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Capítulo I

LA CORINTO ROMANA: UNA PERSPECTIVA GENERAL


Grabado 1. Corinto romana, su arquitectura y administración.

Introducción

Hay ahora un supuesto bien concreto entre los estudios del Nuevo Testamento de que el apóstol Pablo escribió la primera epístola a los Corintios y que esta fue escrita en Éfeso.1 Los eruditos están casi unánimes en que el progreso importante de Pablo tuvo lugar al comienzo de su ministerio2 y que las epístolas corresponden a la última parte de su carrera. Además, que fue impresionado para escribir 1 Corintios en respuesta a las noticias alarmantes de la iglesia.3 No hay indicación de que fuera expulsado de Atenas por una turba (de agitadores judíos) o por las autoridades. Sencillamente, dejó la ciudad y se fue a Corinto, que era la capital de la provincia romana de Grecia, conocida como Acaya.4 Había judíos en Corinto (como Aquila y Priscila) que fueron expulsados de Roma. Vale la pena señalar que los judíos en Roma se distribuyeron entre algunas sinagogas de distrito, en lugar de reunirse en una misma comunidad. La más antigua y, casi seguramente la más grande de las congregaciones, estaba en la zona llamada transtiberiana, en el oeste del Tíber.5

Los judíos, mayormente, mantuvieron sus antiguas tradiciones e instituciones en la Diáspora y algunos fueron lentos para integrarse a la forma de vida secular grecorromana.6 Hay un desacuerdo acerca de la fecha de expulsión de los judíos de Roma y el arribo de Pablo a Corinto, según Hechos 18:2. El relato en la cita anterior dice que Claudio expulsó a todos los judíos de Roma; esto es difícil aceptarlo. El relato de su visita inicial a Corinto en Hechos 18, ofrece algunas evidencias históricas;7 sin embargo, algunos intérpretes vinculan la expulsión con el esfuerzo del emperador de pacificar la comunidad judía durante el primer año de su reinado.8

Visita de Pablo a Corinto

Lucas también menciona un edicto imperial del año 49 d.C. cuando Claudio expulsó un número de judíos de Roma.9 Dio Cassius también menciona un edicto relativo a los judíos en Roma, temprano en el reinado de Claudio (año d.C.)10 Pero esto no se refiere, específicamente, a ninguna expulsión de la ciudad. La indagación surge sobre, si los informes de los suetonios y Dio Casius, son dos edictos disímiles o si son reportajes diferentes del mismo incidente histórico.


Grabado 2: Cabeza de Tiberio Claudio Cesar Augustos.

“Tiberio Claudio César Augustos Germanicus, Pontifex Maximus, sosteniendo el poder tribunicio, proclama: ... ‘Por lo tanto, es justo que también los judíos que están en todo el mundo bajo nosotros, mantengan sus costumbres ancestrales sin obstáculos y a ellos también ordeno usar esta mi bondad de manera muy razonable y no despreciar los ritos religiosos de las otras naciones, sino observar sus propias leyes’. Edicto de Claudio sobre los derechos judíos” 41 d.C.

Suetonius registra una expulsión de agitadores judíos (confundidos con cristianos), pero no ofrece fecha.11 Por lo tanto, la fecha en Hechos parece ser la más confiable sobre la expulsión de los judíos de Roma. En oposición, Lüdermann argumenta de una fecha más temprana y ubica el encuentro del apóstol Pablo con Priscila en Corinto en el año 41.12

Algunos intérpretes, sin embargo, favorecen la fecha más tardía, considerando que Aquila y Priscila llegaron poco antes que el apóstol Pablo, alrededor de los años 49 y 50 d.C.13 Lucas empieza su reportaje de la visita de Pablo a la Corinto romana con las expresiones: “Después de esto, él dejó Atenas y se fue a Corinto. Y encontró un judío llamado Aquila y a su esposa Priscila, nativos del Ponto”.14 En otras palabras, Lucas registra que el arribo de Pablo a Corinto fue pronto, después de Aquila y Priscila y el edicto de Claudio. Lucas también menciona solo dos visitas del apóstol Pablo a Corinto.

