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Ivethe Noriega Herazo

La belleza de la poesía

Por: Rafael Toncel y Alejandro Anaya

Programa de Antropología

“El ser poeta me ha permitido comprenderme, explorarme, crear, disfrutar desde lo estético y ser libre. Más que una decisión, es una elección, en el elegir se consuma la plenitud de la autonomía y, en ella, la responsabilidad que esa elección implica. Responsabilidad conmigo, con los otros y con la poesía misma”.

Nació en Bogotá en 1977. Se crio en Barranquilla y en Santa Marta. Estudió Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad del Magdalena y es magíster en Literatura Hispanoamericana y del Caribe en la Universidad del Atlántico. Ha obtenido varias becas de creación. Alcanzó el primer puesto en el Salón Regional de Artistas (2000) y el segundo lugar en el Concurso de Poesía y Cuento Joven del Magdalena (2012). Su obra poética y sus artículos de investigación se han publicado en diferentes periódicos del país, revistas y antologías poéticas. Ha participado como ponente en congresos nacionales e internacionales de literatura. También obtuvo la Beca Distrital de Poesía Creadores con Trayectoria en el área de literatura con “Perdidas en el tiempo” en el 2019, en Barranquilla.

Ha publicado el libro de creación literaria y plástica Palabras, mariposas y pinceles, una nueva mirada a Macondo (2014) y el poemario Del mar, canto náufrago (2015). Se ha desempeñado como directora del taller de creación literaria de la Casa-Museo Gabriel García Márquez y del taller literario Libertad Bajo Palabra de la cárcel Modelo de Barranquilla, Inpec-Mincultura. Actualmente, se dedica a la docencia en artes plásticas, a la gestión y asesoría cultural. Es miembro de la Fundación Caribe (pensamiento, cultura y literatura del Caribe)

Rafael: ¿Por qué se dedicó a la poesía?

Ivethe: Bueno, creo que fue más que una decisión cerebral o calculada, una suma de azares, premoniciones y placer. El ser poeta me ha permitido comprenderme, explorarme, crear, disfrutar desde lo estético y ser libre. Más que una decisión es una elección, en el elegir se consuma la plenitud de la autonomía y, en ella, la responsabilidad que esa elección implica. Responsabilidad conmigo, con los otros y con la poesía misma.

Alejandro: ¿Cree que ser poeta en este tiempo es una bendición, una estupidez o algo maravilloso?

Ivethe: Para mí, el ser poeta es algo maravilloso, me ha brindado la posibilidad de compartir, desde la palabra, imágenes, metáforas, símbolos de mi visión, mi sentir, mi estar y enfrentarme al mundo, es algo inigualable. Creo que cada sujeto comprende el ser y el hacer poético desde sus propias incertidumbres, vacíos, miedos, cualidades o experiencias. Para algunos puede ser una bendición, para otros puede ser una estupidez; en fin… Pero, sin duda alguna, es un acto de valentía, pues eres tú, sin máscaras ni secretos… El poeta, el verdadero poeta se descubre, se desvela e inevitablemente asume las consecuencias de esa revelación.

Rafael: ¿Influyó su familia para que escribiera poesía?

Ivethe: Indudablemente. Mis padres desde muy pequeña propiciaron espacios, visitas a la biblioteca, lecturas de cuentos en voz alta, con su ejemplo motivaron mi acercamiento a la literatura. En mi casa siempre existió un lugar para los libros y tiempo para leer. Recuerdo con mucho cariño las lecturas que en la noche nos hacía mi mamá: El lazarillo de Tormes, los cuentos enigmáticos de Las mil y una noches, entre otros. Luego, cuando inicié mis caminos poéticos en el taller literario Jorge Luis Borges de la Universidad del Magdalena, dirigido por el escritor Martiniano Acosta. Mis padres siempre me acompañaban en los recitales, en las presentaciones. Ese apoyo ha seguido a través del tiempo y la distancia. La dedicatoria de mi libro de poesía Del mar, canto náufrago es para mi familia, para mis padres, mis hermanos y mis hijos.

Alejandro: ¿Ha publicado en revistas?

