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ОглавлениеPRESENTACIÓN
Desde los primeros trabajos preparatorios esta investigación ha tenido varios cambios debidos a la propia evolución del tema. La primera transformación fue el título y todo lo que ello implicaba. Con el nombre de El artista-artesano en la Valencia medieval, 1370-1472, se iniciaron las pesquisas, pero la propia búsqueda documental y las lecturas hicieron que con la intención de mejorar y perfeccionar la visión de la pintura medieval se redujera la cronología y se ampliaran aspectos tan interesantes como la demanda y el mercado del arte. La primitiva fuente de inspiración fueron el conjunto de artículos de Joaquín Yarza sobre el artista artesano en la Corona de Aragón, y por otra parte el deseo de comprender y discernir, creemos que ni siquiera ahora podemos decir descifrar, el periodo del gótico internacional en Valencia, la situación laboral del pintor medieval en el reino valenciano y la red de relaciones personales, familiares o laborales de los clientes y mecenas.
El punto de vista empleado por el doctor Yarza resultaba completamente diferente de los habituales trabajos sobre descripción formal e iconográfica y, sobre todo, de identificación y atribución de las obras, tan frecuente en este periodo.1 En la actualidad la mayoría de los estudios sobre pintura en la Edad Media se centran en analizar las obras y asignarlas a un artista o a un taller en un intento, muy loable, por asimilar un periodo y la evolución de la historia de la pintura. Pero en el caso del gótico internacional en Valencia, por las obras conservadas y la documentación conocida, no existe un acuerdo generalizado sobre los maestros y sus pinturas, cambiando las atribuciones según unas observaciones o análisis meramente formalistas, y aunque existen y existirán estudios con muy buenos resultados, a falta de nueva documentación, nos encontramos en una callejón muy estrecho con calles sin salida, por lo que el cambio de perspectiva podía proporcionar, por lo menos, unos resultados diferentes. Por ello se ha dejado para otros estudios y artículos el análisis formal e iconográfico de las obras y los problemas de atribución.
Se trata de estudiar un periodo de la historia de la pintura valenciana a partir de la historia social, con unas preguntas y unas respuestas concretas que permitan la comprensión y la asimilación del desarrollo del gótico internacional en Valencia, en el marco de conceptos generales como el tipo de clientela que encarga pinturas y su relación con las obras que solicita, la llegada de artistas extranjeros, el modo de producción de los talleres valencianos, las estrategias de producción, los vínculos familiares entre diferentes artistas y los lugares de venta y aprendizaje. Además de otros aspectos más concretos como el cauce por el que un pintor como Pere Nicolau llegó a desempeñar un papel tan importante dentro del mundo artístico valenciano, la forma en que maestros como Gonçal Peris, Jaume Mateu o Antoni Peris ocuparon una función artesanal propia tras la muerte de Nicolau dentro del mercado del arte del reino, las conexiones entre Starnina y Miquel Alcanyiç o Pere Nicolau y Marçal de Sas, además de la tupida malla de contactos entre los clientes del periodo, o las circunstancias que explican la activa producción artística durante estos años, conformando a la ciudad en una de las capitales artísticas del gótico internacional.
Posiblemente, la vía para conseguir estos resultados haya sido ver la pintura como un oficio más, y, de hecho, si se observa el índice es posible adecuarlo a cualquiera de las artesanías medievales. Actualmente se asiste a un resurgir de los trabajos de tipo social, donde se estudian los diferentes oficios de la ciudad, tales como los notarios, los mercaderes o los especieros,2 como un tipo de investigación extendido entre los historiadores medievales. Los buenos resultados de estos estudios pueden ser la base para conocer más a fondo la figura del pintor y la producción artística medieval durante el periodo del gótico internacional. Igualmente, los excelentes análisis que han proporcionado los trabajos de los últimos años sobre arte y economía corroboran aun más una línea de estudio centrada en la historia social. Las obras de historia económica de Richard Goltdwaithe y Michael Montias,3 o los congresos publicados sobre mercado del arte y economía, centrados en aspectos artísticos y sociales, como las publicaciones de North, Ormod, Fantoni, Matthew, Matthews-Grieco, Fontaine, o la XXXIII Semana de Estudios de Prato,4 entre otros, han sido una base muy importante sobre la que se ha desarrollado una parte de este trabajo.5
El estudio tiene tres pilares fundamentales: la historia social, centrada en el análisis de los pintores como grupo artesanal y el tipo de demanda que ejercía la sociedad valenciana bajomedieval; la historia económica sobre la que bascula el capítulo del mercado del arte, sin cuyos datos no habría sido posible abordar y completar la visión del periodo; y la propia historia del arte, que nunca ha sido dejada de lado, y se desliza por todos los capítulos en un intento de comprender el papel que desempeñaron artistas y obras en el desarrollo de la pintura internacional en Valencia.