Pablo y el Edicto de Claudio

Como se mencionó antes, Lucas dice que Aquila y Priscila llegaron un poco antes que Pablo,15 cuya presencia en Corinto se hace clara en el decreto de Claudio. Es interesante observar que Suetonius menciona que el emperador promulgó el siguiente decreto: “Iudeaos impulsore Chresto assidue tumultuantis Roma expulit”.16 Según Claudio, los judíos fueron expulsados de Roma porque estaban creando disturbios en el nombre de Chrestus.


Grabado 3. Mural sobre la expulsión de los judíos de Roma por Claudio.

También, Orosius menciona claramente que la expulsión ocurrió en el noveno año de Claudio.17 Según las costumbres romanas, los años del régimen de un emperador se contaban a partir del momento en que asumía el poder. De allí, que Claudio fuera proclamado emperador por la Guardia Pretoriana el 25 de enero del año 41 d.C. Su noveno año caería, entonces, entre el 25 de enero del año 49 d.C. y el 24 de enero del año 50.18

En contraste, Suetonius es citado acertadamente, pero la explicación que da Orosius está matizada por sus mismas suposiciones.19 Tales reservas sobre la confiabilidad de Orosius son reforzadas por el silencio de Tácito. Él menciona el año 49 d.C., pero no hay una sola referencia a ninguna acción20 tomada contra los judíos de Roma en ese tiempo. Cuando el emperador murió en octubre del año 54 d.C., el edicto no tenía valor y estaba anulado.21 Según Dio Cassius, Claudio pensó expulsar los judíos de Roma, sin embargo, era bastante imposible porque sumaban cerca de 50.000 solo en la ciudad.22 Los judíos, sin embargo, eran igual en número cuando Tiberio los expulsó de Roma en el año 19 d.C., y habría sido preferible, desde el punto de vista administrativo, expulsarlos otra vez sin problemas.23

En otras palabras, la medida reportada por Dio Cassius habría empeorado, en lugar de resolver el dilema. La idea de que Claudio tenía conflicto con los judíos ha sido rechazada, porque lo que se conoce de su actitud hacia los judíos es que fue muy positiva desde el comienzo de su reinado.24 El problema, entonces, es la fecha en que hizo la decisión contra los judíos de Roma. Aún más, las epístolas de Pablo carecen de información de una fecha como, por ejemplo, una referencia a los gobernantes romanos o al calendario nacional;25 sin embargo, les restauró todos los privilegios que les fueron abolidos por su predecesor Gaius.26 La inscripción de Gaius podría iluminar algunos de los asuntos con respecto a la llegada de Pablo a Corinto romana:

El tiempo que Lucius Gaius, hermano de Séneca, estuvo como procónsul de Acaya, puede determinarse con un grado de certeza por una inscripción que documenta una carta del emperador Claudio a la ciudad de Delfos. El texto correlaciona la fecha de su composición con la aclamación vigésima sexta de Claudio como emperador. Aunque la vigésima sexta aclamación, en sí misma no puede fecharse, existe información de que fue dirigida al sucesor de Lucius Gaius y debe, por lo tanto, haber sido escrita en el verano del año 52. Puesto que los procónsules de las provincias senatoriales generalmente ocupaban sus puestos por un año, podemos inferir que Lucius Gaius fue procónsul de Acaya desde el comienzo del verano del año 51 hasta principios del verano del año 52.27

Pablo estuvo en Corinto un año y medio. Dando por sentado que los judíos habrían presentado quejas contra él poco después de que el nuevo procónsul asumiera su cargo, podemos establecer la fecha en que Gaius entró en escena en el verano del año 51.28

J. A. Fitzmyer afirma que, asumir que el emperador Claudio envió el edicto relativo a Delfos al mismo tiempo que Gaius aún estaba en su cargo, reduce la fecha de la aparición del apóstol antes de Gaius, al verano o a principios del otoño del año 52.29 Pablo pudo haber dejado Corinto para dirigirse a Asia Menor desde su puerto oriental alrededor del mismo tiempo que el procónsul decidió navegar de nuevo a Roma desde el occidente del país.

