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Relaciones humanas

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“2. El ego entabla relaciones con el solo propósito de obtener algo. 2 Y mantiene al dador aferrado a él mediante la culpa. 3 Al ego le es imposible entablar ninguna relación sin ira, pues cree que la ira le gana amigos. 4 No es eso lo que afirma, aunque ése es su propósito. 5 Pues el ego cree realmente que puede obtener algo y conservarlo haciendo que otros se sientan culpables. 6 Ésta es la única atracción que ejerce, pero es una atracción tan débil que no podría subsistir si no fuese porque nadie se percata de ello. 7 Pues el ego siempre parece atraer mediante el amor, pero no ejerce atracción alguna sobre aquellos que perciben que atrae mediante la culpabilidad”. Un curso de milagros (T-15.VII.2:1-7).

El ser humano nace y es acogido por su madre, brindando seguridad, protección y cuidado, iniciando el primer instante de especialísmo, dependencia y condicionamiento emocional. La madre, se siente especial, dependiente de su hijo, sufre al estar a su cuidado, alerta evitando que le suceda algún evento catastrófico a su progenie, ahora duda de toda decisión que toma para si misma, y valora lo que dicen terceros, referente su labor de madre, sintiéndose desamparada ante esta nueva responsabilidad, que no puede evadir como en tiempo de antaño lo había hecho con otras.

Esta es la función primordial de las relaciones humanas, las madres siempre han criado, educado y cuidado a los hijos, por lo tanto, en su interior reside el poder para guiar a todo hijo y compañero masculino a la integridad, sanar su mente, para vivir en el amor y con paz mental.

Nacemos con o sin padres, con o sin problemas, con miedos o sin miedos, con hambre o sin hambre, ciegos o videntes, atónitos o aturdidos, felices o iracundos, con odio u amor, simplemente hemos nacido en el sueño terrenal, para vivir las experiencias físicas, ser felices, y aceptar cada evento como lo es, una experiencia y nada más, fue feliz mientras duro, hay un camino por continuar y avanzar.

En ningún momento dejamos de emprender, evoluciona el desarrollo psico mental del Ser, la evolución biológica del cuerpo, el desarrollo emocional, cognitivo, sexual y de madurez su apego al Ser que lo sustenta. A pesar de nuestro entorno imaginado, desde el momento en que nacemos emprendemos el acto de resiliencia, adaptándonos y evolucionando en este nuevo lugar.

“9. El sufrimiento y el sacrificio son los regalos con los que el ego “bendice” toda unión. 2 Y aquellos que se unen ante su altar aceptan el sufrimiento y el sacrificio como precio de su unión. 3 En sus iracundas alianzas, nacidas del miedo a la soledad, aunque dedicadas a la perpetuación de la misma, cada cual busca aliviar su culpabilidad haciendo que el otro se sienta más culpable. 4 Pues cada uno cree que eso mitiga su propia culpa. 5 El otro siempre parece estar atacándole e hiriéndole, tal vez con minucias, tal vez “inconscientemente”, mas sin nunca dejar de exigir sacrificio. 6 La furia de los que se han unido en el altar del ego es mucho mayor de lo que te imaginas. 7 Pues no te das cuenta de lo que el ego realmente quiere”. Un curso de milagros (T-15.VII.9:1-7).

El nuevo Ser, siendo un cuerpo frágil y débil, dependerá de otro ser para captar su alimento, abrigo, limpieza y seguridad por un tiempo de su vida. Entraremos en un estado viciado, dejando de ser seres independientes, para convertirnos en seres codependientes. Por lo que desde el nacimiento, nos comportamos de forma tiránica, exigiendo a nuestros padres, que cubran nuestras necesidades de supervivencia para el cuerpo, sin importarnos, cuales son sus oficios, roles en su vida, situación emocional, financiera, mental o espiritual, solo deben cubrir nuestros caprichos que nacen desde nuestro ego, y que si no son suplidos cuando lo demandamos, gritamos con más fuerzas, siendo déspotas, dependientes, codependientes, esclavos y esclavistas, de todo aquel a quien podemos tener bajo nuestro control y manipulación, los padres biológicos tienen la misión de guiarnos, cuidarnos, educarnos y amarnos, y es a través de esta enseñanza que ellos sanan su odio mental, para que prosigamos todos el viaje que nos lleva camino al amor y la eternidad.

