Читать книгу El punto original - Ángel Largo Méndez - Страница 16
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En el gráfico anterior se observa lo que sugiere el Universo Primigenio, cuya aparición se sustenta desde el Origen o Punto Original, y luego la expansión que dicho universo sufre alcanzando un nuevo grado de profundidad cada vez que completa la vuelta, que en términos físicos actuales significa: llegar hasta el límite de su expansión y reiniciar el ciclo.
Esto da cabida al entendimiento de la existencia de multiversos o universos infinitos que se generan una y otra vez en un continuo salir y entrar desde la quietud al movimiento, y viceversa. Un proceso que asumen todas las formas manifiestas y al que el gran campo que lo sostiene, el Cosmos, no es ajeno.
Esto se ajustaría a teorías como las que propone el físico Stephen Hawking, donde este universo partiría de la nada, gracias a la interacción entre la energía positiva de la materia y la energía negativa gravitatoria. De ser de esta forma, demostraría que este Cosmos proviene de la finalización o colapso de uno anterior (mirar el gráfico), lo que no afecta sin embargo, la idea de que mucho antes, un primer universo surgió desde la sensación primera del Punto Original.
Todo esto aún puede tardar años en aceptarse ya que la información, pensamientos, sentimientos, sensaciones y las experiencias psíquicas en general aún no son admitidos por la comunidad científica como objetos materiales. Todavía se concibe a la producción de conocimiento de la mente y su acumulación, lo conocido como conciencia, como lo más elevado que se existe, dejando de lado a lo que observa el movimiento de dicha conciencia, el Ser. No obstante, esta es una condición que tarde o temprano se va a corregir, lo que permitirá revolucionar el modo de entender el funcionamiento del ser humano y de nuestro Cosmos, descifrando de una vez, qué es lo que hay detrás de aquella gran expansión que lo comenzó todo.
Incluso soy partidario de ver posibilidades de universos no solo múltiples sino infinitos y paralelos. Desde el Punto Original, el potencial de todo en la nada, pudieron surgir (y seguirlo haciendo), millones de procesos cíclicos interdependientes. El Punto Reflejo puede surgir de forma espontánea en cualquier no-lugar del Origen. Un sinfín de Cosmos con millones de características materiales posibles, pero con una esencia única, el Punto Original.
Ahora revisaremos con más detalle el movimiento de lo objetivo, su expresión dual y las partes o segmentos fundamentales del círculo que representan los momentos claves en el proceso evolutivo del universo hacia su máxima expresión, donde la aparición del Homo Sapiens Sapiens marca un antes y un después dentro de la expresión del Ser en Lo Manifiesto.
Materia y Energía, la segunda dualidad
Descartes denominó sustancia a todo aquello que no necesita de ninguna otra cosa para existir. Para el filósofo era un ahora sin antes ni después o, que de ser necesario, podía representar cualquiera de esos estados sin dejar de ser lo que es, pura e inobjetable sustancia. Hoy a la sustancia se le da otro significado que refiere a elementos físicos, pero para nuestra explicación mantendremos el concepto que el padre de las matemáticas nos regaló.
Dicha sustancia es el reflejo del Punto Original. Guiada por el autoconocimiento encuentra la manera de expresarse tanto subjetivamente (el Ser) como objetivamente (el movimiento). Pese a que lo segundo adquiere formas indistintas durante la vorágine de la traslación, la esencia primera, no se altera. Recordemos el principio de nuestro gráfico en donde se observa que una línea o cualquier otra figura están formadas intrínsecamente por una sucesión infinita de puntos. La sustancia original de todo proceso creativo en la materia, que nace de la conciencia de sí mismo, no cambia, es la misma y siempre lo será.
Un estado es la forma de ser o de permanecer de algo. Lo objetivo utiliza el principio dual con el cual toma cuerpo la manifestación y expresa su actividad en dos estados: materia y la energía. La Energía es un estado relativo a la fuerza que pone al Ser en movimiento, y la materia es un estado relativo a la forma que adquiere el Ser en movimiento.