Sin embargo, N. Watson observa que Hechos 18:2 menciona al apóstol Pablo siendo obligado a salir de Corinto poco tiempo después de la llegada de Gaius, procónsul en Corinto, lo cual debió ser en la primavera de los años 51 o 52 d.C.30 Hechos 17:5-15 dice que el apóstol ya enfrentaba dificultades con la congregación judía de Tesalónica. En la ciudad de Corinto también fue donde se quedó con los judíos y discutió en la sinagoga antes de irse a los gentiles.31

Tomando en consideración las muchas cosas que ocurrieron en Corinto entre el tiempo de la partida de Pablo y de cuando escribió 1 Corintios, como es evidente en la epístola, estimamos que estos eventos debieron haber ocurrido en casi dos años. B. Witherington afirma que la fecha de 1 Corintios sería entonces la primavera de los años 53 o 54 d.C.32 Esta es la fecha aceptada por la mayoría de los eruditos. Además, la epístola en sí misma nos informa, como se mencionó antes, que Éfeso fue el lugar desde donde se escribió. En su primera visita, el apóstol Pablo vino a Corinto desde la capital, Atenas. J. Murphy-O’Connor da una fecha precisa (52-56 d. C.) de cuando vivió en la ciudad de Corinto, enseñando y predicando el evangelio y bautizando a los primeros creyentes en la iglesia (Hechos 18:1, 8).33

Después de su salida de Corinto, Éfeso se convirtió en el principal centro de sus ministerios y actividades (Hechos 18:23). Según Perkins, hizo su último viaje a través de Asia Menor y Macedonia de regreso a Corinto alrededor de los años 57 y 58.34 El itinerario de viaje en Romanos 15:14-33 muestra que consideró terminada su misión en Asia Menor y Grecia.

La predicación y enseñanza de Pablo en Corinto

La predicación de Pablo a la Corinto romana fue el mensaje del evangelio de Jesús el Mesías, el Señor del universo, afirmando que, a través de este mensaje, la justicia de Dios era revelada de una vez por todas. Vale la pena notar que Roma se enorgullecía de ser, por así decirlo, la capital de la justicia, fuente de la cual la justicia fluiría a todo el mundo.35 Según el libro de Hechos, fue en Corinto que el apóstol Pablo, después de su predicación, fue rechazado por el pueblo judío, y luego se volvió a predicar a los gentiles (Hechos 18:6). El relato de su visita inicial a la Corinto romana en Hechos, es más o menos confiable;36 la ventana más interesante sobre sus ministerios de predicación y enseñanza en Corinto proviene de sus propias cartas.37 Fue considerado el mentor de muchos de los miembros de la iglesia en Corinto.

E. P. Sanders observa que es interesante ver que el apóstol Pablo describe a los conversos (algunos de ellos cuestionaban sus credenciales)38 de segmentos extremadamente diversos de la población, que a menudo, diferían en su opinión y prácticas en asuntos como el comportamiento sexual, la comida ofrecida a ídolos, comer carne en un templo pagano y la participación en las prácticas sociales de la ciudad. Obviamente, estos miembros eran parte de la comunidad corintia y de la sociedad pagana grecorromana.39 En otras palabras: algunos de los miembros de la iglesia en Corinto venían de un segmento de la sociedad pagana grecorromana y se portaban e interactuaban como cualquier ciudadano normal del mundo romano.40 Es obvio que Pablo estuviera preocupado y ansioso por la forma en que actuaban algunos miembros de la iglesia.

R. Grant menciona que alrededor del año 51, Pablo mismo fue expulsado de Corinto y navegó desde Cencreas en el oriente a Éfeso, antes de partir a Antioquia de Siria y más tarde regresar a Éfeso (Hechos 18:18-22; 19:1).41 Durante su ausencia, la iglesia en Corinto fue ministrada por Apolos, un judío de Alejandría. Cuando el apóstol Pablo llegó a Corinto había una comunidad judía presente, una sinagoga (Hechos 18:8) y personas temerosas de Dios.42 De hecho, el descubrimiento de la inscripción “sinagoga de los hebreos” confirma la existencia de judíos en Corinto, mencionada también en el libro de los Hechos 18:4-8.43

Filón notó la presencia de judíos en Corinto y a través de la provincia: Thessaly, Boetia, Aetolia, Attica, Argos, Corinto y la mayor parte de la Peloponesia.44 Es evidente que judíos y creyentes judío-cristianos se encontraban en todas las ciudades principales en el mundo grecorromano.


Grabado 4. Evidencia de una comunidad judía y sinagoga en Corinto (Hechos 18:8).

