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Del destino a la risa Luis Tudanca
ОглавлениеSi no hay destino, si el destino es siempre fantasma, si toda “historia fixional dicha y desdicha en un análisis”, es lo que debe perderse en él, en un psicoanálisis se trata entonces de sacar “lo que sobra”.
¿Qué queda? Un carozo.
Podríamos decir que el eje de este libro se sostiene en esa idea que es desplegada de diferentes maneras.
El ejemplo más claro: la manera en que Miguel Ángel describió su obra maestra: “El David siempre estuvo metido dentro de la piedra, yo sólo saqué lo que sobraba”.
Desde el vamos está en juego esa perspectiva: “sacar lo que sobra en el acto artístico, sacar lo que sobra por la vía de un análisis”.
Esto significa, como afirma Miller en El lugar y el lazo que un psicoanálisis apunta a un “no hay”.
Si desprendemos el “no hay” del axioma “no hay relación sexual” advertimos rápidamente todo lo que podemos incluir en el “no hay” en psicoanálisis: el sujeto barrado, el Otro barrado, la fórmula “no hay La mujer”, no hay la verdad toda, no hay el goce total por más que se apunte a él, no hay el Otro del Otro, etc.
La autora recorre distintos temas sostenida en estas premisas y vale la pena recorrer los mismos.
Solo mencionaré algunos: un análisis del fort-da, un retorno a la noción de deseo sostenida en la idea de que este implica una negatividad esencial a diferencia del goce que, justamente es una positividad (Miller en Sutilezas analíticas).
Así que no se trata solamente del “no hay” sino también del “hay” y sus relaciones posibles… e imposibles.
Y si nos quedamos junto a la autora del lado del “hay” recurrimos a la teoría del exceso en Bataille para ejemplificarlo: “…los hombres tienen más energía que la que necesitan y este excedente debe ser gastado sí o sí”.
A esta altura llegamos a una cuestión central de este libro: ¿qué hacer con ese exceso en un análisis?
Y en cada uno de los temas que siguen, no siempre explícitamente, aunque sí presente de todos modos, esa pregunta es abordada sin vueltas.
Luego de pasar por un análisis de “Tótem y tabú” y realizar un desarrollo sobre las distintas versiones del padre en Lacan, con especial referencia a los seminarios 4, 17 y 22 la autora aborda la diferencia entre masa y multitud.
Si mantenemos la idea de que en la masa se disuelve lo singular entonces, ¿cómo entender que se hable de “individualismo de masas”?
¿Desaparece por completo en la masa lo singular?
Lo que es seguro: difícil mantener la idea de singularidad en una masa.
Por ello se hace necesario la distinción con el término multitud.
La multitud tiene la posibilidad de conservar los intereses singulares si no se desvía a su aspecto destructor nos diría Spinoza.
Diego Tatián piensa con respecto a la condición política que: “Tendría por sujeto una multitud cuya potencia, creciente en virtud de una concordancia de derechos, es en sí misma a la vez constituida y conflictiva”. (1)
La multitud indica que la potencia se ejerce con otros mientras que la masa demuestra que el poder se ejerce sobre otros.
Las llamadas tribus urbanas, tema del cual también se ocupa la autora, ¿están más cerca de la masa o de la multitud?
Para acercarse a una respuesta hay que leer el libro.
Considero que podemos extraer dos conclusiones de este libro. Lo diré así: una más psicoanalítica y otra más filosófica.
Pero no hay que tomar esta distinción como una oposición. Me detendré en el punto de encuentro entre ambas perspectivas.
Si afirmamos: “…estemos dónde estemos lo que nos define es nuestra potencia. Nuestra capacidad de vida”.
O como en otra parte del libro se escribe: “Vivir a pesar de todo”, referida a una ética del instante.
Si se enuncia que por medio de un psicoanálisis debería obtenerse, luego de su recorrido, “otro uso, otro fin, otra meta”.
¿Quién habla en esas afirmaciones, la autora, psicoanalista, la filosofía…?
La autora despliega un ejemplo a tener en cuenta: la función de la risa en un parlêtre.
Nos recuerda lo que Lacan planteó en “Televisión” hablando de la figura del santo.
De dicha figura Lacan indica algunas características: no alborota, no hace caridad, “más bien se pone a hacer de desecho: descarida”, se queda seco ante el goce del semejante, “para él ni pizca”, aunque pueda gozar pero “…durante ese tiempo ya no opera. (2)
A Lacan le interesa aproximar esta figura, con las características que le atribuye, a la del analista.
Y la remata con la siguiente conclusión: “Cuántos más santos seamos, más nos reiremos: es mi principio, es incluso la salida del discurso capitalista –lo cual, si sólo es para algunos, no constituirá ningún progreso”. (3)
La autora se pregunta por el estatuto de esa risa y si la misma se aproxima a la risa que plantea Bataille como uno de los medios para perder el exceso.
Detengo en este punto el prólogo. Espero haber logrado interesar a los posibles lectores ya que cuántos más lectores seamos, más nos reiremos.
1- Tatián, D., “La cautela del salvaje. Pasiones y política en Spinoza”, Adriana Hidalgo, Argentina, 2001, p. 188.
2- Lacan, J., “Televisión”, en Otros escritos, Paidós, Argentina, 2012, pp. 545/546.
3- Ibíd.