Estos estados son diferentes pero no independientes, se necesitan de manera mutua para manifestarse. Ningún objeto material puede carecer de energía y la energía se manifiesta a través de fenómenos físicos. Como partes de un todo, son interdependientes en un proceso que no es contrario, sino más bien, simultáneo, es decir: actúan en el mismo instante, creando resultados no predecibles.
Materia viene a ser todo lo que tiene una localización, es decir, lo que es observable en el espacio. Todo lo que vemos en el mundo, interno o externo a nosotros es materia. Orgánica o inorgánica, viva o inerte, la materia es el estado ulterior de toda expresión física. Energía, en cambio, es la fuerza de acción/reacción que afecta a los objetos físicos. Una propiedad absoluta de la materia sin la que no podría existir, ya que es combustible para la movilización.
Revisemos esto más al detalle. En el siglo XVIII Newton, padre de la física clásica, notó algo que es fundamental: cada vez que una fuerza se produce sobre un objeto, este a la vez origina una fuerza contraria a la recibida que tira para el lado opuesto. Estas fuerzas las ejercen todos los cuerpos que están en contacto con otros cuerpos; las fuerzas son iguales pero contrarias, es decir tienen el mismo módulo y sentido, pero son opuestas en dirección.
Newton, sin saberlo, no solo descubrió la tercera ley básica de la física, sino también la base teórica sobre la que todo Lo Manifiesto lleva adelante su movimiento cíclico. La acción/reacción es la explicación conceptual de las dualidades presentes en el plano físico. A través del movimiento, el Punto Reflejo inicia una autoexploración de sus cualidades, en ese momento, el Ser asume un estado objetivo que se presenta como la primera expresión física conocida: la materia.
El proceso acción/reacción es el motor que produce el movimiento a través del espacio-tiempo cíclico. La dualidad del proceso acción/reacción está presente en cada apartado o fenómeno de Lo Manifiesto, permite el avance colectivo de toda la expresión física de forma natural, y permite la evolución individualizada e indistinta de cada individuo. Esta manifestación se conoce como energía. De esta manera Lo Manifiesto vuelve a introducir en su autoexploración una nueva dualidad. Primero quietud/movimiento, y del movimiento surge la materia/energía, y de la energía las fuerzas acción/reacción.
La ley física de acción/reacción se aplica a los objetos así como a las concepciones subjetivas que tenemos y forman parte de nuestra mente. Estas fuerzas que se manifiestan de manera dual en la mente humana corresponden al amor/temor. Lo que pretendemos racionalizar más adelante de forma detallada es cómo todas las medidas, longitudes, conceptos, sentimientos y emociones que caracterizan al mundo actual, provienen de la psiquis del hombre en un procedimiento que se presenta de forma dual y simultánea.
Algo importante que destacar, y que permitirá el desarrollo y entendimiento de los procesos duales en el individuo, es que tanto la acción como la reacción son simultáneos y lo afectan por igual. Son fuerzas opuestas y complementarias.
De la energía se desarrollarán todas las fuerzas naturales y psíquicas que actuarán sobre los objetos materiales y mentales para su evolución ascendente. Aquí la dualidad continúa siendo el método de observación. Actuarán primero como cimientos de la formación de los fenómenos inorgánicos y orgánicos, hasta dar paso a la vida con autoconciencia que es el hombre: herramienta del Ser para la autoexploración en su propia expresión.
Vale destacar además que en el interior de los estados que asume la sustancia, la replicación de la dualidad primigenia (quietud/movimiento) es una constante infinita. Basta ver cómo en el átomo su carga positiva (energía), y prácticamente la totalidad de su masa (materia), está de hecho concentrada en un pequeñísimo núcleo central en total quietud, a cuyo alrededor gravitan electrones en órbitas bien identificadas, en constante movimiento.
Las cuatro coordenadas de Lo Manifiesto
La circunferencia de la manifestación objetiva es nuestro universo. El Punto Reflejo o Ser, es el misterio previo al Big Bang. Luego de la Gran Expansión o inicio del movimiento, el Ser expresado como materia/energía pasó y pasará por varias etapas de transición, entre momentos largos de extrema calma y espacios cortos de fuerte conmoción hasta el retorno hacia el mismo Punto Reflejo, conocido para nosotros como el Big Crunch.
