Читать книгу Deseada - Морган Райс, Morgan Rice - Страница 14
CAPÍTULO OCHO
ОглавлениеPolly caminaba rápidamente por los pasillos de Versalles, sus tacones resonaban sobre el piso de mármol, se apresuraba por un pasillo sin fin, con techos altos y molduras, chimeneas de mármol, enormes espejos y lámparas de araña que colgaban bajo. Todo brillaba.
Pero ella apenas lo notaba; lo tomaba como algo de lo más natural. Al vivir allí durante años, casi no podía imaginar otra forma de existencia.
Lo que sí notó -en gran medida- era a Sam. Un visitante como él no era para nada parte de la vida cotidiana – y, de hecho, era más que inusual. Ellos casi nunca recibían visitantes vampiros, especialmente de otra época y cuando los tenían, nunca parecía importarle a Aiden. Sam debía ser muy importante, se dio cuenta. Le intrigaba. Se veía un poco joven y algo inocente.
Pero había algo en él, algo que ella no podía identificar. Sentía como si, de alguna manera, tuviera alguna conexión con él, lo conociera de antes, o él estuviera conectado con alguien que era importante para ella.
Lo que era muy extraño, porque la noche anterior, había tenido un sueño muy vívido. Era de una chica vampiro llamada Caitlin. Pudo ver su cara, sus ojos, su cabello, incluso podía verla ahora. En el sueño, se le decía que esta chica había sido su mejor amiga de toda la vida y, en todo el sueño, parecía que habían sido amigas desde siempre. Ella se despertó sintiendo que era tan real, que era más un encuentro que un sueño. No logró entenderlo, pero se despertó recordando todo lo relacionado con esa chica, recordando todos los momentos que habían pasado juntas.
No tenía ningún sentido, porque Polly sabía que nunca había estado en ninguno de esos lugares. Se preguntó si tal vez, de alguna manera, ¿había estado viendo el futuro? Sabía que los vampiros se visitaban mutuamente en sueños y que, de vez en cuando, tenían el poder de ver el futuro y el pasado. Pero estos poderes también eran impredecibles. Podría ser un mundo de ilusiones. Uno nunca sabía: estaba viendo el futuro, estaba viendo el pasado, ¿o simplemente estaba soñando?
Después del sueño, Polly había despertado buscando a Caitlin, como si realmente la conociera. La extrañaba mientras caminaba por el pasillo. Era una locura. Extrañar a una chica que nunca había conocido.
Y luego apareció este chico, Sam. Y por alguna extraña razón, Polly sintió que la energía de Sam estaba conectada con la de ella. ¿Cómo?, no lo sabía. ¿Lo estaba imaginando también?
Además de todo esto, se dio cuenta que sentía algo por Sam. No podía decir que estaba loca por él. Pero tampoco que él le era indiferente. Había algo en él. No era la sensación de estar enamorada. Era más una sensación de estar … intrigada. Quería saber más.
¿Qué la hizo agitarse cuando Kendra puso sus ojos en él? No necesariamente que ella lo quisiera para sí. Era demasiado pronto para saberlo. Pero más porque él se veía tan inocente, tan ingenuo e impresionable. Y Kendra era un buitre. Era un miembro de la familia real, a quien nunca se le había dicho No en su vida, y tenía una manera mágica de conseguir lo que quisiera, de quien ella quisiera.
Polly siempre había sentido que Kendra tenía algún tipo de agenda siniestra. Durante años, había estado tratando de convencer a todos los vampiros de su cofradía para que la convirtieran. Por supuesto, estaba prohibido, nadie lo hizo. Pero ahora, Polly estaba segura ella había fijado su mirada en Sam. La sangre fresca había llegado, y estaba decidida a intentarlo de nuevo. Polly se estremeció, no le gustaba la idea de lo que podría sucederle a Sam si Kendra estaba decidida.
Sí, sin duda, éste había sido un día inusual. Su mente estaba llena de emociones mientras caminaba por el pasillo, y se dio cuenta que estaba llegando tarde. El nuevo cantante, del que todo el mundo había estado hablando, estaba dando un concierto privado a Maria y su séquito. El cantante había estado allí durante semanas, y todas las demás chicas habían estado asistiendo no sólo por su voz, pero por su apariencia. Estaba ansiosa por verlo por sí misma. Polly lo había estado esperando y ahora estaba doblemente molesta porque estaba llegando al final.
Ese era el problema con este lugar, pensó, mientras caminaba por otro corredor. Era demasiado grande. Era imposible llegar a cualquier lugar a tiempo.
Polly aceleró su paso y finalmente llegó al final de otro corredor, dos guardias abrieron las inmensas puertas dobles para ella. Ella entró y una vez que se cerraron las puertas, se sintió inmediatamente avergonzada.
Toda la sala se volvió y la miró; mientras el cantante continuaba su actuación, se dio cuenta de que había interrumpido el concierto. Su rostro enrojeció, mientras se dirigía al fondo de la sala y se sentaba con sus amigos.
Todo el mundo se volvió lentamente, y ella aprovechó para instalarse pero se dio cuenta que el concierto estaba por terminar.
Levantó la vista y, cuando captó la primera visión de la cara del cantante, se sorprendió. Era aún más magnífico de lo que todo el mundo había dicho. Tenía tez oscura, ojos negros y cabello oscuro y ondulado. Su rostro estaba perfectamente cincelado. Estaba regiamente vestido de pies a cabeza, con un abrigo de terciopelo negro, con medias blancas y zapatos negros brillantes. Estaba de pie en el centro del pequeño escenario, y se veía tan confiado, tan en control. Parecía que podría ser … ruso.