Читать книгу Cantología - Patricio Manns - Страница 6

ADVERTENCIA PARA LECTORES Y CRÍTICOS

Оглавление

Los textos que ustedes tienen a la vista parecen poemas pero no lo son en un sentido estricto. El ideal del poeta es concebir su poema sin otras ataduras que la sintaxis, que en este caso, es una dictadura silábica, las cadencias, y con o sin las rimas. Pero los poemas de CANTOLOGÍA están atados, además, a la música, y la música, contrariamente a lo que se cree, tiene estructura matemática: sin ir más lejos, sus compases se dividen en 2/4, 3/4, 4/4, 5/4, 6/8. Hay incluso otras medidas o compases poco utilizados por su complejidad. La medida o compás de 5/4 —es una propuesta de estudio—, fue empleada por Dave Brubeck en su célebre BLUE RONDÓ A LA TURCA (Jazz), así como también por Joan Manuel Serrat, en MEDITERRÁNEO. El compás de 7/8 (de rarísimo empleo) fue utilizado por Horacio Salinas, con Inti-Illimani, en ANGELO, a partir de una propuesta del cantante y violinista italiano Angelo Branduardi. Son medidas nunca utilizadas en Chile y en América Latina.

Muchas veces, la música me impone un modo de versificación completamente inusual en la poesía: por ejemplo, léase el texto de RÉQUIEM, que ha sido escrito de esa manera porque tal fue el imperativo categórico que la música impuso a los versos. En este caso, la música fue escrita antes. Lo contrario, puede considerarse una empresa imposible. Pero sólo en compañía de la música este poema adquiere toda su dimensión. Un poema comparte con la música algunas técnicas. Ahí están la cadencia, la cadencia rota, la acentuación invisible, es decir no marcada por un signo, la rima interna, técnicas que muy pocos poetas contemporáneos dominan, quizás por un insuficiente estudio de las reglas y, sobre todo, una incorrecta percepción de las posibilidades del poema. La prueba es que, al menos, los poetas chilenos, son resueltamente incapaces de poner un texto al servicio de la música, El excesivo empleo del verso libre castra sobremanera esta posibilidad, porque al ser la música cuadrada, —esto es, regulada por compases matemáticos—, lo debe ser también el verso. Sin embargo, el verso libre es asimismo musicalizable. Puede examinarse el texto de LA DIGNIDAD SE CONVIERTE EN COSTUMBRE, o también MORIMOS SOLOS, en el presente libro, para controlar la justeza de mis aseveraciones. Pablo Milanés ha puesto en música, a este respecto, poemas en prosa de José Martí, en un ejercicio de aparente facilidad. Pero en verdad se trata de una tarea mayor, fuera del alcance de los neófitos. De manera que esta advertencia va dirigida a aquellos que lean estos textos con ojo crítico. Ciertas formas parecen anticuadas, pero la poesía no puede ser anticuada. Pienso a menudo que los poetas deben iniciarse construyendo sonetos, coplas, romances, décimas (Neruda nunca pudo escribir una, y en este libro hay dos décimas muy particulares: MUERTE Y RESURRECCIÓN DE VÍCTOR JARA y ELEGÍA PARA UNA MUCHACHA ROJA); aprendiendo a utilizar el pie quebrado, a controlar el universo silábico, es decir, dominar las formas clásicas, utilizando las rimas consonantes y asonantes, amén de las rimas internas, y profundizar en el ejercicio de las cadencias, en las cuales Neruda fue un maestro. Sólo con escuchar lecturas personales de Neruda, uno puede llegar a calar el secreto de las cadencias. Es un tema que no se enseña, por los mismos motivos que la poesía no se explica. Es una particularidad que sólo absorbe una conciencia activa abierta a lo más recóndito de la poesía y de la música.

En fin, queridos amigos, la intención oculta de este libro es ambiciosamente pedagógica. Pero ojo: no estoy diciendo “Así se hace”, sino “Así lo hago yo”, que es muy distinto. Si logran neutralizar las probables sospechas de pedantería, quizás este sea un libro útil para más de alguno, y con ello habrá cumplido su propósito cabalmente.

PATRICIO MANNS

Costa de Montemar

Octubre 2004

Cantología

Подняться наверх