“10. Cada vez que te enfadas puedes estar seguro de que has entablado una relación especial que el ego ha “bendecido”, pues la ira es su bendición. 2 La ira se manifiesta de muchas formas, pero no puede seguir engañando por mucho tiempo a los que se han dado cuenta de que el amor no produce culpabilidad en absoluto, y de que lo que produce culpabilidad no puede ser amor, sino ira. 3 La ira no es más que un intento de hacer que otro se sienta culpable, y este intento constituye la única base que el ego acepta para las relaciones especiales. 4 La culpa es la única necesidad del ego, y mientras te sigas identificando con él, la culpa te seguirá atrayendo. 5 Mas recuerda esto: estar con un cuerpo no es estar en comunicación. 6 Y si crees que lo es, te sentirás culpable con respecto a la comunicación y tendrás miedo de oír al Espíritu Santo, al reconocer en Su Voz tu propia necesidad de comunicarte”. Un curso de Milagros (T-15.VII.10:1-6).

La tiranía y maltrato que damos a nuestros padres es parte de una información de capricho y odio ancestral. Esta información se ha ido heredando generación tras generación y busca ser sanada. Odiamos a nuestros padres en lo mas profundo de nuestra mente inconsciente. No lo recordamos, pero así es, cuando no satisfacen nuestros caprichos aparece este odio, cuando nuestros padres no corrijen este acto de capricho y expresión de ego, pasamos a dominarlos manteniéndoles en nuestro poder, controlando a voluntad y manipulando cada situación a nuestra conveniencia. Pero cuando ocurre un evento inesperado nos enfurecemos y ahora somos victimas y culpamos a aquellos que están corrigiendo de buena voluntad, nuestra soberbia, orgullo y vanidad.

El control de nuestros caprichos nos lleva a la codependencia continua pues nuestro confort no está completo sin exigir a otros, pues nuestra conducta tiránica, si no es corregida desde un principio, se incrementara cada día más, convirtiéndonos en reales demonios esclavistas, sin tolerancia hacia nuestros padres, engrandeciendo nuestro orgullo, soberbia, ira y vanidad, con una inteligencia emocional sin gestión, perniciosa para nuestra vida y desarrollo personal en etapas de juventud y adultez.

Esta actitud egoica proviene de una relación ancestral no sanada, el amor a Dios, la divinidad o la fuente de nuestro origen cósmico. El hijo de Dios, se revelo en contra de su creador y pensó en su inocencia iracunda, que el era grandioso y superior a su padre, un acto de naturaleza vanidosa y arrogante. El imagino que había creado al mundo y se dijo a si mismo, es mejor reinar en el infierno sin mi padre, que en el cielo con Dios. Y es a este ser el que el nombre del mito bíblico se le llama satán. Dios entrega todo en forma de energía y en su inocencia el hijo materializa, pues su pensamiento creativo interactúa con la energía, materia y luz del universo, dando forma a cada identidad que vemos con los ojos del cuerpo.

“6. De una forma u otra, toda relación que el ego entabla está basada en la idea de que sacrificándose a sí mismo él se engrandece. 2 El “sacrificio”, que él considera una purificación, es de hecho la raíz de su amargo resentimiento. 3 Pues preferiría atacar de inmediato y no demorar más lo que realmente desea hacer. 4 No obstante, dado que el ego se relaciona con la realidad tal como él la ve, se da cuenta de que nadie podría interpretar un ataque directo como un acto de amor. 5 Mas hacer sentir culpable a otro es un ataque directo aunque no parezca serlo. 6 Pues los que se sienten culpables esperan ser atacados y, habiendo pedido eso, se sienten atraídos por el ataque”. Un curso de Milagros (T-15.VII.6:1-6).

Lo que olvidamos, es que proyectamos luz, fabricando la ilusión que llamamos universo visible material. Odiando en el mito bíblico a Eva, quien representaba la integridad del espíritu de Dios con lo material del mundo humano, que el hijo fabrico y no reconoce su cocreación con el padre. Pues el padre entrega todo a su hijo, que somos todos los seres que habitamos este universo, usando todo a nuestra disposición para fabricar la ilusión que vemos día a día.

“5. Mientras percibas el cuerpo como tu realidad, te percibirás a ti mismo como un ser solitario y desposeído. 2 Y te percibirás también como una víctima del sacrificio y creerás que está justificado sacrificar a otros. 3 Pues ¿quién podría rechazar al Cielo y a su Creador sin experimentar una sensación de sacrificio y de pérdida? 4 ¿Y quién podría ser objeto de sacrificios y pérdidas sin tratar de rehacerse a sí mismo? 5 No obstante, ¿cómo ibas a poder hacer esto por tu cuenta, cuando la base de tus intentos es que crees en la realidad de la privación? 6 Sentirse privado de algo engendra ataque, al ser la creencia de que el ataque está justificado. 7 Y mientras prefieras conservar la privación, el ataque se vuelve salvación y el sacrificio amor”. Un curso de Milagros (T-15.XI.5:1-7).

