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LOS GÉNEROS DISCURSIVOS

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En los inicios del siglo XXI, lejos de haberse perdido la relevancia de la lectura, ésta se ha intensificado, ya que se han ampliado las prácticas sociales que la contienen, debido a la necesidad de leer no sólo lo escrito en papel, sino también en las pantallas de múltiples dispositivos electrónicos.

Internet (páginas Web, correo electrónico, blogs, foros, chats, etcétera) exige lectores cada día más competentes para comprender estas nuevas formas de escritura.

La escritura, además, ya no es considerada sólo un proceso lingüístico, sino un proceso psicolingüístico y sociocultural. Leer comprensivamente implica enunciar hipótesis, realizar inferencias desde los conocimientos de mundo que posee el lector, verificar dichas hipótesis y construir el significado del texto, el que será diferente para cada lector. Pero, también, la lectura comprensiva implica la interacción con una comunidad discursiva determinada y con la visión del mundo que ella sostiene. Así, la lectura es una práctica social en la que se entraman el autor, el discurso y el lector.

Más allá de los soportes diversos –electrónicos o no–, el autor y el lector interactúan a través de géneros discursivos heterogéneos (orales y escritos), los que comprenden desde una conversación a una noticia, desde una carta hasta un informe científico, como también los géneros literarios tradicionales (Bajtín, 1998).

Bajtín, al definir los géneros discursivos, sostiene que los participantes de la “praxis humana” hacen “uso de la lengua” mediante textos –a los que él llama “enunciados”– “concretos y singulares” y que, si bien esos textos son individuales, pertenecen a esferas diferentes que elaboran “sus tipos relativamente estables” de textos, los que se denominan “géneros discursivos”. Asimismo, destaca tres aspectos que se relacionan con la especificidad de una esfera comunicativa: “el contenido temático”, “el estilo verbal”, es decir, “la selección de los recursos léxicos, fraseológicos y gramaticales de la lengua” y, sobre todo, la “composición o estructuración” (Bajtín, 1998, 248).

Ahora bien, para leer esos diferentes géneros discursivos de manera crítica, son necesarias aproximaciones heterogéneas de lectura comprensiva, ya que en cada uno de ellos se buscan –y se encuentran– significados diversos. No se efectúan hipótesis ni inferencias semejantes en la lectura de un estudio científico que en la de una noticia, por ejemplo, aunque el tema sea el mismo.

¿A qué nos referimos cuando decimos leer de manera crítica? Esto supone ir más allá de la comprensión literal e inferencial para cuestionar o problematizar lo que se lee, responsabilizándose el lector de sus propias ideas, contrastándolas con las que aporta el texto, desentrañando las ideas encubiertas de éste, su supuesta neutralidad o ausencia de ideología.

Es que la escritura y la lectura son construcciones sociales y el discurso refleja una concepción de mundo y cumple una función social, mientras el autor y el lector tienen también “propósitos sociales concretos” y sus roles varían según el género discursivo que se escriba o lea (Cassany, 2006 a, 34).

Asimismo, cada género discursivo tiene un propósito, presenta una estructura y un estilo, selecciona ciertas expresiones, usa diversos recursos gramaticales y léxicos y hasta elige tipografías y soportes diferentes (Cassany, 2006 b).

Por todo lo expuesto, comprender críticamente supone recorridos diferentes para los distintos géneros discursivos. Así, sería casi imposible tratar la comprensión lectora inferencial y crítica sin seleccionar un género preciso.

Consecuentemente, la educación debería determinar qué géneros son relevantes en la comunidad discursiva de su contexto, para así direccionar la enseñanza y el aprendizaje de aquellos que priorice por su importancia como práctica social. Dice Cassany que “el interés por estudiar cada género está en que, al conocer cómo es y cómo funciona, podemos mejorar su enseñanza y aprendizaje: aprender a utilizar un género es aprender a desarrollar las prácticas profesionales que se desarrollan con él ” (2006 b, 23).

Estrategias para comprender y producir ensayos

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