Ivethe: Sí, he publicado en revistas literarias, páginas web, periódicos y antologías poéticas. En el 2014, coordiné la publicación del libro de creación plástica y literaria con niños de Aracataca, Palabras, mariposas y pinceles, una nueva mirada a Macondo, proyecto apoyado por la Universidad del Magdalena y el Ministerio de la Cultura. En el 2015, nació mi primer poemario: Del mar, canto náufrago, publicado con Collage Editores.

Rafael: Según lo consultado, ¿ha realizado muchas conferencias de literatura?

Ivethe: Desde el 2011 he desarrollado diversas investigaciones en el campo de la literatura, siempre desde la obra de escritores del Gran Caribe y en especial del Caribe colombiano: Héctor Rojas Herazo, Gabriel García Márquez, Dereck Walcott, Alejo Carpentier, Marvel Moreno, entre otros. Hablando de ellos, he participado como ponente en conferencias y seminarios nacionales e internacionales.

Alejandro: Tengo la impresión de que también tiene bastante relación con la pintura…

Ivethe: Claro, mi relación con las artes plásticas nace desde mis estudios profesionales, mi quehacer artístico siempre ha transitado por estos dos lenguajes, tanto desde la esfera investigativa como creativa. Para mí es tan necesario escribir como crear desde lo plástico, el performance, las instalaciones, los collages o las pinturas. La creación fluye y se retroalimenta, las formas de expresión cambian, pero la voz es la misma.

Rafael: ¿Qué piensa del movimiento feminista?

Ivethe: El movimiento feminista ha sido un proceso de luchas y conquistas sociales, políticas y económicas por parte de mujeres de todo el mundo. Gracias a esto, hoy podemos participar en igualdad de condiciones con los hombres en muchos espacios y campos de desempeño laboral, profesional y político que apenas hace unos años estaban vedados para las mujeres. El feminismo, más allá de los clichés, es y ha sido un espacio necesario de reivindicaciones y transformaciones socioeconómicas, ciudadanas y políticas.

Alejandro: ¿Cree que ser mujer y poeta le ha abierto las puertas o se las ha cerrado?

Ivethe: Creo que el hecho de ser mujer, la naturaleza de lo femenino se ve reflejada en mi obra poética, la fecunda y la alimenta de cierta manera. Eso es lo realmente importante. La poesía como fruto de esta naturaleza. No siento que mi condición de género me haya cerrado o abierto puertas. La poesía en su magia fluye en su inmaterial sabiduría.

Rafael: ¿Cómo ve el panorama de la poesía en Santa Marta a nivel femenino?

Ivethe: De mucho dinamismo y calidad literaria, con grandes proyecciones a nivel nacional e internacional, en publicaciones y participaciones en festivales, recitales y encuentros poéticos. Podría mencionar a Angélica Hoyos, Samarys Polo, Monique Facuse, María Trinidad Quintero, Ruby Sierra, Ebelis Corzo, Polidora Gómez y muchas más que hoy constituyen un universo de voces poéticas coherentes, sólidas y comprometidas con la poesía.

A manera de una breve muestra:

Urbana

Bancas, faroles, perros,

la ciudad estática en un póster…

Pared al alba, pared en ocaso,

los ancestros nos dejaron el cielo

como héroes tratamos de sostenernos,

y no olvidar los códigos

escuchando las huellas del viento.

En un acto poético,

la lluvia en su sereno estremecimiento

recoge los escombros

de los cuerpos profanados.

La ciudad acecha,

busca una presa desnuda.

Evas

¿De qué manera la ausencia fragua sus cuerpos?

Calabazos de un cosmos primigenio

líquido fuego que se cristaliza en los poros.

En sus cabellos,

raíces trenzadas de agua

se esconde el enemigo.

Guardianas de lo Absoluto,

pueblan la tierra,

es su silencio mineral,

vaho de noche que conquista a los hombres.

Son hijas de los huesos,

herederas del universo,

lloran a sus hijos sembrados en la tierra

atrás la infancia y el baile de cometas.

Señoras de la manzana,

poéticas pecadoras del alabastro,

el mar agoniza en su vientre.

Cobijo coral,

cobijo pluma,

dulces espíritus,

es el deseo su alimento,

la incertidumbre su morada

en el día a día, en el café de las mañanas,

en la lucha de las bocas,

lengua, saliva, miel.

Evas

Encuentro,

barro,

vida.

¿La traición dónde está?

Rostros de Santa Marta

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