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Actuación de Zuviría en el cabildo de Salta
ОглавлениеEn esta sucinta biografía, solo nos ocuparemos de señalar las funciones más relevantes que desempeñó el Dr. Zuviría. Cabe señalar que en todos los cargos que ejerció, aun en aquellos de menor importancia, él cumplió con la misma firme responsabilidad y con idéntica pasión patriótica.
Este listado abarca el período comprendido entre los años 1814 y 1831, momento funesto en el que Zuviría debió exiliarse en Bolivia tras la derrota de la Liga del Interior, que nucleaba a los unitarios.
Se subraya que, a lo largo de toda su actuación pública, Zuviría dejó una huella perceptible de su iniciativa y de su gran talento creativo, desde su iniciación en el servicio político, que como se ha dicho sucedió cuando fue elegido miembro de la Asamblea Electoral que apoyó al general Martín Miguel de Güemes en 1814.
Posteriormente fue designado cabildante salteño en 1816, cargo que desempeñó con extraordinaria ejemplaridad y con una conducta impecable. En ningún caso y por ninguna circunstancia, mientras fue cabildante, permitió que sus colegas excedieran los límites de sus atribuciones y competencias. En algunas ocasiones los obligó a modificar sus actos impropios, tomando los debidos recaudos jurídicos y procediendo con una transparencia plena y con un estricto ajuste al principio de legalidad.
La historiadora Marta de la Cuesta Figueroa de Peñalva escribe al respecto (8)
En 1818, el Dr. Facundo Zuviría se opuso a la recepción de los capitulares electos del seno de la junta electoral por haber infringido el sigilo tan sagrado y recomendable a las corporaciones de su clase. El Cabildo pidió el asesoramiento de los doctores Castro, Alcérreca y Cabero, quienes después de una investigación de oficio acusaron de haber revelado lo tratado en la Junta Electoral al Dr. Facundo de Zuviría. Enseguida entró en la sala Calixto Ruiz Gauna, electo alcalde de Primer Voto, quien después de prestar juramento de estilo, manifestó: que no había necesidad de investigar quién había violado el sigilo de la Junta Electoral, supuesto que él lo había hecho que así lo decía entre ambos cabildos, el entrante y el saliente.
Según parece, Gauna se había expresado con incorrección y falta de decoro, llegando a insultar al síndico procurador, por lo que la corporación le exigió que se retirase, depositando la vara de alcalde que había obtenido, hasta que el gobernador se pronunciase.
Güemes entonces estaba en Jujuy y desde allí escribió: Visto … que … el Cabildo entrante o saliente, no tiene facultad para anular la elección del pueblo se declara que el expresado Calixto Gauna debe ser puesto inmediatamente en posesión del empleo a que ha sido destinado en la inteligencia que si los demás miembros nombrados o los de la Junta Electoral tienen algo que decir o alegar en contrario deberán hacerlo ante quien corresponda, con el sigilo y moderación que demanda la naturaleza de un asunto de tanta gravedad.
La doctora Marta de la Cuesta dice, en otro capítulo de la obra citada y refiriéndose a la elección de Zuviría y otros ilustres ciudadanos como miembros del Cabildo:
El día 6 [de diciembre de 1815] se hicieron presentes los regidores citados —se refiere a los electores— y después de proceder al escrutinio de sufragios resultaron elegidos los doctores Manuel Ulloa, José Redhead, Guillermo Ormaechea, Facundo Zuviría y los señores Miguel Francisco Aráoz y Francisco de Gurruchaga (Acta del 9-12-2-15; T2-406).
Nueve días más tarde, se reunieron los electores en la Sala Capitular y el gobernador recibió el Juramento que hicieron con la solemnidad de derecho necesaria (…) Después de haber elegido presidente de la Asamblea Electoral, el gobernador se retiró y se verificó la elección.
Más adelante esta historiadora agrega, refiriéndose a otros trabajos que los cabildantes le encargaron a nuestro prohombre:
En julio de 1816, el Cabildo nombró una comisión formada por Victoriano Solá, el Dr. Facundo Zuviría y el asesor del Cabildo, para que redactaran un reglamento que rigiera el cuerpo de milicia cívica de Salta. Al año siguiente, los Alcaldes de barrios recibieron la orden de alistar a todos los hombres libres seglares de cada cuartel, presentando las listas al Cabildo.
