Читать книгу Principios de levitación - Nazaret Luna Castro - Страница 10
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¡Te quiero! Y si eso te parece poco,
¡puedo decir que te amo!
Cierto, sí, ¡que es verdad!
y de una manera sorprendente.
Es magia y es error, que se multiplica,
y se divide,
porque no te conozco,
ni me conoces,
por eso hay rechazo
y hay deseo
que ilusiona una ficción tan real
que se hace burla;
una burla inverosímil, anárquica,
prototípica, de cuento de hadas.
Suspira,
y me atrae a su textura viscosa y aérea,
blanda
como el gusano de seda,
y puntiaguda como una espina de rosa,
¡tan bella!
Inútil, o imprescindible,
almáicamente sencilla, reconocible al olor,
mítica e insensata,
caprichosa.
A tientas se desparrama el perfume;
por las ruletas del tiempo suena el eco
y se expanden las ondas, como en el mar o en el lago,
o en el río, que tiene el color del cerezo,
azul de cielo y blanco de mar arduo
de entrañas y recuerdos.
Añil confuso y pasión fragante.
¡Qué hermosa divinidad anida tu alma!