Читать книгу Cuente las estrellas en un cielo vacío - Michael Youssef - Страница 6

Introducción

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Contar las estrellas cuando no podemos ver ninguna

Alguna vez se ha preguntado: ¿Dios me ha abandonado?

¿Todavía cumple sus promesas?

Alguna vez se ha preguntado: ¿Cuál es el plan de Dios para mi

vida? o ¿Cuál es su plan para mis hijos?

Alguna vez ha suplicado a Dios en oración y luego se ha preguntado: ¿Por qué no responde? ¿Por qué se retrasa, mes tras mes,año tras año?

Alguna vez ha pensado: ¿Es un pecado sentir que Dios me ha dejado de lado y me ha olvidado? ¿Debería seguir confiando en Él?

¿Alguna vez ha tratado de hacer la voluntad de Dios a su manera, con resultados desastrosos? ¿Alguna vez ha tratado de adelantarse a la voluntad de Dios y de acelerar sus tiempos?

¿Alguna vez ha querido un hijo propio tan desesperadamente que haría cualquier cosa, ¡cualquiera!, para hacerlo realidad?Sin embargo, la puerta a la paternidad se ha cerrado en su cara y atornillado al marco.

Si usted puede identificarse con alguno de estos sentimientos y experiencias, entonces la historia de Abraham es para usted. Cambios en la historia, retos culturales, cambios tecnológicos, pero la naturaleza humana no ha cambiado desde que comenzó la raza humana. Somos los mismos bajo la piel. La historia de Abraham es su historia y la mía.

¿Qué tiene usted en común con Abraham, este hombre anciano y de fe del Antiguo Testamento? No mucho, ¿verdad? Después de todo, Abraham vivió hace cuatro mil años en medio de culturas extrañas y costumbres en una región distante del mundo.

¿Qué tiene que decir un hombre de su época a la gente que usa el Internet y los teléfonos inteligentes, que lucha con los ingresos, los impuestos y las deudas con tarjetas de crédito, que trabaja en edificios de oficinas y se queda atascada en el tráfico, que se preocupa por el terrorismo, la guerra y la crisis de la deuda internacional? ¿Qué hace un hombre de la era de Abraham para decirnos algo en pleno siglo xxi?

Y, sin embargo, a medida que estudiamos la historia de Abraham y su esposa Sara, encontramos que la vida del patriarca nos habla de manera sorprendente. De hecho, cuanto más nos acercamos a él, es más evidente en todos los sentidos que realmente importa, que es como usted y como yo. Su historia es la historia de su viaje de fe y el mío.

Abraham era un hombre de fe, y podemos aprender a vivir una vida de fe mediante el estudio de su historia. Era un hombre con defectos, así como usted y yo somos seres humanos defectuosos. Pecó, desobedeció, trató de forzar la mano de Dios y doblegar su voluntad, con resultados desastrosos. Sin embargo, a pesar de los pecados de Abraham y de sus imperfecciones, fue llamado «el amigo de Dios».

El momento crucial en la historia de Abraham, y la visión clave para nuestra vida, se encuentra en Génesis 15:5. Dios lleva a Abraham afuera por la noche y le muestra los cielos. «Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. [...] Así será tu descendencia».

Cuando Dios llamó a Abraham de Ur de los caldeos y le prometió hacer de él una gran nación, Abraham tenía setenta años de edad, su esposa tenía sesenta años y no tenían hijos. Cuando Abraham dejó Harán para ir hacia la tierra prometida, tenía setenta y cinco años. Diez años después, cuando Abraham tenía ochenta y cinco, Dios renovó su promesa a Abraham y le dijo que su descendencia sería tan numerosa como las estrellas en el cielo nocturno. Dios invitó a Abraham a contar las estrellas; estas no solo simbolizaban a los descendientes de Abraham, sino también eran emblemas de las promesas de Dios y de la fe de Abraham.

En los años venideros, Abraham pasaría por momentos de oscuridad, tiempos en los que no había estrellas que ver. Él se preguntaría: ¿Dios me ha abandonado? ¿Mantendrá su promesa? ¿Cuál es su plan para mi vida, y para mis hijos? ¿Por qué no contesta mi oración? ¿Por qué el retraso?