Para abordar correctamente un trabajo de estas características se ha estudiado detenidamente la documentación sobre el artista medieval en los territorios de la Corona de Aragón, con los que más afinidad tenía el análisis del pintor en el reino de Valencia.6 Pero igualmente se ha tenido muy en cuenta la bibliografía internacional sobre este tema y periodo, especialmente con Italia, en los que la comparación resultaba un medio idóneo para confrontar noticias o aportar luz a una situación que probablemente fue muy similar en toda Europa. El otro gran puntal sobre el que se apoya la investigación es el trabajo de archivo desarrollado durante estos años en Valencia y Barcelona (el Archivo del Reino, el Archivo Municipal, el Archivo de Protocolos del Colegio del Patriarca en Valencia, y el Archivo de la Corona de Aragón, el Archivo Histórico de Protocolos de Barcelona y el Archivo de la Catedral de Barcelona). Todo lo cual permite hablar de un análisis documental que asciende a más de 450 registros, y que se traduce en la aportación de 10 nuevos contratos de pintura, una asociación, una subcontrata, una tasación, varios acuerdos para la elaboración de la madera de un retablo, dos contratos de aprendizaje, y otras noticias con información relevante sobre la vida artística de la ciudad de Valencia.
Las fechas se centran en el periodo del gótico internacional por las propias características del periodo que lo hacían especialmente propenso al estudio del artista-artesano, a la movilidad de los maestros o a la producción de retablos. Aunque los años más interesantes giran alrededor de 1390, es en 1370 cuando la ciudad de Valencia solicita el compromiso de Llorenç Saragossà de residir en la ciudad, en un intento de adquirir los servicios de uno de los mejores pintores, según palabras del monarca Pedro IV el Ceremonioso. Este hecho que se puede parangonar con otros similares en ciudades italianas marca un punto sin retorno que fue favorecido por el trabajo en la ciudad de Francesc Serra II, Francesc Comes o Esteve Rovira de Chipre, mostrando el cambio de mentalidad y el deseo de crecimiento social, empleando como herramienta al arte y sus cultivadores. Y la fecha máxima es la de 1430, un año antes de que Lluís Dalmau emprendiera su viaje a Flandes, por encargo del monarca Alfonso el Magnánimo, con la finalidad de conocer y aprender la nueva pintura flamenca, por su consideración de data clave para la introducción del nuevo estilo en los territorios de la Corona de Aragón. Aunque se atiende tanto a las obras como a los maestros del internacional que sobrevivieron y confeccionaron más allá de este momento.
El presente estudio se encuentra lejos de las biografías de artistas del periodo internacional –aunque en algún momento lo parezca–, tampoco se trata de un análisis exhaustivo del gótico internacional en Valencia, sino una visión sobre los clientes, los modos de producción y el mercado en aquellos aspectos que parecen más interesantes o especialmente valorados y significativos. El propio título: Retablos, prestigio y dinero. Talleres y mercado de pintura en la Valencia del gótico internacional, ya indica una orientación dirigida al estudio del tipo de demanda, con un análisis concreto de determinadas personalidades especialmente significativas, como el infante Martín, y luego rey Martín I, el obispo de Cerdeña, Joan de Becciaco, los canónigos de la catedral de Bernat Carsi, Francesc Martorell, Miquel del Milacre, Rodrigo de Heredia, Pere Guitardi, además de burgueses y nobles como Alfonso de Aragón, o el Viejo, Pere Torrelles, Vidal de Blanes, Nicolau Pujades, entre otros, y el tipo de obras religiosas que solicitaban. El segundo capítulo, núcleo de la investigación, se centra en los modos de producción y desarrollo del trabajo del pintor dentro del taller, con un estudio de los diferentes tipos de maestros que desplegaron su actividad en la ciudad, la labor de los aprendices y su jerarquía de taller, y los lugares de venta. La última parte, y la conexión entre el cliente y el pintor, es el estudio del mercado del arte en Valencia, con el análisis de las novedades técnicas que favorecieron la práctica de la pintura en Valencia, que garantizaron el éxito de los encargos y el deseo de los clientes de solicitar obras de arte como aspectos sociales que hicieron posible una actividad artística como la documentada en la ciudad de Valencia durante el periodo del gótico internacional.