Tal vez, fue la presencia de una congregación judía y posiblemente, la naturaleza de una creciente ciudad, lo que atrajo a Aquila y Priscila a Corinto, después de la expulsión de los judíos de Roma.45 Fue en Corinto donde conoció a Aquila y Priscila, les predicó el evangelio y donde llegaron a ser creyentes cristianos.46 Es de valor notar que Hechos 18:24 y 19:1 nos informa que Aquila y Priscila fueron los que le dieron a Apolo su más avanzada capacitación en principios cristianos y lo enviaron a Acaya y Corinto.

Pablo, fundador de la iglesia de Corinto

Pablo había estado evangelizando por algún tiempo, antes de que los judíos se opusieran a su mensaje. Es bien sabido que estableció una congregación en la ciudad romana de Corinto. U. Schnelle declara que allí fundó la iglesia después de su trabajo en Filipo, Tesalónica, Berea y Atenas. Así que Corinto llegó a ser el centro de trabajo de Pablo junto con Éfeso.47 La vida religiosa, cultural y social de la ciudad también se refleja en la composición de los miembros de la iglesia. La mayoría de los miembros en Corinto eran gentiles cristianos; también incluía una pequeña minoría de judíos.48 La comunidad judía de Corinto, probablemente, incluía unos pocos ciudadanos romanos, dueños de barcos, marineros, artesanos, comerciantes y esclavos.49

La primera epístola a los Corintios no es estrictamente la primera que fue escrita por Pablo a ellos. 1 Corintios 5:9 habla de una carta anterior, parte de la cual fue malentendida. Pablo está tratando de superar ese malentendido. ¿Cómo veía Pablo a los gentiles y, en particular, a los convertidos? Según él, la iglesia tenía la responsabilidad de llegar a los gentiles para llevarlos a Cristo. Es obvio que sentía una responsabilidad por la misión a los gentiles. En la carta anterior, había advertido contra el contacto con ellos.50 Ahora explicaba que no quiso incluir a todos los gentiles, sino solo a los que eran creyentes cristianos. La asociación con paganos en general no era prohibida. Esto muestra algo de las condiciones en la Corinto romana. La ciudad era un puerto marítimo y tenía sus problemas particulares y cuestiones teológicas. Además, John Fotopoulos señala que había mucha gente de todas partes del Imperio, especialmente marineros y comerciantes que llegaban. La mayoría de ellos eran gentiles idólatras (que mencionaremos en la siguiente sección, el culto a Asclepios, conocido como el dios sanador,51 en el mundo grecorromano, especialmente en Corinto)52 y también empleaban tiempo en la inmoralidad y la embriaguez.

Los cristianos en Corinto, que antes fueron paganos, ahora eran influidos por todo esto. Esa es la razón por la que Pablo fue forzado a trabajar, especialmente, con la conducta de los gentiles que tuvo una gran influencia sobre los cristianos en Corinto. La conducta de la mayoría de los cristianos lo obligó a escribir una carta pastoral y de preocupación a la congregación.53 Es obvio que la epístola nos informa de todo este problema allí. La iglesia envió una carta a Pablo haciéndole muchas preguntas con respecto a la vida cristiana (1 Co. 7: 1ss).

Obviamente, esta mezcla de personas provenientes de los diferentes antecedentes sociales y culturales en la congregación de Corinto creó tensión social y cultural y partidos de facción entre los creyentes en la iglesia. Podemos suponer que el apóstol Pablo fue el fundador y el consejero de la congregación de los corintios, sin embargo, ¿cómo se explican las deterioradas relaciones (división y faccionalismo) con el apóstol y la comunidad de la iglesia en Corinto?54

En contraste, se sigue investigando cómo y por qué se produjo tal desorden de la comunidad. Lo más probable es que la ciudad habría quedado atrapada en el modo de conducirse que elevaba a los que tenían una excepcionalidad en la locución (retórica).55 Entonces, parece más probable que algunos de los miembros de la congregación de Corinto fueran capaces y buenos oradores en el arte de la persuasión. Aparentemente, este fue uno de los principales problemas y asuntos (porneia, idolatría y comida ofrecida a los ídolos), que creó división y faccionalismo en la comunidad romana de Corinto. Es interesante notar que Pablo recibió una carta de algunos de los miembros de la iglesia sobre la facción y los partidos.

