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Capítulo 2: el Loro, el Mapache y el Zorro de pesca
ОглавлениеUna mañana soleada, a Adán, el loro, Thiago, el mapache, y Matilda la fox se despertó con un sentido compartido de la emoción. Hoy era el día perfecto para una aventura de pesca! Con sus cañas de pescar en la mano y un sentido de la anticipación en sus corazones, el trío partió hacia el brillante río que serpenteaba a través del bosque.
Cuando se acercaban a la orilla del río, los amigos fueron recibidos por el relajante sonido del agua corriendo por las rocas y el suave susurro de las hojas en la brisa. El río brillaban como diamantes a la luz del sol, invitándolos a lanzar sus líneas y probar su suerte.
Adam ansiosamente voló a una rama cercana, con vistas al agua, sus penetrantes ojos de escaneo en busca de signos de peces. Thiago correteaba a lo largo de la orilla del río, sus dedos ágiles picazón carrete en una gran captura. Y Matilda correctamente collar largo de la costa, sus sentidos alerta a cualquier movimiento por debajo de la superficie.
Con practica los movimientos, de los amigos lanzar sus líneas en el agua azul claro, cada uno tratando de enganchar el pez más grande del día. Esperaron pacientemente, su previsión de crecimiento con cada momento que pasa.
De repente, Thiago sintió un tirón en su línea y gritó con emoción, – yo tengo uno! – El pequeño comenzó a tambalear en su captura, su corazón golpeando con anticipación. Matilda se apresuró a ayudar, sus ágiles patas listo para ayudar en cualquier forma que ella podía.
Juntos, sacaron a la lucha del pez fuera del agua y admirado su premio – una hermosa trucha arco iris brillando en la luz del sol. Adam soltó una alegre graznido de su percha encima, felicitando a sus amigos en su éxito.
Alentado por Thiago captura, Adán y Matilda redobló sus esfuerzos, echando sus líneas una vez de nuevo en el río. Ellos se reían y bromeaban mientras esperaban, disfrutando de la compañía y el simple placer de estar al aire libre en un hermoso día.
Como el sol comenzó a descender hacia el horizonte, pintando el cielo con tonos de rosa y naranja, los amigos decidieron que era hora de regresar a casa. Se empacó sus cosas y se despidió del río, ya en la planificación de su próxima excursión de pesca.