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Me gustaría agradecer a mis directores de tesis, Amadeo Serra Desfilis y a Miguel Falomir Faus, el apoyo mostrado y los inspiradores consejos e ideas que hemos compartido durante años. Tras la lectura de la tesis esta investigación se enriqueció de las sugerencias e indicaciones de los miembros del tribunal: Joaquín Yarza Luaces, Andrea De Marchi, Francesca Español, Jesús Criado Mainar y Juan Vicente García Marsilla, a los cuales agradezco sus consejos y la atenta lectura que hicieron de la investigación.
Este trabajo no hubiera sido posible sin la beca de investigación otorgada por la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana iniciada en noviembre de 2001, y su ayuda en las estancias de investigación en el Warburg Institute de Londres, el Departamento de Estudios Medievales de la Institució Milà i Fontanals, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Barcelona y el Kunsthistorisches Institute de Florencia. Centros donde he encontrado el apoyo intelectual de Charles Hope, Maria Teresa Ferrer Mallol, Roser Salicrú, Carl Strehlke y Maria Teresa Filieri. Siempre estimulante fue el intercambio documental y científico con los colegas de archivo y biblioteca durante dichas estancias: Juan Luis González, Alexandra Beuchamp, Daniel Duran, Sthephane Pequinot, Carles Vera, Ester Redondo, Veracruz Miranda y Encarna Montero. Y en los archivos valencianos de Vicent Graullera, María José López, Juan Corbalán de Celis, Jaime Richard, y la colaboración de Federico Iborra y Carme Llanes.
Mi agradecimiento alcanza a los amigos: Marisa Vázquez de Ágredos, Begoña Cortés, Alma Vidal, Laura Marín, Esperanza González, Beatriz Sánchez, Eliseo, Carolina Pelaz, Pablo González y José Gresa. Y, especialmente, a Miguel Rivera Dorado que siempre ha estado a mi lado y ha revisado muchos de los capítulos, apoyándome y mostrándome su cariño. Y, por último, a mi familia y a Pilar y Remedios Porcar por acompañarme durante estos años.
[1]. A los estudios de Joaquín Yarza («Artista artesano en el gótico catalán», Lambard (Estudis d’art medieval), III, 1987, pp. 129-169; «El pintor en Cataluña hacia 1400», en Artistes, artisans et production artistique au Moyen Age, vol. I, París, Picard, 1986, pp. 381-405; «El artista gótico hispano», en Actas del I Curso de Cultura Medieval (Aguilar de Campo, octubre 1989), 1991, pp. 29-43; «Artista-artesano en la Edad Media hispana», en L’artista-artesà medieval a la Corona d’Aragó (Lleida 14-16 enero 1998), Lleida, Universitat de Lleida, 1999, pp. 7-58), hay que añadir las contribuciones de otros autores en X. Barral i Altet, Artistes, artisan et production artistique au Moyen Âge, 3 vols., París, Picard, 1987, y dentro del ámbito de la Corona de Aragón la edición de Yarza sobre L’artista-artesà medieval a la Corona d’Aragó, de 1999.
[2]. E. Cruselles, Los mercaderes de Valencia en la Edad Media, Lleida, Milenio, 2001; J. M. Cruselles, Els notaris de la ciutat de València. Activitat profesional i comportament social a la primera meitat del segle XV, Barcelona, Fundació Noguera, 1998; C. Vela, L’obrador d’un apotecari medieval segons el llibre de comptes de Francesc ses Canes, Barcelona, 1378-1381, Barcelona, Institució Milà i Fontanals, CSIC, 2003. Los ejemplos son múltiples: J. Aurell, Els mercaders catalans al Quatre-cents. Mutació de valors i procés d’aristocratizació a Barcelona (1370-1470), Lleida, Pagès editors, 1996.
