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Оглавление2. HISTORIA DEL YOGA
LOS YOGA SUTRAS DE PATANJALI
Los Yoga Sutras de Patanjali es el primer texto escrito sobre yoga que se conserva, y data de unos 200 años a. C.
El yoga expuesto por Patanjali es uno de los seis darsanas clásicos de la India: Samkhya, Yoga, Nyaya, Vaisesika, Mimamsa y Vedanta. La palabra darsana, deriva de la raíz dris (ver) y su mejor traducción sería “punto de vista”. Aunque el yoga se practicaba mucho antes de que se escribieran los Yoga Sutras. Patanjali recoge en sus Yoga Sutras prácticas de posturas de respiración y de meditación, que hasta ese momento se habían transmitido oralmente, las ordena y las dota de un contenido teórico muy parecido al del Samkhya, el más antiguo de los darsanas.
Se trata de un texto corto y de gran precisión, donde el orden de cada palabra es importante. Consta de 195 versículos, agrupados en cuatro capítulos. En cada capítulo se explica el yoga desde un ángulo distinto. Es como si fueran explicaciones del mismo tema, pero dedicadas a personas que se hallen en distintas circunstancias.
Conocer bien los Yoga Sutras requiere años de práctica, estudio y meditación, al lado de un profesor que a su vez haya profundizado en su contenido.
La estructura de los Yoga Sutras coincide con la de los tratados de la época, también en cuatro partes. La primera explica de qué se trata, la segunda de los medios para realizarlo, la tercera, de los resultados, y la cuarta es un apéndice con precisiones y aclaraciones.
El primer capítulo trata de la mente y va dirigido a los que tienen una cierta estabilidad mental.
El segundo es más práctico, trata del sufrimiento y de las causas del malestar en el ser humano. Da toda una serie de indicaciones prácticas para llegar a controlar la mente y alcanzar el conocimiento de uno mismo, y va dirigido a los que tienen una mente inestable.
El tercer capítulo trata de la concentración y de sus resultados. Va dirigido a los que son capaces de centrar la mente.
El cuarto trata de la liberación y va dirigido a los que ya han avanzado en el camino.
ATHA, ahora
ATHA (YS I-1) es la primera palabra de los Yoga Sutras. Entre otras cosas significa “ahora”; un ahora que tiene en cuenta todos los pasos previos hasta llegar al presente en que profesor y alumno tienen el texto entre manos y están dispuestos a permanecer juntos el tiempo necesario para que la enseñanza se transmita. La enseñanza cobra vida cada vez que contactamos con ella e iniciamos su estudio; así el yoga va pasando de maestro a alumno desde tiempos inmemoriales.
ATHA también es un toque de atención, una toma de conciencia sobre el hecho de que algo muy valioso está ahí presente y acogemos esta enseñanza en nuestro interior con respeto. Va a funcionar como un espejo en el que nos vemos reflejados y contribuirá a que nos conozcamos mejor.
DEFINICIÓN DEL YOGA
Patanjali define el yoga como la calma (nirodha) de la agitación mental (chitta vritti) (YS I-2), y añade, precisando un poco más esta definición, que “entonces, el que ve (drashtu) permanece en su propia naturaleza” (YS I-3).
Drashtu (“el que ve”) no cambia, es lo más estable que hay en el ser humano, pero generalmente vivimos ignorándolo. Las técnicas del yoga nos inducen a tomar conciencia de esta estabilidad que hay en cada uno de nosotros y a vivir desde ella. En el próximo capítulo se va a desarrollar un poco más este punto.
YOGA Y SAMKHYA
El Samkhya es el más antiguo de los seis darsanas, y Patanjali se basa en él para elaborar el yoga.
El darsana Yoga se diferencia del darsana Samkhya básicamente en dos puntos.
En primer lugar, el Samkhya afirma que puede llegarse a la liberación por el conocimiento intelectual. En cambio, según el Yoga, es necesaria una práctica que aporte una experimentación de los estados de conciencia descritos.
El segundo punto se refiere a la idea de Dios. El Samkhya es ateo y en el Yoga interviene la idea de Dios. En los Yoga Sutras, a la idea de Dios se le atribuyen unas cualidades: es atemporal, no cambia y es conocimiento. Así como en occidente se asocia la idea de Dios al padre, en el Yoga se asocia al maestro, ya que se dice que es la fuente del conocimiento y que todo conocimiento viene de él.
Estamos hablando de la concepción mental de algo, lo que no hay que confundir con el algo en sí mismo: la concepción de la idea de Dios que se expone en los Yoga Sutras es una hipótesis de trabajo, ya que el abandono de la divinidad es una de las alternativas que se exponen como forma de estabilizar la mente. Hacer lo que es posible hacer, de la mejor forma, y aceptar los resultados de la acción. Si el practicante de yoga se siente atraído por esta vía, tiene mucha suerte, porque es una vía rápida y segura: que siga adelante. Si no le atrae, el texto presenta otras propuestas que pueden conducirle al mismo lugar.
Para el practicante de yoga, creer en Dios o no no es importante. En cambio, sí lo es desarrollar una práctica con perseverancia, dedicación y entusiasmo.