Pablo y las facciones partidistas en Corinto

El principal problema que enfrentó el apóstol Pablo en Corinto fue la división de la comunidad y el faccionalismo.56 Supo primero del problema de los “partidos de facción” de Apolos y otro partido rival, por una carta enviada por los de Cloé (1 Corintios 1:4-21).57 Además, Pablo se refiere al informe (la carta de Cloé) de que toda la iglesia de Corinto se había dividido en facciones, una de las cuales declaró su adhesión a Pedro, contra los seguidores del apóstol Pablo y Apolo.58 Pablo, claramente anuncia al principio de su carta a los Corintios, que había un problema importante y que él oyó hablar del schismata dentro de la iglesia, todavía unificada en Corinto (1 Corintios 11:18).59

Esta carta le informó de lo que ocurría en la iglesia. Pablo escribió en primer lugar sobre las facciones y divisiones que afectaban la vida social y la comida en la iglesia de Corinto. Desde su perspectiva, los diferentes partidos de facción parecían estar más preocupados por el nivel característico de los líderes que tenían en la más alta estima.60 La reacción normal de Pablo ante el faccionalismo y la división en Corinto fue desaprobarlos. Muchos creen que estos problemas no eran cuestiones doctrinales o teológicas, sino asuntos (como diferentes clases de huéspedes y tipos de alimentos)61 que trataban y afectaban el bienestar social de la iglesia. Como se señala a continuación, los diferentes grupos estaban más preocupados por el estatus de los líderes que tenían en la más alta consideración. Sin embargo, L.L. Welborn sostiene que el verdadero problema mencionado en la carta de 1 Corintio era una lucha por el poder.62 Sin duda, él está correcto, pero “mientras lo describe adecuadamente en términos del lenguaje de la política antigua, no logra ubicar su base subyacente en las intensas rivalidades por el estatus y el honor.63 La competencia por el honor era una característica singular de la antigua cultura griega, tal como la percibieron los clasicistas. En la Ilíada, Glauco muestra esta manera típica: “Hijo de Hippolochus I; y él, declaro yo, fue mi padre. Él, a Ilicum me envió y me encargó instancia y a menudo. Siempre ser el mejor, preeminente sobre otros”.64

Como se señaló antes, la competencia por la reputación y el honor en todos los niveles era muy común en la educación, la oratoria, la política, la poesía, la música, el atletismo y la guerra.65 Desde la perspectiva de Pablo, él no estaba compitiendo con nadie en la iglesia de Corinto, pero para él, cada uno tenía una parte en el desarrollo de la congregación para el honor de Cristo.

En cualquier caso, para el apóstol Pablo, todos estos problemas individuales afectaban la unidad y el bienestar de la iglesia cristiana. Más recientemente, Mark Finney ha observado que uno de los problemas en Corinto era el faccionalismo entre los miembros y el conocido tema del honor.66 El honor era un elemento muy valioso en la vida cotidiana de cualquier ciudadano del Imperio romano. Dio Crisóstomo dice que, incluso los esclavos, hablan de su “gloria y preeminencia”.67 Obviamente, podemos decir que los miembros de la iglesia en Corinto habrían vivido alrededor del mismo contexto social (similar a la práctica romana) y también lucharían por la reputación y el honor. Pero para Pablo, había algo más importante para la iglesia que el honor: la unidad en Cristo.

¿Qué hay detrás de las facciones?68 Probablemente la información acerca de los problemas (división y facción) en las asambleas de Corinto vino de aquellos que trajeron la carta a Pablo estando en Éfeso (1 Corintios 16:17).

Respuesta de Pablo a la división y súplica por la unidad

Hay pruebas de que, incluso, en tales circunstancias como en el caso de la división y la tensión en Corinto, el apóstol Pablo pidió la unidad en la iglesia. Curiosamente, Marcel Simon afirma que la razón de la división y la tensión no fue por ningún desacuerdo doctrinal, sino que pudo ser simplemente una cuestión de celos personales y asuntos de reputación y honor.69

Después de que el apóstol Pablo habló de la división, trató de la sabiduría mundana que era honor en Corinto y fue sobrestimada por los corintios. Escribió de la manera en que él mismo cumplía su oficio apostólico. De acuerdo con Finney en toda discusión sobre el honor, “tal competencia podría llegar a ser muy divisiva y un sentido profundo de partidismo, podría surgir con frecuencia”.70 Además, Plutarco menciona que el hombre sabio tiene la superioridad y la influencia tan deseables por otros, y esta superioridad en la reputación y el honor provoca envidia en los hombres de carácter ambicioso.71 No es que los corintios rechazaran completamente la autoridad del apóstol, pero no la consideraban en su verdadero valor (1 Cor. 9). Pablo amonestó severamente la conducta del corintio, el faccionalismo y su orgullo espiritual.

