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Capítulo 3: el Anuncio de la Abeja Reina
ОглавлениеEn el corazón de la colmena, donde la miel dorada chorreaba de cera de los peines y el suave resplandor de hongos bioluminiscentes emitir una luz etérea, la Abeja Reina convocó a sus leales súbditos una vez más. El aire tarareaba con anticipación ya que las abejas de todas las edades y profesiones se reunieron en el gran salón de la asamblea, sus alas aflutter con curiosidad y preocupación.
Sobre el real dais, la Reina se puso de pie alta y majestuosa, su majestuosa presencia comandante de la atención de todos los que vi de ella. Con solemne gracia, ella levantó su delicado antenas y se dirigió a los reunidos multitud.
– Mi querido abejas, – comenzó, su voz resonando con la autoridad y la compasión,
– Traigo buenas nuevas de gran dolor y el peligro. Una sombra ha caído sobre nuestro tranquilo del prado, una amenaza que ataca el corazón mismo de nuestra colmena.
Exclamaciones de consternación se oían a través de la multitud, como las abejas intercambiaron preocupado miradas, sus antenas temblando con temor. La Reina palabras pesaba en el aire, lanzando una cortina de presentimiento sobre la multitud reunida.
– Un oso que vaga por los bosques más allá de nuestro santuario, – la Reina siguió con su tono grave, – una temible criatura de piel y fang. Él merodea por la maleza con maldad en su corazón, tratando de saquear nuestra preciada miel y causar estragos en nuestros sagrados de las colmenas.
Un murmullo de incredulidad se levantó de la asamblea de las abejas, su mente inundada con las visiones de las garras y los dientes, los panales de las abejas destrozado y hogares destruidos. El miedo aferrado en sus corazones, que amenaza con abrumar a ellos con desesperación.
– Pero no se preocupe, mis amados súbditos, – la Reina declaró, sus ojos ardiendo con el de resolver, para a pesar de que la noche puede ser oscura y llena de terrores, no vamos a titubear en la cara de la adversidad. United we stand, un faro de esperanza en medio de la creciente oscuridad.
Un coro de determinado zumbidos de la rosa, en respuesta a la Reina del grito de guerra, llenando la sala con el armonioso sonido de la solidaridad y de la fuerza. En ese momento, las abejas dejen de lado sus miedos y dudas, sus corazones se sienten envalentonados por la inquebrantable coraje de su soberano.