Читать книгу Equilibrista Elefante - Max Marshall - Страница 9

El sol brillaba esplendorosamente como las familias se vuelca en el circo motivos, sus rostros vivo con emoción y expectativa. Entre ellos se encontraban los niños de todas las edades, sus ojos con asombro como ellos esperaban con impaciencia el inicio de la serie.

Como Javier el jolly elefante tomó el centro del escenario, un coro de júbilo de los aplausos estallaron entre los jóvenes miembros de la audiencia. Sus risas llenaban el aire, como la música, sus ganas de voces que se mezclan en una sinfonía de alegría y de emoción.

Con un brillo juguetón en sus ojos, Javier establecidos para entretener a sus fans más joven con una serie de actuaciones deslumbrantes. Él, saltando a través de aros y bailaba con gracia, sus movimientos cautivando los corazones de los niños y adultos por igual.

Pero no se trataba sólo de Javier hazañas acrobáticas que trajo alegría a los niños – fue su entusiasmo sin límites y contagiosa energía que realmente se robó su corazón. Con cada salto triunfal y elegante giro, Javier llenaba el aire con un sentido de la magia y la maravilla, el transporte de su joven audiencia a un mundo de infinitas posibilidades y la aventura.

Y como los niños miraron con asombro, que no podía dejar de ser inspirado por Javier valiente espíritu y determinación inquebrantable. Que vitoreaban con todas sus fuerzas, sus voces sonando como campanas en el fresco aire de la mañana.

Pero Javier mayor alegría no vino desde el aplauso o la admiración de la multitud, pero a partir de las sonrisas en los rostros de los niños que lo miró con los ojos muy abiertos de asombro y adoración. Su risa era como música para sus oídos, su felicidad llenar su corazón con el calor y la luz.