A primera vista, 1 Corintios parece discutir una serie de cuestiones sin ninguna lógica. Sin embargo, un pensamiento principal fluye a lo largo de toda la carta. Los males de Corinto fueron la lascivia, el orgullo espiritual (reputación y honor) y el abuso de la libertad cristiana en varias áreas.72 Los corintios tomaron como tema y lema de inicio, la regla de que al cristiano todas las cosas son permisibles. Para el apóstol Pablo esta posición y comportamiento eran muy peligrosos y podían dañar la unidad social y la comunión cristiana de la iglesia.

Por el contrario, él expone el carácter del comportamiento cristiano y la libertad. El comportamiento cristiano y la libertad no descartan el amor.73 Este amor, tanto hacia Dios como al prójimo, muestra cómo el cristiano debe usar la libertad. El apóstol reconoce esa libertad, pero desaprueba la forma en que los corintios la usaban. En su conjunto, la primera epístola a los Corintios puede resumirse como una advertencia contra los diferentes peligros a los que se enfrentaban todos los días los miembros de la iglesia allí.74

Claramente, los problemas principales eran la actitud y comportamiento incorrectos (división de liderazgo por el honor) de algunos de los creyentes en Corinto. Pablo les advirtió contra los peligros de las facciones del poder, la inmoralidad sexual, el comportamiento incorrecto (especialmente cuando participaban de la cena del Señor)75 y la idolatría que podía destruir la unidad de la iglesia. Siempre fue consciente en mantener la unidad del cuerpo de Cristo, la iglesia. Y este fue uno de los principales objetivos que tuvo para el miembro de la iglesia de Corinto, sin división, sin disputas y sin partidos de facción. Su preocupación pastoral, teológica y social es clara a lo largo de toda la carta. No se debe pasar por alto el hecho de que él envió su primera epístola a los corintios, una comunidad que consistía en personas reales con problemas reales y necesidades sociales reales.76 Su preocupación principal era unir la iglesia en Cristo y no alrededor de líderes o partidos políticos. En los siguientes capítulos estudiaremos la importancia de la ciudad de Corinto y su relación con el Imperio romano, la ciudad y su gente, y especialmente, sus contextos -social y cultural- en el mundo grecorromano.


1. Udo Schnelle, The History and Theology of the New Testament Writings (Minneapolis: Fortress Press, 1998), 57. Ver también Apostle Paul: His Life and Theology (Grand Rapids: Baker Academic, 2005), 47-56. “No estamos despreciando el valor histórico de Hechos, pero cuando Hechos y las indiscutibles cartas paulinas se contradicen entre sí, debemos seguir las cartas. Por otra parte, cuando se pueden combinar la información de Hechos y las cartas de Pablo, obtenemos una base sólida para la cronología paulina”.

2. Hurd, The Origin, 11.

3. Roy E. Ciampa and Brian S. Rosner, The First Letter to the Corinthians (Grand Rapids: Baker Academic, 2010), 3. “Esto incluyó ambos informes orales, de los de Cloé (1:11) y Estáfanos, Fortunato, y Acaico (16:17), y una carta de la iglesia que Pablo menciona en 7:1 que consiste de una serie de preguntas planteadas por la congregación”.

4. Panayotis Coutsoumpos, Paul and the Lord’s Supper: A Socio-Historical Investigation. SBL (New York: Peter Lang, 2005), 64-65.

5. Philo, Legatio ad Gaium, 155.

6. G. La Piana, Foreign Groups in Rome during the First Centuries of the Empire, HTR 20 (1927):190-97.

7. P. Perkins, First Corinthians. Paideia Commentaries on the New Testament (Grand Rapids: Baker Academic, 2012), 16. “A pesar de los esfuerzos de algunos eruditos de fechar el edicto más temprano, al año 41, la fecha generalmente aceptada del año 49 se sostiene. Por lo tanto, la misión de Pablo en Corinto comenzó cerca del año 50”.

