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Prefacio:

Poco menos que el peor de los escenarios

Sin importar que se tengan veinte, cuarenta o sesenta años,

que se haya tenido éxito, que se haya fracasado

o simplemente se transite por la vida,

que el pasado haya estado lleno de sol,

cubierto de tormentas o haya sido uno de esos días

aburridos sin clima, la vida comienza de nuevo

cada mañana en el corazón de una mujer.

LEIGH MITCHELL HODGES

POETA (1876–1954)

Somos, simplemente, cuatro mujeres que el destino unió al azar. En conjunto hemos experimentado las alegrías extremas y las penas profundas que la vida ofrece, desde los momentos mundanos hasta los dramáticos y surrealistas. Tenemos un historial de seis matrimonios, un divorcio, diez hijos, cuatro hijastros, seis perros, dos abortos espontáneos, dos gatos, doce peces koi, una adopción fallida, la viudez, dos periquitos y la experiencia de haber fungido como padres sustitutos. Hemos construido empresas, perdido empresas y vendido empresas. A una de nosotras le dispararon y fue dada por muerta en una pista de aterrizaje en Sudamérica, y tres hemos sobrevivido a la muerte de nuestros cónyuges.

Hemos criado bebés y adolescentes, y seguimos vivas para contarlo. Las relaciones románticas han roto nuestros corazones, y nuestra amistad los ha reparado. Hemos conocido la fama y la soledad; también la duda sobre nuestras capacidades y la amenaza de la ruina económica. Hemos cuidado a nuestros seres queridos que han enfrentado enfermedades terminales, y hemos apoyado a quienes han perdido a sus seres queridos.

Crecimos en familias que no eran ricas, donde vivir de quincena en quincena era la norma. ¡Hemos conocido más riqueza de la que nuestros padres podrían haber imaginado, y hemos perdido más dinero del que ellos pudieron ganar! Obligadas a ser creativas, hemos criado familias con presupuestos reducidos y, en ocasiones, hemos sido el único sustento económico cuando nuestros cónyuges estuvieron desempleados, gravemente enfermos o en etapa terminal. En la vida profesional, a menudo hemos sido las únicas mujeres en la mesa. ¡Hemos tomado riesgos como apostar la empresa, apostar las elecciones y, en algunos casos, apostar la casa!


Cuando suceden cosas malas a mujeres inteligentes

Cierta vez, un reportero se refirió a nuestra colección de eventos desafortunados como la versión femenina del libro de Job... ¡casi como si una plaga de langostas estuviera a punto de caer sobre nosotras en cualquier momento! Sin embargo, no vemos nuestras vidas con tristeza o arrepentimiento. Las vemos como regalos, como el resultado de un cúmulo de acontecimientos que nos han ayudado a desarrollar un agudísimo sentido de lo que es importante y de lo que simplemente no lo es. Hemos aprendido a reinventarnos una y otra vez. Ahora sabemos que el proceso de reinvención se lleva mejor con humor, amistad, optimismo, y una linterna de largo alcance para ver la luz al final de cada túnel.

Tenemos una característica en común: la pérdida. Hemos experimentado la desgarradora pérdida de vidas, matrimonios e hijos; la pérdida de la inocencia y el dinero, de la estabilidad y la esperanza. Las pérdidas provocan transiciones formidables que tocan a todas las mujeres en algún momento; sin embargo, nunca deben enfrentarse en solitario, por lo que creamos una reunión mensual en torno a nuestras mesas de cocina para compartir nuestras vidas, y para apoyarnos y alentarnos mutuamente. Estas conversaciones informales junto a la estufa siempre fueron terapéuticas e inspiradoras. Nuestras pláticas nos dieron esperanza y fuerza interior. Sabíamos que juntas, como amigas, nunca caminaríamos solas.

Amigas en torno a una mesa de cocina

Se corrió la voz sobre nuestras conversaciones en la mesa de la cocina. Nos pidieron que habláramos en conferencias y ante grupos de mujeres. Titulamos nuestra charla “Sobrevivir y prosperar. Diez consejos turbocargados para mujeres en transición”, y supusimos que quizá unas treinta personas asistirían a la presentación.

¡Más de 400 mujeres llegaron a nuestra primera sesión, obligando a los bomberos a cerrar las puertas! Ese día contamos nuestras historias. Las mujeres hicieron fila para hablar con nosotras. Compartieron sus versiones personales de “sobrevivir y prosperar”. Semanas después nos animaron a escribir un libro. Más organizadores de conferencias nos invitaron a hablar. Utilizamos la idea de escribir un libro como excusa para continuar con nuestras reuniones mensuales, pero sin escribir una sola palabra.

De hecho, seguimos reuniéndonos durante más de una década antes de poner en papel una palabra de ese libro imaginario que les dijimos a todos que estábamos escribiendo. Hablamos sobre perder negocios, perder maridos y querer perder maridos. Hablamos sobre construir carreras, construir familias y reforzar nuestra frágil habilidad para crear redes. Hablamos sobre encontrar nuestra autoestima, encontrar nuestro camino, e incluso encontrar nuevas parejas. Hablamos sobre desafíos, asumir riesgos y la oportunidad de amar de nuevo. Hablamos con sinceridad sobre la amenaza de la ruina financiera, sobre la ruina financiera real, y sobre cómo evitar la ruina financiera. Hablamos sobre nuestros hijos, nuestros compañeros de trabajo, nuestros colegas y nuestras vidas sexuales. No dejamos ningún tema por explorar.

