Читать книгу El camino - Olanda Angarita - Страница 8
ОглавлениеCAPÍTULO 2
Motivos por los que podrías estar viviendo un duelo
Los motivos por los que podrías estar atravesando un proceso de duelo, sin siquiera saberlo, son muchos. Voy ir, a lo largo del texto, describiendo los que parecen ser más comunes; sin embargo, cada ser humano es un mundo y por cada persona hay un duelo. Así que quédate atento a todo lo que hablemos aquí y aplícalo a cualquier cambio que cause desequilibrio en tu vida.
El duelo es un proceso interno de adaptación que vivimos después de haber tenido una pérdida. Es el dolor que sentimos a causa de esta pérdida. Es el proceso que realiza el cuerpo para recuperar su equilibrio. Es la adaptación emocional que todos vivimos por los diferentes tipos de pérdidas que podemos experimentar en el transcurso de nuestra vida.
Puedes estar viviendo una experiencia de duelo por la muerte de una mascota, un divorcio o una separación, cuando se termina una amistad muy querida, al mudarte de aquella casa donde tenías tantos recuerdos, al cambiar de colegio (atentos con los pequeños de la casa) o al emigrar de un país a otro o al perder la buena salud a causa de una enfermedad.
Un proceso de duelo también puede comenzar cuando una mañana te das cuenta de que tienes una arruga o una cana más y sientes que estás perdiendo tu juventud. Este duelo es muy común hoy en día, porque vivimos en una sociedad donde parece que ser joven es la puerta de entrada para emprender nuevos proyectos, comenzar nuevas relaciones de pareja, viajar, buscar empleo, entre otras cosas; mientras que esta puerta se cierra para todos aquellos que no tengan cierta edad. Parece, entonces, que para seguir activo y vigente en esta sociedad no te puedes dar el lujo de envejecer.
Tal vez tus pérdidas se relacionen con una etapa que no sabes cómo terminar, como un divorcio o una separación, o una nueva que no sabes cómo empezar, como el síndrome del nido vacío: tus hijos crecen, se van de casa y tú que tienes tantos años siendo madre o padre ya no sabes quién eres sin ellos. Empeora la situación, en algunos casos, cuando además de “perder” a tus hijos te das cuenta de que tu relación de pareja ya no es la misma que antes.
Quizás tu duelo sea profesional: no has podido concretar un proyecto al que le tienes mucha fe, perdiste tu trabajo y en el fondo crees que jamás encontrarás una nueva oportunidad, sientes que estas muy mayor para conseguir otro buen empleo o peor aún sientes que ya no tienes valor en el mercado.
Sí, es una lista larga de pérdidas, y cada duelo está hecho a la medida de cada doliente. Cada duelo es una real pesadilla; por ello, debemos respetar el dolor de cada ser humano y no minimizarlo jamás.
¿Cómo encontrar de nuevo el rumbo después de que hemos perdido lo que creíamos era nuestra ruta a la felicidad y a la plenitud? ¿Cómo volver a ser felices si vivimos con la creencia de que todo lo externo es lo que nos dará la felicidad y la paz que tanto buscamos?
El camino de retorno a nosotros puede ser difícil a veces. Sin embargo, la satisfacción de reencontrarnos, pararnos frente a nosotros mismos y vernos de nuevo a los ojos, percibirnos como sobrevivientes, sentir que ahora somos más fuertes que antes, no tiene precio.
Tú tienes que convertirte en la causa del efecto que quieres experimentar. Como dice el dicho:
“afuera no hay causas, solo efectos”
Comenzamos a entender que el dolor por lo vivido era el mapa hacia nuestro interior, y justo allí dentro es donde nos aguarda nuestra felicidad, paz, armonía y amor propio. Comprendemos de una buena vez que gracias a esa experiencia encontramos ese tesoro tan preciado.
Entendemos que el viejo paradigma newtoniano de causa-efecto —es decir que el entorno nos proporciona lo que necesitamos para activar los cambios dentro y evolucionar— no es el correcto.
Hay una frase que me encanta: “no hay suficiente amor en este mundo para hacer sentir amada a una persona que no se ama a sí misma”. Y tampoco hay suficiente respeto, confianza, paz, armonía y felicidad fuera de nosotros que lo pueda conseguir. Entonces, ¿vas a seguir buscando fuera lo que desde dentro te está llamando? ¿Qué necesitas para darte cuenta de que ya estás completo?
Hoy en día se está comenzando a vivir más desde la visión cuántica, esa que te invita a crear desde dentro hacia afuera. Por ejemplo, si estuvieras viendo una película que no te gusta, lo lógico sería que la cambiaras en el aparato proyector y no la pantalla. Lo mismo ocurre con la película de tu vida. Tú eres ese aparato emisor, entonces tú y solo tú puedes cambiar lo que estás proyectando en la pantalla de tu vida.
Tú tienes que convertirte en la causa del efecto que quieres experimentar. Como dice el dicho: “afuera no hay causas, solo efectos”.
Atrévete a recoger tus pedazos del suelo y llévalos a tu interior para armarte de nuevo. Esta vez debes crearte desde cero, ser una nueva persona, una nueva energía que tenga pensamientos diferentes que te lleve a nuevas experiencias. Pregúntate cuál es la mejor versión que puedes ser y, desde esa respuesta, reconstrúyete. Haz de ti la mejor obra de arte jamás pensada.
Entonces, volvamos al duelo ¿qué vas a hacer con todo este dolor que sientes?
Una vez que has reconocido que estás de duelo podrás activar los cambios para tu bienestar. Podrás reorientar tu brújula e incluso podrás cambiar el rumbo hacia el destino que quieras.
¿Estás listo? Vamos paso a paso.
No hay suficiente amor en este mundo para
hacer sentir amada a una persona que no se ama a sí misma
Encuentra tu forma de conectarte con esa
energía creadora que te permitirá vivir a plenitud el tiempo que te toque permanecer en este maravilloso planeta.