeros seguidores de Jesús y los filósofos cínicos (p. ej. en su renuncia al materialismo y condición mundana). Varias cartas del Nuevo Testamento (incluso 1 Corintios, Gálatas y Santiago) hacen uso de la «diatriba» y otras formas de argumento retórico que eran populares entre los filósofos cínicos y estoicos. La Carta a los Hebreos frecuentemente se lee como una interacción con la filosofía platónica, y el concepto del «Logos» en Juan 1:1-18 también le debe mucho a esa escuela de pensamiento. Las «pláticas en los banquetes» que Jesús da en el Evangelio de Lucas (7:44-46; 14:7-14) y los discursos largos que da en el Evangelio de Juan (5:19-47; 6:25-70; 7:14-52; 8:12-59; 10:1-18, 22-39; 12:23-36; 14:1-16:33) son similares en cuanto a estilo y contenido a los escritos de diversas escuelas filosóficas.
esenios: judíos ascetas, separatistas que vivían en comunidades privadas; probablemente debe identificárseles con el grupo que vivió en Qumrán y conservó la biblioteca de manuscritos conocidos como los Rollos del Mar Muerto.
Rollos del Mar Muerto: la colección de documentos judíos que fueron copiados y conservados entre 250 a. e. c. y 70 e. c. Véase «esenios», «Qumrán».
Por supuesto, no todos en el mundo romano se habrían identificado como seguidores de una de estas escuelas particulares. Los campesinos judíos de Palestina quizá no habrían distinguido uno de otro. Aun así, estas filosofías representan la clase de pensamiento que estaba «en el aire» en ese entonces. Representan los esfuerzos por responder las preguntas que prácticamente todos se hacían: ¿Cuál es el propósito, meta o bien supremo en la vida? ¿Está todo predeterminado o puede la gente tomar decisiones que afecten el resultado de sus vidas? ¿Hay vida después de la muerte? ¿Cuál es el secreto de la felicidad? Hasta las personas sin educación de los rincones más remotos del imperio (p. ej., los pescadores, pastores o carpinteros galileos) tendían a pensar en cosas como estas, y a orientarse de una manera más compatible con un sistema filosófico que con otros. Naturalmente, la gente entonces (así como ahora) también podía ser ecléctica e inconsecuente, que se aferra simultáneamente a nociones derivadas de escuelas que los mismos filósofos quizá no habrían considerado compatibles.
diatriba: estrategia retórica que se deriva de la filosofía griega, en la que un autor argumenta con un oponente imaginario proponiendo objeciones y luego respondiéndolas.