[3]. R. A. Goldthwaite, The building of Renaissance. Florence: An economic and social history, Baltimore, John Hopkins University Press, 1980; íd., Wealth and the demand for art in Italy,1300-1600, Baltimore-Londres, Johns Hopkins University Press, 1993; íd., «The Empire of Things: Consumer demand in Renaissance Italy», en F. W. Kent, P. Simons y J. C. Eade, Patronage, art, and society in Renaissance Italy, Oxford, Clarendon Press, 1987, pp. 153-175; J. M. Montias, «Cost and value in seventeenth-century Dutch Art», Art History, vol. 10, núm. 4, 1987, pp. 455-466; J. M. Montias, «Notes on economic development and the market for painting in Ámsterdam», en S. Cavaciocchi, Economia e arte. Secc. XIII-XVIII,. Instituto Internzionale di Storia Economica
«F. Dantini». XXXIII Settimana di Studi, Prato, 2001, pp. 115-130, principalmente.
[4]. L. Campbell, «The market in the Southern Netherlands in the Fifteenth century», The Burlington Magazine, 877, vol. CXVIII, 1976, pp. 188-198; M. North (ed.), Economic History and the Arts, Colonia, Böhlau Verlag, 1996; M. North y D. Ormrod (eds.), Art Markets in Europe, 1400-1800, Hampshire-Vermont, Ashgate, 1999; M. Fantoni, L. C. Matthew y S. Matthews-Grieco, The Art Market in Italy, 15th-17th centuries (Il Mercato dell’Art in Italia. Secc. XV-XVII), Módena, Franco Cosimo Panini, 2003; S. Cavaciocchi, Economia e Arte, Atti della «Trentatessesima Settimana di Studi», Istituto Internazionales di Storia Economica «F. Datini», Prato, Le Monier, 2001. Junto con otras publicaciones como: G. Neher y R. Shepherd, Revaluing Renaissance Art, Aldershot, Ashgate, 2000.
[5]. Centrándose en el arte valenciano de los siglos XIV y XV, recientemente ha aparecido: J. V. García Marsilla, «La demanda y el gusto artístico en la Valencia de los siglos XIV y XVI», en X. Company, J. Aliaga y V. Pons, La Llum de les Imatges. Lux Mundi, Xàtiva, 2007, Valencia, Generalitat Valenciana, 2007, pp. 374407; íd., «El precio de la belleza. Mercado y cotización de los retablos pictóricos en la Corona de Aragón (s. XIV y XV», en P. Guichard, C. Denjean (eds.), Des valeurs et des prix dans les sources médiévales. Hommage à Maurice Berthe, Toulouse, Université Toulouse-Le Mirail, 2008, pp. 192-221 (en prensa).
[6]. Nos referimos principalmente a: J. Sanchis Sivera, La catedral de Valencia, Valencia, Imprenta Francisco Vives Mora, 1909; íd., «Pintores medievales en Valencia», EUC, vol. VI, 1912, pp. 210-246, pp. 296-327, pp. 444-471; y vol. VII, 1913, pp. 25-103; íd., Pintores medievales en Valencia, Barcelona, L’Avenç, 1914. (reed. 1996); M. Serrano y Sanz, «Documentos relativos a la pintura en Aragón durante los s. XIV y XV», RABM, vol. IX, 1915 (I), pp. 147-166; vol. XXXIV, 1916a (I), pp. 462-492; 1916a (II), pp. 409-421 y 411-428; 1917 (I), pp. 92-101 y 103-11; 1917 (II) pp.357-359; 1918, pp. 103-113; J. Sanchis Sivera, «Pintores medievales en Valencia», AAV, 1924, pp. 3-29; 1928, pp. 3-64; 1929, pp. 3-64; 1930, pp. 2-110; J. M. Madurell Marimón, «El arte en la comarca Alta de Urgell», ABMAB, vol. IV, núm. 1-2, 1946, pp. 9-172; vol. III, núm. 4, 1945, pp. 259-340; vol. IV, núm. 3-4, 1946, pp. 297-416; íd., «El pintor Lluís Borrassà. Su vida, su tiempo, sus seguidores y sus obras. I. Texto apéndice documental. Índices», ABMAB, vol. VII, 1949, pp. 9-326; vol. VIII, 1950, pp. 7-387; vol. X, 1952, pp. 7-365; L. Cerveró Gomis, «Pintores valentinos, su cronología y documentación», ACCV, 1960, pp. 226-257; 1963, pp. 63-156, y 1964, pp. 83-136; íd., «Pintores valentinos, su cronología y documentación», AAV, 1956, pp. 95-122; 1965, pp. 22-26; 1966, pp. 19-30; 1968, pp. 92-98; 1971, pp. 23-36 y 1972, pp. 44-57; G. Llompart, La pintura medieval mallorquina. Su entorno cultural y su iconografía, 4 vol., Palma de Mallorca, Luis Ripoll, 1977.