Читать книгу Siempre Puedo Dejar de Beber - Max Marshall - Страница 9

En una clara mañana del lunes, Mateo el gato se dirigía a trabajar, sentirse un poco abrumado después de los acontecimientos del día anterior. Mientras conducía a lo largo del camino conocido, sus ojos se cerraban de cansancio. De repente, una pequeña ardilla saltó a la carretera, sus diminutas patas moviéndose rápidamente como se trató de cruzar al otro lado.

Mateo ojos soñolientos ampliado de la sorpresa cuando se dio cuenta de una pequeña criatura en su camino. En un momento de pánico, se giró bruscamente para evitar una colisión con una ardilla, pero perdió el control de su coche, salió de la carretera y se estrelló contra un árbol robusto en el lado de la carretera.

El sonido del impacto hizo eco en el tranquilo aire de la mañana, atrayendo la atención de los transeúntes. Muy pronto, las luces de la ambulancia y el lamento de las sirenas llenaba la escena. De que se trate a los transeúntes pidió ayuda, y los bomberos llegaron a la escena un par de minutos más tarde.

Con tierno cuidado y pericia, los bomberos y el personal de emergencia se retira cuidadosamente Mateo de los restos de su coche. A pesar de su shock y la confusión, Mateo se encontró rodeado de tipo de rostros y voces alentadoras. Una ambulancia lo llevó al hospital más cercano, donde los médicos y las enfermeras estaban dispuestos a brindarle la asistencia necesaria.

Como Mateo estaba acostado en su cama de hospital, los pensamientos de la ardilla y el accidente corría por su mente. Él estaba agradecido a los equipos de rescate para la reacción rápida y la calidez de su apoyo. Incluso en medio de un duro día de trabajo, Mateo sabía que no estaba solo y que la ayuda estaba siempre a mano.