Читать книгу La trastienda de la pandemia en cuentos y relatos - Paulo Cristodero - Страница 17

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Jesica y Brian se conocen durante los primeros días de la cuarentena; él saliendo y ella entrando a un supermercado. En el cruce Brian le dice simpáticamente que lo que lleva puesto no es un tapabocas, sino un tapabelleza. Jesica se echa a reír y le pregunta cómo podía saberlo si lleva media cara cubierta. El joven, manteniendo distancia y para mostrarse, baja su tapabocas por unos segundos, y le confiesa que ya antes de la pandemia la había visto y no tuvo oportunidad de decirle lo mucho que le gustaba.

Intercambian los números telefónicos y cada uno sigue su rumbo. El entusiasmo de ambos origina una catarata de mensajes. Las ansias y el deseo los coloca en una posición impensada.

A los dos días de estar mensajeándose, Brian le propone un encuentro, pero ella se niega. Expone que no concurre a la oficina, trabaja desde su casa; que además vive con su abuela y representa un riesgo para la anciana entrar y salir de su domicilio. Lo hace únicamente para compras esenciales. Brian se lamenta. Jesica le aclara que, en condiciones normales, no tendría ningún problema... que le encantaría estar en sus brazos.

Al leer esas palabras se carga de ansiedad, no deja de pensar en ella. Le comunica que por la noche se contacta nuevamente.

Cerca de las 22 h Brian se comunica. Insinúa tener un avance a nivel afectivo... ella hace un escaso silencio y le pregunta a qué se refiere. Él titubea, y expresa que se trata de la antesala de lo que puede suceder más adelante y que estaría bueno avenirse a las circunstancias actuales. Jesica le responde que sigue sin entender. Ya sin metáforas ni eufemismos, su avidez lo precipita y exclama: “¡Se trata de sexo virtual!”.

Jesica sin vueltas responde riéndose: “¿Por qué no lo dijiste desde un principio?”. En ese segundo él piensa: ¡las mujeres siempre van un paso más adelante!

Ella le propone llevarlo a cabo en una hora, cuando su abuela ya está durmiendo. Cumplido el tiempo, preparan sus notebooks y comienza el juego.

Jesica toma su cuello por detrás con las dos manos, al mismo tiempo y lentamente; gira su cabeza en forma concéntrica. Brian descubre su torso, toma un vaso de whisky y con movimiento sexi baja y sube su bóxer. Ella le pide más y termina por desnudarse. Jesica se pone de espaldas, se inclina en dirección a sus rodillas y; se deshace de su ropa interior.

La llama está encendida e irradia el deseo reprimido.

La joven extiende los brazos hacia los costados, y repentinamente una avispa aparece en la habitación de Brian. Revolotea a su alrededor exhibiendo su esbeltez; y su aleteo seductor lo exalta cuando se posa en su espalda. Jesica toma sus senos y lentamente dirige una de sus manos hacia abajo. La avispa rápidamente vuela en semicírculo y roza el vello del abdomen de Brian, instintivamente también baja su mano.

Ambos alcanzan el clímax y se despiden con un beso duradero en la pantalla.

Reaparece la avispa, y con un vuelo sinuoso pica con su aguijón el pecho del joven. Luego experimenta un estado de somnolencia placentera, y al mismo tiempo una inquietud que alterna con la molestia de la picadura.

Al día siguiente, le envía un mensaje a Jesica y esta no le responde... baja la cabeza y se toca el pecho; insiste hasta la desesperación. Al fin ella responde: “¡Te pido perdón!... te mentí. No vivo con mi abuela, sino con mi novio... Él quedó varado en el interior del país por la cuarentena. ¡Fue todo un juego!”.

Brian por un tiempo sentirá el dolor en su pecho.

Tal vez hasta que termine la cuarentena.

La trastienda de la pandemia en cuentos y relatos

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