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BUENOS AIRES

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17 de febrero

Odio los aeropuertos. Para todo hay que hacer fila y esperar. La puerta que me corresponde todavía no está abierta. Me siento cerca de la ventana, pongo a cargar el teléfono y abro el Grindr. Enseguida me escribe un español que espera el mismo vuelo que yo. Intercambiamos un par de fotos y acordamos encontrarnos en el baño. Desenchufo el celular y miro en esa dirección. Me parece verlo. Adentro está haciendo pis en uno de los mingitorios. Es morocho, algo musculoso y un poco más alto que yo. Debe de tener unos cuarenta años. Estamos solos, no hay nadie más. Me pongo al lado y saco la pija. Enseguida pasa de gomosa a dura. Los dos estamos al palo. Nos miramos y me la agarra. Mientras me la acaricia, mira para todos lados y me la chupa un toque. Solo la cabeza. Un par de lengüetazos y entra alguien a limpiar. Volvemos rápido a nuestra posición original. “Esto no pasa en Madrid”, me dice en voz baja. Sacude la pija, se sube el pantalón y sale. Yo espero un poco y hago lo mismo. Cuando me vuelvo a sentar, recibo otro mensaje suyo: “en el avión la seguimos”.

Nuestros asientos están cerca. Yo voy un poco más adelante, él va atrás con otro tipo que entiendo que es su pareja. Deben de tener una relación abierta porque todo es muy obvio. Durante el viaje miro tres películas: I, Tonya, Ladybird y Jumanji: Welcome to the Jungle. Cada tanto me doy vuelta, pero nuestras miradas no se cruzan. Cuando se atenúan las luces, voy al baño que está cerca de su asiento, pero parece dormir. Entro y enseguida escucho que tocan a la puerta. Abro y es él. Se mete y traba la puerta. Yo ya estoy con la pija al aire con una gota de pis que le cae y al toque se me pone dura. Se da vuelta, se llena de saliva el culo y se la mete. Se siente espectacular. Sorprendentemente dilatado, lubricado y cálido. No hay mucho espacio para moverse. Estoy tan excitado que acabo enseguida. Sin decir nada, se vuelve a levantar el pantalón y sale. Yo me quedo limpiándome un poco. Cuando vuelvo a mi asiento, lo veo abrazado a su novio con los ojos cerrados.

Nunca nunca nunca quisiera volver a casa

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