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Amanecer en Buenos Aires
ОглавлениеTerminé en esta fiesta porque no acepté una cita. Él me mandó un mensaje de voz. Dentro del mensaje cantaba un tema de Arjona en el baño. Tres minutos, él cantando toda la canción. Buena voz, pero no podía aceptar una cita de este pibe. Me bloqueé. Creo que hice bien. No estoy para citas, y menos con chicos con los que ya sé que no va a funcionar. Así que terminé viniendo a este evento algo extraño con mi amiga, la actriz de moda que ahora es DJ. Ella se ríe de eso porque no lo es, pero actúa como si fuese una. Lo toma como un personaje más de su repertorio. Se compró una Mac y se bajó un par de programas que le recomendó un ex novio que sí es DJ de verdad. Así que ahora temas de pop con otros de hip hop y un poco de cumbia para darle una impronta latina y vender su estilo al exterior.
La fiesta es en una peluquería y está auspiciada por una marca de mojitos. Por una bebida sabor a mojito. Al entrar te dan la botella, después una fotógrafa espera el momento justo para sacarte una foto disfrutando el “trago”. La peluquería tiene luces de tubo intervenidas con aerosoles. Las paredes no están pintadas, más bien son un gran collage con fotos de clientes famosos del lugar. Algunas personas llegan para cortarse el pelo o teñirse de flúor. Mi amiga está en una cabina improvisada, más morocha que nunca por una película de época que está filmando. Se alegra de verme. La liberé de un flaco que la estaba acosando. Me muestra su look, presumiendo que el vestido y las botas son un regalo de un fan, uno con buen gusto y posibilidades de pasar de fan a otra cosa. Está muy linda. También algo fastidiada, no es el evento que esperaba, hay muy poca gente y menos gente cool. Pero bueno, le pagan en dólares, me dice eso todo el tiempo, una hora más y más verdes. Le hacen notas para dos revistas y treinta páginas de internet. Yo, como siempre, sonriendo al costado, intentando no pensar en mi vida por un rato.
La fotógrafa de la fiesta la conocía y nos empieza a contar sus proyectos personales, como el documental El Soundtrack de tu Vida en el que quiere entrevistar a músicos famosos y artistas para que cuenten cuál es la canción más importante para ellos. Luego pondría un poco de la canción armando el soundtrack de la humanidad. Me tiento al imaginar cómo la rechazan los músicos importantes cuando los llama. Pobre, lo dice tan entusiasmada, no se da cuenta de que la cosa no es tan fácil. Igual le decimos que la idea nos parece genial, que re queremos ver el documental. Le pide a mi amiga que vaya pensando la canción de su vida. No podés faltar en mi documental, tenés que estar, le dice.
El mojito en botella pega más de lo que pensábamos. Mi amiga va levantando sus cosas porque la fiesta termina o por lo menos ya le pagaron. La invitaron a un evento en el Hotel Faena y yo caigo en la invitación. Nos vamos para allá porque supuestamente va a estar Woody Allen que vino a filmar su nueva película. Amanecer en Buenos Aires. Todas las actrices de la ciudad están desesperadas intentando darle su reel o aunque sea saludarlo. En internet dicen que en la película van a actuar James Franco, Emma Thompson, Ricardo Darín y Natalia Oreiro, pero hay muchos papeles para actores argentinos. Nadie quiere perderse esta oportunidad.
Imaginate, del IUNA a la nueva película de Woody Allen, me dice mi amiga y yo me tiento. En el colegio nadie nos entendía. Su belleza no era la belleza que un pueblo del interior nombraba reina de la primavera y eso a ella la volvía loca. Todos se burlaban de sus deseos de ser famosa. Así empezó un gran juego para demostrar que se equivocaban. Un par de castings y apareció en la televisión. Al pueblo nunca quiso volver pero a mí siempre que voy todo el mundo me pregunta por ella.
La fiesta de Woody colapsa de famosos. Ellas vestidas como Scarlett Johansson, escotadas con vestidos rojos y mucho rouge, mientras que ellos son imitaciones sin estilo del mismo director. Todos se desesperan por verlo, pero él esta solo en un vip del vip. Rodeado de tres guardaespaldas, sentado en un sillón, marcando los compases de la música con su pie. Mi amiga se acerca. Se saca toda la ropa que puede, su cuerpo es perfecto. Mi familia siempre fantaseó con que ella sea la madre de mis hijos. Yo le sostengo el abrigo, la cartera y los accesorios inútiles como un perchero humano, rol que suelo interpretar cuando estoy con amigas, me sale muy bien. Woody ni la registra, y los guardaespaldas no nos dejan pasar. Nos ponemos a bailar cerca de él. Al rato aparece María Rita, la rival favorita de mi amiga. Un poco más cool que ella y con una carrera más cinematográfica, unos centímetros más, pelo colorado natural, la responsable de que las adolescentes del país pinten sus labios de rojo intenso. María Rita además tiene varios romances con directores internacionales de cine en su currículum. Tiene todas para ganar y sube al vip del vip sin problemas para darle un beso a Woody. Nos damos vuelta. No podemos soportar ver esa situación.
Mi amiga saluda a un montón de famosos y luego me cuenta cómo los conoció. Se empieza a poner nerviosa por no obtener la mirada de Woody. Todos presumen haber entregado su reel. ¿Un DVD con un reel? Antigüedad total. Woody es clásico, no va a ver un link, le advierte otro actor, ni tiene cuenta en Netflix. Buscamos un lugar cómodo y con poca gente, sacamos la computadora y hacemos una copia de su reel. Los beneficios de ser DJ. Mi amiga se acerca al vip del vip pero no la dejan pasar, muestra el DVD y nada. Se tiene que retirar. Camina despacio. Cuando nadie la ve, se agacha y arrastra el DVD por el piso. Capaz tiene suerte y Woody lo agarra. Bueno, ya está, no soporta más estar ahí. Yo quería quedarme pero acá soy un personaje secundario. Nos vamos a comer una bondiola a un carrito de la costanera aprovechando que estamos en Puerto Madero.
El chico del carrito Mi Sueño la reconoce, le pide un autógrafo y una selfie para la novia. Pensaba que ella era vegetariana pero no, sólo para las revistas, porque queda bien y da imagen de conciencia social. Además cuando fue a comer a lo de Mirtha Legrand la opción carnívora no le gustaba. La cambió por ravioles de verdura y ahí Mirtha le preguntó, y bueno, inventó que es vegetariana, vegana. Se volvió tapa de revistas por una semana. Le rindió la mentira. Me voy a comer esta bondiola, pero no digas nada, le dice al pibe del carrito. Es nuestro secreto.
El sol empieza a salir mientras vemos la reserva ecológica y comemos la bondiola. Mi amiga me cuenta que está deprimida, que no le gusta nada de lo que está haciendo. Yo le digo que su vida es genial, que el deprimido soy yo. Ella trabaja de lo que le gusta y tiene millones de beneficios. Me dice que está cansada de estas fiestas, que quiere vivir comiendo bondiola en la costanera, relajada, conmigo, charlando de nuestros viejos amigos del pueblo, criticando a todos, eructando sin pensar en el qué dirán. Yo quiero lo mismo, no quiero estar mal por mi ex, no quiero llorar, quiero tener un trabajo que me guste, quiero ser feliz. Le pide electricidad al del carrito, conecta su compu y se hace la DJ ahí en medio de la costanera. Nos ponemos los tres a bailar. Somos felices.