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En el horizonte: El gnosticismo
ОглавлениеUno de los acontecimientos más significativos para el cristianismo del siglo II fue el surgimiento del gnosticismo, el movimiento religioso o perspectiva que atrajo a muchos cristianos y llegó a ser el azote de muchos líderes eclesiásticos prominentes, que buscaban defender la fe ortodoxa de lo que ellos llamaban la «herejía gnóstica». Es difícil definir el gnosticismo porque, como fenómeno religioso e ideológico, tomó varias formas y tuvo muchas expresiones distintas (por ejemplo, piense en lo difícil que sería definir exactamente lo que se quiere decir con la religión o filosofía de la «nueva era» hoy día). El gnosticismo también demostró una capacidad extraordinaria para la integración con religiones y filosofías distintas: había judíos gnósticos, cristianos gnósticos y paganos gnósticos. Sin embargo, en última instancia, el matrimonio del gnosticismo con el cristianismo demostró ser especialmente efectivo, y a lo largo de los siglos II, III y IV, las versiones gnósticas del cristianismo constituyeron las alternativas principales para lo que generalmente consideramos cristianismo «convencional». Había cientos de iglesias cristianas gnósticas, completas con su propio clero, obispos, liturgias y todos los demás accesorios de cualquier sistema religioso organizado. Los gnósticos también escribían sus propios evangelios, que contaban historias de Jesús de maneras que reflejaban sus intereses particulares y luego les ponían una fecha anterior a los libros, atribuyéndoselos a los discípulos de Jesús o a conocidos cercanos. En Egipto se descubrió una biblioteca de escritos gnósticos, en Nag Hammadi en 1945, y la disponibilidad de esa literatura ha realzado grandemente nuestra comprensión de la diversidad cristiana.
herejía: falsa enseñanza, o enseñanza que no se conforma a los estándares de una comunidad religiosa.
Todas las expresiones diversas del pensamiento gnóstico se derivan de una actitud realmente dualista, que considera el «espíritu» como fundamentalmente bueno y la «materia» como fundamentalmente mala. De esa manera, el mundo físico en general y los cuerpos humanos individuales en particular, se entiende que son prisiones materiales en las que las almas o espíritus divinos han estado atrapados. La forma más predominante de gnosticismo conocida para nosotros sostenía que el mundo fue creado por un dios malo, o por lo menos inferior, conocido como el demiurgo. Los seres humanos son básicamente espíritus eternos, que fueron capturados por el demiurgo y ahora están confinados en cuerpos de carne, en un mundo de materia. Los cristianos gnósticos creían que Cristo había venido como un redentor espiritual (disfrazado como ser humano) a impartir conocimiento secreto (griego, gnōsis). Este conocimiento permite que los iluminados sean liberados de su existencia material y que se den cuenta de su verdadera identidad como seres espirituales. Las implicaciones de semejante sistema de fe para la vida en este mundo variaban drásticamente. Muchos gnósticos (probablemente la mayoría) sostenían que la liberación de la carne implicaba la renuncia a los placeres corporales y a los intereses materiales: estimulaban la virginidad, el celibato, el ayuno, las dietas estrictas y otros aspectos de un estilo de vida asceta y austero, que les permitiría llegar a ser más espirituales. Pero otros gnósticos llegaron a la conclusión opuesta: participaban libremente en toda forma de excesos libertinos debido a que ya que el espíritu es todo lo que importa, lo que uno hace con la carne es completamente irrelevante.
dualismo: la tendencia de separar los fenómenos en categorías notablemente opuestas, con poco espacio para algo en medio (p. ej., considerarlo todo ya sea como «bueno» o «malo»).
asceta: estricto o severo religiosamente, especialmente en cuanto a la abnegación o renuncia de los placeres mundanos.
Tenemos que hacer énfasis en que el gnosticismo parece ser un acontecimiento de los siglos II, III y IV; no hay prueba de que el movimiento como tal tuviera alguna adherencia en la época en la que se reporta que ocurrieron los eventos en el Nuevo Testamento, ni cuando se estaban escribiendo los libros del Nuevo Testamento. No obstante, los eruditos históricos no piensan que un movimiento como este simplemente haya aparecido totalmente formado a mediados del siglo II; la suposición es que, las ideas y tendencias que definirían posteriormente al gnosticismo tuvieron que haber estado presentes antes. De esa manera, ha llegado a ser común para los eruditos del Nuevo Testamento hablar de un «protognosticismo» casi invisible y mayormente no identificado, como parte del ambiente que constituyó el mundo del Nuevo Testamento. El apóstol Pablo escribe de la distinción entre «lo que es de la carne» y «lo que es del espíritu» (Ro. 8:4-13; Gá. 5:16-26; 6:8). El Evangelio de Juan y las cartas juaninas resaltan que Jesús no era solamente un ser espiritual, sino más bien un hombre con cuerpo de carne real (Jn. 1:14; 1 Jn. 4:2). Los textos como estos (hay muchos más) parecen indicar que el gnosticismo estaba «en el horizonte»: la gente ya pensaba en las clases de cosas que el gnosticismo buscaría tratar, a veces de maneras que eran compatibles con los documentos del Nuevo Testamento, y otras veces de maneras que eran radicalmente distintas a esos escritos.