Mientras vivamos odiándonos, nuestros actos serán demoniacos y satánicos, pues satán quiere decir en contra de Dios. Por lo que no se ama así mismo, pues odia estar hecho de la energía de Dios. Al momento de amarnos, aceptaremos de nuevo a Dios, al verdadero Dios de amor, amándolo, perdonándonos por nuestra actitud pueril al darle realidad a una ilusión, en la que vivimos ocultándonos en las sombras del pasado, para no ver la realidad que esta ante nuestros ojos.

“1. Ésta es la clave de la salvación: lo que veo es el reflejo de un proceso mental que comienza con una idea de lo que quiero. 2 A partir de ahí, la mente forja una imagen de eso que desea, lo juzga valioso y, por lo tanto, procura encontrarlo. 3 Estas imágenes se proyectan luego al exterior, donde se contemplan, se consideran reales y se defienden como algo propio de uno. 4 De deseos dementes emerge un mundo demente, 5 y de juicios, un mundo condenado. 6 De pensamientos de perdón, en cambio, surge un mundo apacible y misericordioso para con el santo Hijo de Dios, cuyo propósito es ofrecerle un dulce hogar en el que descansar por un tiempo antes de proseguir su jornada, y donde él puede ayudar a sus hermanos a seguir adelante con él y a encontrar el camino que conduce al Cielo y a Dios”. Un curso de Milagros (L-pII.325:1-6).

Nuestra naturaleza emprendedora, siempre nos lleva a avanzar, a corregir nuestra conducta tiránica y de maltrato a los padres, para que los padres se liberen del sentimiento de culpa inconsciente que esconden en su mente por no haber deseado del todo a sus hijos. Es importante tomar conciencia de estas situaciones, sanar y tomar las responsabilidades correspondientes para corregir la situación de los hijos como padres, y como hijos comprender nuestro comportamiento y actitudes desde el ego destructivas que nos están generando pensamientos de odio y resentimiento, que proyectamos a nuestro entorno, para evitar aceptar que somos responsables de lo que nos ocurre externamente, manteniéndonos atascados, dando vueltas en el mismo lugar, sin avanzar y sintiéndonos frustrados y con ira ante la vida que estamos proyectando y viviendo.

Cuando sana nuestra percepción los obstáculos son oportunidades para mejorar nuestra fortaleza, aumentar nuestra sabiduría y reconocer que ignoramos las sorpresas que nos obsequia la vida, para ser cada día mejores. El mundo se postra ante nuestros pies en este momento, pisamos firme y fuerte, avanzamos de cortos pasos a grandes pasos, caemos y nos levantamos para seguir adelante con mayor énfasis y empeño.

De forma inconsciente somos capaces de emprender, cuando debemos enfrentar una necesidad o alguna actividad que nos genera felicidad lo hacemos sin dubitación, sin embargo, el temor al fracaso, nos lleva a evitar los riesgos, vivir de forma codependiente a lo que nos sugieren terceros, sin desarrollar nuestra propia voz, como es el caso en la sobre protección que se presenta en nuestra niñez.

En nuestras etapas iniciales de vida, nuestro sistema de comunicación es a través del llanto, gritos, señales, o balbuceos. Estamos atentos a cualquier acto u evento que ocurre a nuestro alrededor sin embargo no hemos descifrado el código de lenguaje que nos permita gesticular palabras. Nuestra capacidad de enfoque y atención nos lleva a copiar sonidos y esto nos hace emprender el arte de hablar, iniciamos pronunciando frases cortas, avanzando hasta formular preguntas elaboradas, de funcionamiento, vida, belleza, religiosas, esto ocurre por la necesidad de hacernos escuchar, de hacernos notar y que estamos allí presentes.

“El dolor mental es menos dramático que el dolor físico, pero es más común y también más difícil de soportar”. C. S. Lewis.

Quien no recuerda la sensación de ansiedad que se genera al hacer cualquier acto por primera vez, el mundo circulaba más deprisa, nos enfocamos en nuestro horizonte y volteamos a ver lo que dejamos atrás, un acto de gran coraje y de esfuerzo, una sensación de adrenalina que evolucionaria dentro de nosotros y que día a día buscaríamos que se produjese con mayor amplitud. Los menos valientes buscaron su dependencia, observaban atrás ubicando a su protector, al no verlo caen al suelo y lloran interrumpiendo el acto de emprender.

