Читать книгу Pasquines, cartas y enemigos - Natalia Silva Prada - Страница 12
Agradecimientos
ОглавлениеEsta obra la he escrito en Estados Unidos y con recursos propios que no me permitían el desplazamiento físico a Colombia, España y México. Por esta razón, debo mencionar explícitamente la gran ayuda que para mí ha representado la fabulosa puesta en marcha de la digitalización de archivos, que en el caso del Archivo General de la Nación de Colombia, de los archivos españoles estatales —en particular el Archivo Histórico Nacional y el Archivo General de Indias— y del Archivo General de la Nación de México, representan las fuentes básicas que nutren esta investigación y sin las cuales este esfuerzo no hubiera podido materializarse a corto plazo.
Por otra parte, ha sido una gran fortuna la oportunidad de haber podido usar de manera continuada y sistemática los magníficos repositorios bibliográficos y manuscritos de la Biblioteca del Congreso en Washington y en especial los servicios que me brindaron en la División Hispánica, a la que siempre estaré inmensamente agradecida.
En el orden personal, quiero hacer explícita mi especial gratitud a la confianza e impulso que me dio la profesora Adriana Alzate Echeverri para que presentara el manuscrito a la Universidad del Rosario y la generosa disponibilidad del profesor Renán Silva para la realización del prólogo de la obra.
Los profesores Luis Miguel Glave de la Universidad Pablo de Olavide, Luis Corteguera de la Universidad de Kansas y Alex Hidalgo de la Texas Christian University me aportaron bibliografía e imágenes importantes que han ayudado a nutrir este libro, de igual manera que las relevantes sugerencias que me hicieron los dos evaluadores anónimos. La historiadora Úrsula Camba Ludlow me regaló generosamente parte de su tiempo ayudándome a dilucidar los problemas pertinentes a un asunto de justicia procesal inquisitorial de cuya discusión aprendí mucho.
Por último, debo dejar constancia explícita de que, sin el apoyo paciente e incondicional, emocional y material de mi amado esposo y colega Riccardo Forte, no hubiera podido dedicar tantas horas de mi vida a este proyecto editorial.