Читать книгу Estás muerta, nada puede dañarte - Nicola Maye Goldberg - Страница 6

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Una tenue luz despunta sobre la bien trazada pradera, detrás de la cama. Él la coge en brazos. Quiere decirle: Te quiero, nada puede dañarte

pero cree

que es mentira, y al final le dice

estás muerta, nada puede dañarte,

lo cual se le antoja

un inicio más prometedor, más verdadero.

LOUISE GLÜCK,

«Un mito de la devoción»*

Estás muerta, nada puede dañarte

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