Estos instantes de fuerte conmoción, de gran salto evolutivo, son espacios trascendentales de la manifestación del Ser en su autoindagación. Representan puntales en donde lo objetivo experimentó cambios profundos, siempre acompañado del Ser como base inamovible e inalterable, dando forma a hechos históricos trascendentales.
Son cuatro las coordenadas o vértices de Lo Manifiesto de dónde partirán los cuatro segmentos fundamentales de la creación enmarcados dentro de nuestra imagen del círculo. Para remarcar esto en nuestro dibujo cortamos paralelamente desde centro, es decir, desde el Punto Original, para encontrar cuatro coordenadas precisas, que veremos frente a frente a la distancia máxima entre dos puntos en la circunferencia.
Estas cuatro coordenadas del círculo que representa Lo Manifiesto son: El Ser o Punto Reflejo (1); La vida en la materia (2); El Ser Manifiesto o Yo Soy (3); y el Ser Gobernante (4).
Ahora bien, iniciado el movimiento, cada coordenada alberga un nivel o expresión de las dualidades del objeto. En el caso de la energía, Ken Wilber explicaba en su Teoría Integral que primero se manifestaron las energías gruesas (prana) como sustento de la materia (1), luego la energía etérica-astral con la aparición de la vida (2), la psíquica con la aparición de la conciencia en el humano (3) y la causal con el surgimiento de la Supramente o Ser Gobernante en la Manifestación (4).
Así mismo, la Materia también presenta niveles de expresión, la conocida evolución en el campo científico. Lo que sería el Big Bang (1), la materia orgánica (2), el Homo sapiens sapiens (3) y un cuarto nivel físico aún por descifrar.
Aunque las tres cosas hablan de lo mismo no se dieron de manera simultánea. Hay que indicar que la Conciencia estaba presente desde antes del prana y del Big Bang, pero esta no estaba manifiesta en el movimiento de la expresión, ya que su estado primario es la quietud total, que es de donde parte y culmina el movimiento de Lo Manifiesto.
Antes de describir los ciclos de cada uno de los segmentos del círculo hay que recalcar que los dos primeros segmentos son parte de una etapa que se conoce como formación; mientras que los dos segmentos restantes forman parte de la etapa conocida como información o conocimiento.
Si dibujamos una línea vertical que pase desde punto 1 al 3, cortando el círculo por la mitad y atravesando justamente el Punto Original como centro de todo, logramos graficar la presencia de la Conciencia en Lo Manifiesto. Esta imagen muestra el Punto Original que se refleja primero como un Ser (1) y luego, producto del movimiento de la expresión, se hace patente en la materia (3).
Esta tríada es representada en muchas analogías de religiones actuales. Tomemos como base la más occidentalizada, la judeocristiana:
“Hagamos al hombre (Ser Manifiesto) a Nuestra imagen (Punto Original) , conforme a Nuestra semejanza (Punto Reflejo) ”
“Y el verbo (Punto Original) se hizo carne (Ser Manifiesto) y habitó entre nosotros”
La Santísima Trinidad - El Padre (Punto Original), el Hijo (Ser o Punto Reflejo) y el Espíritu Santo (Ser Manifiesto o Yo Soy)
El primer semicírculo representa la Formación que etimológicamente significa otorgar forma a alguna cosa. Es la etapa de la materialización de la energía, dando paso a la vida orgánica en distintas expresiones hasta llegar a la presencia del hombre.
Con la aparición del hombre, la segunda etapa es de Información o conocimiento. La revelación de Lo Manifiesto y el proceso de devenir donde se va reconociendo al Punto Original como la nada que abarca todo, es el impulso fundamental para dar la vuelta y completar el círculo.
En el semicírculo de Información las formas ya compuestas, desde lo simple hasta lo complejo, poseen la capacidad de almacenar datos procesados, un mensaje que cambia y transforma al constante movimiento en una tercera dualidad: sujeto/objeto que completa la traslación y cierra el círculo llevando al Ser a su expresión total en Lo Manifiesto.