Nos animábamos mutuamente en medio de las numerosas transiciones que estábamos experimentando. Incluso nos pusimos un nombre: “Mujeres en transición”. met, para abreviar; sin duda, necesitaríamos nuestro ingenio colectivo para navegar por estos momentos complicados. Con el tiempo, nuestras reuniones se convirtieron en algo así como un club de tejido. Sin embargo, lo que tejíamos era el estambre de nuestras propias vidas.


Aprendimos muchas lecciones a lo largo de nuestras décadas de amistad. Nos dimos cuenta de que nos habían engañado. Nos habíamos convencido de que si podíamos organizar nuestro tiempo, romper el techo de cristal, pasar tiempo de calidad con nuestras familias, traer a casa el tocino (y freírlo en una sartén), mientras mecíamos a nuestros hijos en brazos y creábamos relaciones cálidas y amorosas con nuestros esposos, familia política y colegas, de algún modo, de alguna manera, seríamos recompensadas con la vida libre de problemas que tanto nos había rehuido. Pero estábamos equivocadas.

Sobrevivir y prosperar

Desde nuestras conversaciones en la cocina hasta los miles de conversaciones que hemos sostenido con mujeres de todo el mundo, aprendimos que la vida libre de problemas que buscábamos es peor que una simple ilusión: es un mito que vació de sentido la vida de muchas de sus víctimas. La vida de una mujer es mucho más que el éxito, tenerlo todo o lograr el frágil equilibrio que todas buscamos (y podemos encontrar). Se trata de algo más que buscar la perfección o conquistar el mundo (aunque podrías hacerlo). Se trata de algo más que apretar los dientes y salir adelante (sin importar cómo). Se trata de sobrevivir y prosperar.

Para nosotras, sobrevivir y prosperar significó reinventar y reconstruir, y darnos cuenta de que el éxito nunca es definitivo y el fracaso nunca es fatal. Significó dar lo mejor de nosotras y caminar hacia el futuro que habíamos diseñado. Con mucha frecuencia nuestra pequeña voz interior nos hizo ver que, aunque pudiéramos parecer exitosas por fuera, nuestros adolescentes no se estaban portando bien, nos podíamos quedar sin trabajo al día siguiente, y nuestros cónyuges, colegas y jefes a menudo eran falsos, egoístas, infieles, habían muerto o simplemente eran unos cretinos.

Sobrevivir y prosperar significaba aprovechar lo que la vida nos ofrecía mientras buscábamos las oportunidades, la alegría y la compasión en circunstancias poco agradables y siempre menos que perfectas. Juntas, sortearíamos algunos momentos intrincados de la vida.

¿Y qué tal va tu vida?

En conjunto, nuestras vidas han estado llenas de más transiciones de las que creíamos posibles. Las transiciones son una parte importante del tejido de la vida de cualquier mujer. Nos afectan individualmente, pero también tienen un efecto dominó en nuestras familias. Las transiciones pueden construir nuestro carácter y convertirnos en mujeres sabias, o hacernos sentir deprimidas y solas. Las transiciones exitosas pueden hacernos sentir fuertes, listas para extender una mano amiga a otras mujeres, o provocarnos miedo ante lo que nos espera.


Ofrecemos este libro como una especie de mapa-guía para sortear las transiciones de la vida. Contiene las muchas lecciones que hemos aprendido sobre cómo surcar las olas del cambio que a menudo hacen sucumbir a las mujeres. Hemos resumido estas lecciones en sesenta imperativos para sobrevivir a las vicisitudes de la vida y prosperar a pesar de ellas. En el camino, hemos tenido el honor de conocer a muchas mujeres magníficas y valientes cuyas historias de desafío, resiliencia y triunfo incluimos como ejemplos de esperanza para todas. Nuestra intención es que esta sea una conversación de cocina hecha libro: te invitamos a acercar una silla y unirte a nosotras, para que no tengas que vivir la vida sola. Esperamos que este inspirador círculo de mujeres te brinde esperanza, lucidez e inspiración para lidiar con tus propios desafíos y cambios.

La educación no es suficiente si no va acompañada por la acción. Con esto en mente, cada sección de nuestro libro termina con sugerencias de planes de acción y herramientas para ayudarte a implementarlos. Llamamos a esta sección Estuche met, y esperamos que las ideas que ahí se ofrecen te resulten valiosas. Aún más importante, esperamos que te sientas motivada a adaptarlas y aplicarlas a tu propia vida, para que puedan darte resultados en el mundo real.

Sabemos que estás ocupada. Somos conscientes de que probablemente estés corriendo desde el momento en que te despiertas hasta que te acuestas. Pero también sabemos que tomarse el tiempo para seguir las recomendaciones que se encuentran en el Estuche met puede marcar la diferencia entre simplemente sobrevivir a lo que la vida te ponga delante, o prosperar a pesar de lo que la vida te mande.

Algunas de las acciones descritas en el Estuche met toman solo unos minutos. Otras requieren más tiempo y planeación. Todas ellas pueden ser útiles. Si sientes que la vida te está arrastrando hacia las profundidades, estas acciones pueden ayudarte a mantener la cabeza fuera del agua, y a crear una mejor calidad de vida para ti y tus seres queridos desde ahora, no en el futuro.

DEBORAH COLLINS STEPHENS

MICHEALENE CRISTINI RISLEY

JACKIE SPEIER, JAN YANEHIRO

SAN FRANCISCO, CALIFORNIA, JULIO DEL 2018

Esta no es la vida que pedí

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