8. P. Perkins, First Corinthians. 3. “El destierro de personas responsables de disturbios cívicos era rutinario”.

9. Andrew D. Clarke, Rome and Italy in The Book of Acts in Its First Century Setting: Greco-Roman Setting. vol 2. Edited by David W. J. Gill and Conrad Gempf (Grand Rapids: Eerdmans, 1994), 469.

10. Dio Cassious, Roman History 60.6.6.

11. Suetonius, Divus Claudius 25.4.

12. Gerd Lüderman, Paul, Apostle to the Gentiles: Studies in Chronology (London: SCM, 1984), 157-75.

13. L.C.A. Alexander, Chronology of Paul in Dictionary of Paul and His Letters. Editors: G. F. Hawthorne, R. P. Martin, and D. G. Reid (Downers Grove: InterVarsity Press, 1993), 120.

14. Acts 18: 1-2.

15. Jerome Murphy-O’Connor. St. Paul’s Corinth: Texts and Archaeology (Collegeville: The Liturgical Press, 2002), 152.

16. Suetonius, Divus Claudius 25.4.

17. Orosius, Historia adversun pagana 7.6.15

18. Murphy-O’Connor, St Paul in Corinth, 153.

19. Tacitus, Annals 2.85.

20. Schnelle, Apostle Paul, 48.

21. Suetonius, Nero 33.1. Mencionó que Nerón canceló las decisiones y decretos de Claudio.

22. Lüderman, Paul, Apostle to the Gentiles, 186.

23. Murphy-O’Connor, St Paul’s Corinth, 155.

24. Josephus, Antiquities of the Jews 19.287-91. 288. “A petición de los reyes Agripa y Herodes, personas muy queridas para mí, debo conceder los mismos derechos y privilegios a los judíos que están en todo el Imperio romano, lo que he concedido a los de Alejandría, estoy muy dispuesto a cumplirlo”.

25. Perkins, First Corinthians, 16.

26. Murphy-O’Connor, Keys to First Corinthians, 183.

27. Séneca, Ep. 104.1. Gallo estaba enfermo con fiebre cuando estuvo en Acaya. Así que es probable que no estuviera su año completo en el cargo.

28. Schnelle, Apostle Paul, 49. “El arribo de Pablo a Corinto a principios del año 50 proporciona un punto sólido desde el cual la cronología relativa de su actividad puede ser calculada tanto más tarde como más temprano”.

29. Joseph A. Fitzmyer, First Corinthians. Anchor Yale Bible 32 (New Haven: Yale University Press, 2008), 40-42.

30. Nigel Watson, The First Epistle to the Corinthians (London: Epworth Press, 1992), xx.

31. Acts 18:1-8.

32. Ben Witherington, Conflict & Community in Corinth: A Socio-Rhetorical Commentary on 1 and 2 Corinthians (Grand Rapids: Eerdmans, 1995), 73.

33. Murphy-O’Connor. St. Paul’s Corinth, 151. Grant, Paul in the Roman, 9. Ver también Victor P. Furnish, Corinth in Paul’s Time: What Can Archaeology Tell Us? Biblical Archaeology Review Vol. XV (1988): 14-27. Ver también D. W. J. Gill and Conrad Gemph, The Books of Acts in its First Century Setting (Grand Rapids: Eerdmans, 1994), 448.

34. Perkins, First Corinthians, 18.

35. Norman T. Wright, Paul’s Gospel and Casear’s Empire in Paul and Politics: Ekklesia, Israel, Imperium, Interpretation. Edited by Richard A. Horsley (Harrisburgh: Trinity Press International, 2000), 166.