El emprender el desafió fue estimulante, al inicio partimos a pasos lentos e inseguros, poco a poco avanzáramos por nuestra propia cuenta y equilibrio, nos lleva a eliminar los límites de corto y mediano alcance y a expandir nuestra zona de confort.

Todo esto ocurrió cuando decidimos emprender, un nuevo riesgo, un nuevo desafío, una nueva primera vez, con un solo propósito, avanzar hacia adelante.

Por primera vez la codependencia con nuestros progenitores desaparece del todo, pasan a ser seres de segundo rango, nos sentimos libres, hay guías o guardianes, sin embargo, decidimos que hacer, jugar, emprender y divertirnos.

Hemos emprendido un nuevo acto, que no posee fin, ilimitado para nuestras vidas, este acto de libertad suprema, dicta sentencia en nosotros y nos muestra lo ansiosos que estamos por conocer más del entorno en el que vivimos, así como también, muestra lo vulnerable que somos cuando no abandonamos la codependencia que nos sobreprotege y nos resta el derecho de emprender.

“La propia-estima no puede ser verificada por los demás. Tú vales porque tú dices que es así. Si dependes de los demás para valorarte, esta valorización estará hecha por los demás.” Wayne Dyer.

No conocemos lo que es el amor, aún no comprendemos que la atracción física, energética y química, es lo que lleva a relacionarnos con otros seres humanos, nos eleva y nos lleva a tocar fondo sin preguntar, a esta acción, la llamamos enamorarse, lo cual no es más que un estado de capricho, una ilusión de querer poseer lo que se desea, antojos de nuestra tiranía humana.

“4. El amor no es una ilusión. 2 Es un hecho. 3 Si ha habido desilusión es porque realmente nunca hubo amor, sino odio, 4 pues el odio es una ilusión y lo que puede cambiar nunca pudo ser amor. 5 No cabe duda de que los que eligen a algunas personas como pareja en cualquier aspecto de la vida y se valen de ellas para cualquier propósito que no desean compartir con nadie más, están tratando de vivir con culpa en vez de morir de ella. 6 Éstas son las únicas alternativas que ven. 7 Para ellos el amor es sólo un escape de la muerte. 8 Lo buscan desesperadamente, pero no en la paz en la que él gustosamente vendría hasta ellos quedamente. 9 Y cuando descubren que el miedo a la muerte se cierne todavía sobre ellos, la ilusión de que la relación de amor especial es lo que no es, se desvanece. 10 Cuando se desmantelan las barricadas contra el miedo, éste se abalanza adentro y el odio triunfa”. Un curso de Milagros (T-16.IV.4:1-10).

La primera vez que sucede esto, el vínculo emocional nos conecta de forma inmediata, no sopesamos y lo único que deseamos es estar cerca el uno del otro, este suceso nos está llevando a encontrarnos a nosotros mismos, esa es la razón de la fase inicial de atracción, su propósito es el de sanar el odio y la culpa, que albergamos en nuestros pensamientos y así de esta forma desarrollar nuestra verdadera identidad, la cual se expresa a través del estado de felicidad inexplicable que retumba en nuestro pecho. Los besos, caricias y relaciones sexuales, son experiencias corporales, pero como, albergamos errores de concepto, solemos asociar estos actos con una descripción equivocada de lo que es el amor, encadenándonos al sufrimiento, asociando nuestra felicidad mental, al pensar que otros nos harán felices, cuando la felicidad no depende de nadie, es un estado mental que se encuentra en ti.

“3. La relación de amor especial es un intento de limitar los efectos destructivos del odio, tratando de encontrar refugio en medio de la tormenta de culpabilidad. 2 Dicha relación no hace ningún esfuerzo por elevarse por encima de la tormenta hasta encontrar la luz del sol. 3 Por el contrario, hace hincapié en la culpa que se encuentra fuera del refugio, intentando construir barricadas contra ella a fin de mantenerte a salvo. 4 La relación de amor especial no se percibe como algo con valor intrínseco, sino como un enclave de seguridad desde donde es posible separarse del odio y mantenerlo alejado. 5 La otra persona envuelta en esta relación de amor especial es aceptable siempre y cuando se ajuste a ese propósito. 6 El odio puede hacer acto de presencia, y de hecho se le da la bienvenida en ciertos aspectos de la relación, pero la relación se mantiene viva gracias a la ilusión de amor. 7 Si ésta desaparece, la relación se rompe o se vuelve insatisfactoria debido a la desilusión”. Un curso de Milagros (T-16.IV.3:1-7).

La mujer sana el mundo

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