Читать книгу Equilibrista Elefante - Max Marshall - Страница 5

En el corazón de una exuberante selva verde, vivía una alegre elefante llamado Javier. Su espesor, de color gris piel estaba adornado con carácter lúdico de las arrugas, y sus ojos brillaban con curiosidad y bondad. Javier no era cualquier elefante; él era el más alegres de todos ellos.

Cada mañana, Javier iba a saludar el amanecer con un trompeta de la alegría, haciendo eco a través del denso follaje de la selva. Vivió en medio de imponentes árboles, sus ramas entrelazadas como un gigante de follaje verde. Pero Javier no estaba solo en esta vibrante paraíso; compartía su casa con dos amigos míos – una cebra llamada Zara y una jirafa llamado George.

Zara, con su llamativo a rayas blanco y negro, siempre era el primero para dar la bienvenida a Javier con una fuerte carcajada como salió de su acogedor lugar para dormir bajo los árboles. George, con su largo cuello para llegar a las hojas más altas, se uniera a ellos, balanceándose con gracia con cada paso.

Juntos, el trío iba a embarcarse en aventuras diarias, explorando las maravillas de su casa en la selva. Iban a chapotear y jugar en las cristalinas aguas del río, el envío de ondas de bailar en toda la superficie. Javier enorme de un marco para crear ondas que Zara sería con alegría, saltar, mientras que George iba a meter su cabeza para tomar una bebida refrescante.

Como el día se desarrolló, que vagan a través de los exuberantes prados, comiendo plantas suculentas y compartir historias de sus aventuras pasadas. Javier iba a agasajar a sus amigos con historias de sus encuentros con los traviesos monos y viejo y sabio de los elefantes, su risa retumbante como el sonido del trueno lejano.

Debajo del dosel denso de la selva, Javier, Zara, y George se encontró con alegría en los placeres simples de la vida – el calor del sol en sus espaldas, la brisa fresca susurro a través de las hojas, y la risa que se hizo eco a través de los árboles como ellos compartieron su amistad.