36. Ciampa and Rosner, The First Letter, 11-12.

37. Perkins, First Corinthians, 18-19.

38. E.P. Sanders, Paul (Oxford: Oxford University Press, 1991), 6-7.

39. Coutsoumpos, Paul and the Lord’s Supper, 72.

40. Ciampa and Rosner, The First Letter, 5.

41. Grant, Paul in the Roman World, 10.

42. Gill and Gemph, The Books of Acts, 450.

43. Puskas and Reasoner, The Letters, 91.

44. Philo, Legatio ad Gaium 281-82.

45. Coutsoumpos, Paul and the Lord’s Supper, 73-75.

46. Hechos 18:2.

47. Schnelle, The History and Theology, 58.

48. Grant, Paul in the Roman, 6-7.

49. Wintherington, “Conflict & Community”, 26.

50. Schnelle, Apostle Paul, 124. “La misión de los gentiles de la iglesia de Antioquía no fue la única en el cristianismo primitivo, como lo demuestra la fundación de la iglesia romana y la aparición de Apolos de Alejandría en Corinto (1 Corintios 3: 4 y Hechos 18: 24-38)”.

51. Fotopoulos, Food Offered to Idols, 51.

52. Panayotis Coutsoumpos, The Social Implication of Idolatry in Revelation 2:14: Christ or Caesar? Biblical Theology Bulletin 23 (1997): 23-27. Ver también Fotopoulos, Food Offered to Idols, 49.

53. Anthony C. Thiselton, 1 Corinthians: A Shorter Exegetical & Pastoral Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 2006), 77-81.

54. Mark T. Finney, Honor, Rhetoric and Factionalism in the Ancient World: 1 Corinthians 1-4 in Its Social Context. Biblical Theology Bulletin 40 (2010): 27-36.

55. Perkins, First Corinthians, 11. “La competencia retórica no solo sirvió para avanzar en la carrera pública de quienes podían permitirse este tipo de formación, sino también para proporcionar capacitación. La audiencia de Pablo en Corinto parecía estar enamorada de tal vultuosidad verbal de ‘sabiduría de palabras’”. (1 Corintios 1: 20-21, 2: 1-5).

56. Richard A. Horsley, 1 Corinthians, Abingdon New Testament Commentary (Nashville: Abingdon Press, 1998), 43-44.

57. F.F. Bruce, I & II Corinthians. The New Century Bible Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 1980), 32. “Cloé no es conocida, pero probablemente era una mujer de sustancia con una ‘familia’ de sirvientes, algunos de los cuales, miembros de la iglesia de Corinto, habían visitado recientemente a Pablo o le habían enviado una carta y le habían dado informes de la iglesia”.

58. Ian J. Elmer, Paul, Jerusalem and the Judaisers (Tübingen: Mohr Siebeck, 2009), 4. También observa que “el partido de Cristo y el partido de Cefas formaron una facción que se opuso al Partido Paulino representado por una inflación similar en las lealtades a Pablo y su compañero de trabajo, Apolos”.

59. Wintherington, Conflict & Community, 95. “El grupo estaba en peligro de fragmentarse debido a diferentes clases de divisiones sociales y comportamientos no unificadores”.

60. Finney, Honor, Rhetoric, 30.

61. Murphy-O’Connor, St. Paul’s Corinth, 184-185.

62. L.L. Welborn, “On the Discord” en Corinth: 1 Corinthians 1-4 and Ancient Politics, Journal of Biblical Literature 106 (1987): 87.

63. Finney, Honor, Rhetoric, 31ss.

64. Homero, Iliada, bk 6, 206-10.

65. Robert Jewett, Paul, Shame and Honor in Paul in the Greco-Roman World: A Handbook. Edited by J. Paul Sampley (Harrisburg: Trinity Press International, 2003), 552.

66. Finney, Honor, Rhetoric, 28.

67. Dio Chrysostom, Orations 35.41.

68. Perkins, First Corinthians, 49.

69. Marcel Simon, From Greek Hairesis to Christian Heresy in Early Christian Literature and the Classical Intellectual Tradition. Edited by W. Schroedel & R. Wilken (Paris: Editions Beauchesne, 1979), 109.

70. Finney, Honor, Rhetoric, 32.

71. Plutarch, Moralia 485A-486D.

72. Coutsoumpos, Paul and the Lord’s Supper, 73.

73. Witherington, Conflict & Community, 83.

74. Fotopoulos, Food Offered to Idols, 185-87.

75. Coutsoumpos, Paul and the Lord’s Supper, 105.

76. Thiselton, 1 Corinthians, 78. Pablo revela su cuidado pastoral y su sensibilidad de varias maneras en su carta en 1 Corintios.

Pablo, Corinto y el Imperio romano

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