Читать книгу El cuerpo en la experiencia psicoanalítica - Noemí Lustgarten de Canteros - Страница 9
ОглавлениеINTRODUCCIÓN
Esta publicación es un testimonio de mi trabajo como analista, tomándolo como un exponente, entre otros, del Psicoanálisis con sus determinaciones regionales y epocales. Me sitúo en el contexto del psicoanálisis argentino, considerando sus desarrollos, cambios y permanencias a lo largo del tiempo. Los pioneros, aquellos que trajeron el psicoanálisis a la Argentina, en su mayoría emigrados provenientes de Europa frente a los estragos de la Segunda Guerra Mundial, o de los avatares de la España Franquista —muchos de los cuales contribuyeron a mi encuentro con el psicoanálisis y a los inicios de mi formación— desplegaron una fuerte producción ligada a la temática del cuerpo. Entre ellos podemos mencionar a Ángel Garma, Arnaldo Rascosky, Fidias Cesio, Luis Chiozza, David Liberman, José Bleger, Enrique Pichón Riviere, Mimi Langer y muchos otros, quienes dieron al psicoanálisis una fuerte impronta ligada al cuerpo, a partir de su interés por los trastornos psicosomáticos. A ellos mi agradecimiento por abrirme las puertas de la aventura psicoanalítica.
Es interesante ver cuáles han sido los interrogantes en las diferentes décadas o momentos de este movimiento psicoanalítico, cómo han ido cambiando, y cómo estos cambios no son ajenos a los paradigmas vigentes en la sociedad y a los factores histórico-epoca-les. Estos cambios sin duda, también afectaron mi modo de ejercer y de pensar el psicoanálisis.
Expongo aquí una selección de mis trabajos a lo largo del tiempo. He escrito gran parte de ellos motivada por la interrogación en torno a la temática de la identidad, entendiéndola en el sentido del cómo se llega a ser uno, diferente, es decir, cómo se llega a una diferenciación estructurante. La temática de la discriminación-in-discriminación, abordada por J. Bleger1 entre otros autores dentro del psicoanálisis y más allá de sus fronteras. El tema de la diferencia, del diferente, de la diferenciación, de la exclusión, del prejuicio.
Muestro a lo largo de este texto cómo estas temáticas fueron abordadas fundamentalmente desde Freud, Lacan y en particular, desde las resonancias de la obra de Winnicott. Destaco el eco de estas resonancias en relación a la riqueza de matices en el abordaje clínico, que creo se pueden extraer de su perspectiva, y también de su valor en relación a los modos de abordaje de la subjetividad contemporánea y sus manifestaciones.
Tomo en varios artículos la potencialidad de la idea de paradoja, trasfondo de su aporte el “espacio transicional”, el jugar. Creo que abren una perspectiva que permite atemperar los efectos extremos y negativos a los que arribaron la lógica identitaria y la hegemonía del logos, que, como sostienen varios pensadores contemporáneos, han afectado al mundo occidental de múltiples maneras. Aportaré desde mi experiencia como psicoanalista la potencialidad de la paradoja, sus efectos y aportes en la clínica del cuerpo.
A lo largo del libro insiste la interrogación acerca de cómo afinar sutilmente el ejercicio del psicoanálisis hoy, considerando el mundo contemporáneo y sus efectos en los pacientes que nos consultan, y en nosotros mismos. Para ello, propongo una perspectiva que encuentro en Winnicott, que se sustrae del dilema identitario entre lo nuevo y la ortodoxia en psicoanálisis.
Los textos se alinean con aquellos autores que destacan el análisis como experiencia analítica, y como tal, como oportunidad de hacer diferencia en la repetición. Esta idea desborda la dimensión transferencial como la que sólo permite la producción de un saber inconsciente reprimido.
Creo que lo interesante es poder pensar el trabajo analítico con aquellos pacientes que padecen, pero que en principio “no quieren saber”. ¿Qué podemos seguir aprendiendo frente a esta realidad? ¿Cómo podemos transformarla en estímulo para enriquecer nuestras prácticas? Estas preguntas nos ayudan a trascender las posiciones antagónicas que no dan lugar a lo que interesa: respuestas creativas en nuestras prácticas clínicas y un pensar creativo que sólo surge al poder ser interpelado frente a todo aquello que afecta lo instituido en nuestro modo de trabajar, de pensar y de ser.
El lector se encontrará inicialmente con un capítulo dedicado a “La Angustia”, donde se desarrolla el tema del desamparo traumático con los aportes y matices que le brindan los interjuegos Freud-Lacan-Winnicott, atendiendo a un interés ligado al abordaje clínico. Continúa el capítulo titulado “Cuerpo”, en el que se va desplegando el tema del cuerpo en la clínica, los fenómenos psicosomáticos, la escisión mente-psique-soma (Winnicott) y, en especial, el tema de la alergia como “exemplum” (Agamben), ejemplo paradigmático en el advenimiento de un cuerpo propio. Este tema se reitera y se recrea en varios de los capítulos, adquiriendo matices y nuevas dimensiones con cada nuevo cruce discursivo, con cada perspectiva.
Luego, en el capítulo “La transferencia y la transicionalidad en la clínica del cuerpo” se abordan cuestiones más allá de la psicosomática, incluyendo la particular implicancia del analista, otro efecto de la perspectiva de Winnicott. El tema del cuerpo también lleva a pensar en un cuerpo viviente y en un ejercicio vivo del psicoanálisis. Creo que esta dimensión merece hoy ser destacada, en tiempos donde el hacer vivir fruto de los grandes avances científicos y tecnológicos, merece ser acompañada del “sentirse vivo” del que habla Winnicott, en referencia a esa experiencia de ilusión estructurante de la subjetividad. Finalmente, en el último capítulo, “La transicionalidad, su valor y su vigencia”, se abordan la transicionalidad y las realidades virtuales, y se asoman algunas reflexiones en torno al tema del amor y del amor en transferencia revisitado.
Propongo en el texto relecturas de historiales freudianos; testimonios de análisis (Reik en su análisis con Freud, y Margaret Little y su análisis con Winnicott), algunas viñetas de la obra de Winnicott y la relectura del caso Frida analizado por Margaret Little. El interés de estas relecturas consiste fundamentalmente en ver a través de estos ejemplos paradigmáticos, cómo y desde qué perspectiva se puede generar algo nuevo en el encuentro entre paciente y analista en transferencia, que a su vez da lugar a la producción de nuevos conceptos que enriquecen el saber del psicoanálisis.
1 En su texto “Simbiosis y ambigüedad. Estudio psicoanalítico” (1978) Buenos aires, Editorial Paidós.