Sin embargo, Abraham no renunciaría a Dios, a pesar de que tuvo que esperar treinta años, más allá de su centenario, para que Dios le diera un hijo, el primero de esas «estrellas» que Dios le había prometido. A pesar de su desaliento y la tristeza de los años sin hijos, a pesar de la burla y el escarnio de sus vecinos, Abraham continuó mirando hacia el cielo. Él continuó contando estrellas, incluso cuando no había estrellas para ver.

En estas páginas, usted descubrirá los principios de la vida abundante de la historia de Abraham. Aprenderá a contar las promesas de Dios para usted, las muchas promesas que le ha dado en su Palabra. Dios nos ha hecho más de tres mil promesas en la Biblia, promesas de:

Vida abundante

Respuesta a nuestras preguntas

Garantía para nuestras dudas

Bendiciones para nuestra vida y nuestras familias Consuelo en la tristeza

Compasión por nuestros sufrimientos

Confianza para nuestros desafíos

Coraje para tiempos peligrosos

Defensa de nuestros enemigos

Liberación de la tentación

Dirección para el viaje

Estímulo para nuestro cansancio

Vida eterna

Fe para el futuro

Perdón por el pasado

Libertad de las preocupaciones y la ansiedad

Amistad con Dios

Gracia para cada día

Orientación para nuestros planes Sanidad de nuestras enfermedades

Ayuda en tiempos difíciles

Esperanza en tiempos de desesperación

Herencia que nunca se desvanecerá

Gozo en tiempos de dolor

Justicia cuando nos han hecho daño

Amor que nunca falla

Misericordia que nunca se agota

Paz que sobrepasa el entendimiento

Placeres eternos

Fuerza ante todo problema

Presencia de Dios

Protección contra los peligros

Provisión para nuestras necesidades

Refugio en tiempos difíciles

Rejuvenecer ante el desfallecimiento

Rescate cuando pedimos ayuda

Descanso y restauración para nuestras almas

Recompensas por el servicio obediente

Salvación por gracia a través de la fe

Satisfacción que es profunda en el alma

Refugio en el momento de la tormenta

El éxito por los planes que nos da

Victoria sobre obstáculos y oposición

Vindicación ante acusadores

Sabiduría cuando lo invocamos

Estas son solo algunas de las promesas que nos hace. Estas son las promesas que Dios nos ha dado en su Palabra. Estas son las estrellas que Dios nos ha dado para contar. Dios le dijo a Abraham que contara las estrellas aun cuando pudiera no verlas. Y Dios nos dice a usted y a mí que contemos las estrellas de sus promesas, incluso cuando la noche esté oscura y sin estrellas, aun cuando nuestras circunstancias nos asedian como un espectro de una pesadilla.

Al caminar junto a Abraham a través del viaje de su vida y su fe, veremos su confianza en Dios fallar de vez en cuando, así como tan fácilmente flaqueamos nosotros en la propia fe, y a la vez observaremos su aprendizaje y su crecimiento en la fe y la obediencia. Vamos a ver que Dios lo levanta con paciencia, como si nada hubiera pasado, y lo pone de pie de nuevo. Y aprenderemos cómo seguir avanzando y en ascenso con Dios, cómo seguir contando estrellas cuando no podemos ver ninguna.

¿Cuáles son las estrellas que Dios le pide que cuente hoy? Es posible que usted no logre ver esas estrellas en la oscuridad de sus circunstancias, pero al igual que Abraham, puede contar con ojos de fe.

Que el testimonio de Abraham sea el suyo también. Su fe no era en vano, y tampoco la suya. Como Hebreos 11:12 testifica: «Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar».

¿Qué tenemos en común con este hombre de fe del Antiguo Testamento? ¡Todo! Acompáñeme mientras vamos cuatro mil años atrás en el tiempo para encontrar un ser humano de carne y hueso como usted y yo, que falla, pero que también crece y nos muestra cómo podemos contar las estrellas de las promesas infalibles de Dios, incluso en los tiempos oscuros de la vida.

Cuente las estrellas en un cielo vacío

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