Con posterioridad se elevaron los listados elaborados por el Cabildo al Director Supremo para que este procediera a efectuar los nombramientos militares pertinentes.
La citada historiadora, en su magnífica obra sobre el Cabildo de Salta —que hemos tomado como guía para seguir los pasos del cabildante Zuviría—, en su evaluación final sobre la relación entre el gobernador y el cuerpo deliberativo salteño destaca la plena armonía que existió entre el Cabildo y Güemes, desde su elección el 6 de mayo de 1815 hasta el año 1820.
Ese año, en este cuerpo colegiado comenzó a liderar la opinión adversa a este Gobernador que había sido el primero de los gobernadores argentinos elegido regularmente y por la voluntad del pueblo.
La creciente oposición que comenzó a manifestarse en el Cabildo se coaguló luego en la facción política denominada la Patria Nueva.
Hasta ese momento Güemes había mantenido la costumbre de presidir las reuniones del cuerpo deliberativo de la provincia y de mantener una fluida comunicación con todos sus integrantes.
Prácticamente en ese período no existió ningún tema que involucrara el bienestar del pueblo salteño que no fuese tratado por ese honorable Cuerpo. A estas iniciativas el Gobernador les prestaba la debida atención y, a pesar de las peripecias de la guerra, intentó siempre darles las satisfacciones posibles. Como es de suponer, en un escenario de guerra, sin recursos y sin cuartel, las posibilidades de dar respuestas a las crecientes demandas políticas, económicas, educativas o sociales, eran muy limitadas.
Las crecientes dificultades y la necesidad de lograr los recursos suficientes para sostener el enorme esfuerzo bélico que soportaba Salta y que gravitaba sobre la población de mayores recursos de la provincia, fue uno de los factores del creciente malestar que alimentó una oposición que se radicalizó rápidamente.
Cabe señalar que Facundo Zuviría integró también la Asamblea Electoral de 1820.
Posteriormente lideró la facción política de la Patria Nueva, convirtiéndose así en uno de los opositores al general Martín Miguel de Güemes.
3- El profesor Gelly y Obes señala que nuestro prócer nació en el año 1794. Miguel Solá sostiene que Zuviría nació en 1796.
4- Frías, B. (2018). Historia del General Martín Güemes y de la provincia de Salta, tomo IV, pág. 563. Salta: Ediciones Universidad Católica de Salta y Comisión del Bicentenario.
Existen tradiciones firmes y otras fuentes que corroboran la afirmación de Frías y es una tradición aceptada que Agustín Zuviría, padre de nuestro prócer, en su juventud tuvo una estrecha amistad con el príncipe Fernando de Borbón, quien algunos años más tarde fue ungido rey de España. Este dato corrobora la alta posición que había alcanzado el padre de Facundo Zuviría en España.
5- El Dr. Carlos Serrey dice al respecto: «Como miembro del gobierno delegado por Urquiza dirige en 1853 una circular a los Cabildos eclesiásticos, en que manifiesta: la religión ha sido desde la más remota antigüedad y lo será hasta el fin de los siglos, el fundamento más sólido de la humana sociedad, a la que la moral religiosa es llama que la anima y poder moral que la dirige. Añade que, como primera medida el gobierno ha resuelto iniciar sus tareas abriendo la más franca y formal relación con el padre común de todos los fieles.
Permaneció fiel a estas ideas durante su larga actuación y así en su opúsculo sobre educación transcribe lo que dijera en 1852 (…)».
6- «El Dr. Facundo Zuviría», Boletín del Instituto de San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta, N° 2, Año 1938, pág. 90. Recuperado de: www.institutosanfelipeysantiago.org
7- «Conferencia del Dr. Carlos Serrey (1949-1959)». Boletín del Instituto de San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta, N° 23-24, pág. 42-57. Recuperado de: www.institutosanfelipeysantiago.org
8- De la Cuesta Figueroa, M. (2001). El Cabildo de Salta (1582-1825). Consejo de Investigaciones de la Universidad Católica de Salta. Salta: Ediciones Hanne.