Читать книгу Las relaciones de género en el sistema patriarcal fang - Pedro Bayeme-Bituga Nchama - Страница 4
Prólogo
ОглавлениеLuis Pérez Armiño
Creo justo empezar agradeciendo al profesor Pedro Bayeme-Bituga Nchama la oportunidad de aportar algo a este interesante texto. Desde hace unos años, me he venido interesando por la realidad de Guinea Ecuatorial, su cultura y su historia. Especialmente, cómo los españoles han percibido y construido, más bien reconstruido, las diferentes culturas que habitaban los territorios de la actual República de Guinea Ecuatorial durante el período colonial.
En una de esas aproximaciones, tuve la oportunidad de examinar cómo la estructura de género fue apropiada por el sistema colonial. Partiendo de la posición de la mujer en la estructura cultural fang, los españoles hicieron una peculiar relectura de las relaciones de género entre los fang, manipuladas por los colonos en beneficio propio.
Todos aquellos aspectos del sistema cultural fang, que facilitaban la subordinación femenina, fueron potenciados por los colonos para obtener un rendimiento de tipo sexual y también económico. El resultado, visible en la actual sociedad ecuatoguineana, se ha traducido en una situación de subordinación de la mujer, fruto de la pervivencia de las fórmulas patriarcales fang, muchas de ellas revalorizadas como símbolo de identidad cultural frente a la modernidad, junto con las relecturas y las nuevas estrategias de subordinación femeninas aportadas por el sistema colonial español.
Esta situación ya ha sido denunciada por otros autores. A modo de ejemplo, destacaré el papel militante de otra profesora de la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial, Trifonia Melibea Obono, que en numerosas ocasiones ha denunciado la actual realidad de opresión de la mujer ecuatoguineana como el resultado de esta ecuación, que se alimenta de la tradición cultural y un sistema de explotación colonial, que encontró su paralelo en la explotación sexual de la mujer. El objetivo de estos trabajos, junto al de otros, es incluir en los estudios sociales y culturales en torno a Guinea Ecuatorial una necesaria perspectiva de género, que se traduzca de forma práctica en una mejora en las condiciones de vida de las mujeres ecuatoguineanas.
A esta nómina de producciones académicas, todavía por incrementarse y de futuro esperanzador, se suma el estudio del profesor Pedro Bayeme-Bituga Nchama. Una investigación rigurosa y valiente, capaz de realizar una síntesis de muy diversas fuentes, completadas por un muestreo estadístico que traza el escenario de la situación actual de la mujer ecuatoguineana, tomando como referencia el papel de la mujer en la estructura fang en el período precolonial.
Sin duda, riguroso por la cantidad de fuentes empleadas y por la combinación de diferentes metodologías, que ayudan a incrementar la validez académica de la propuesta. Pero sobre todo valiente por abordar una cuestión compleja y decisiva en la configuración social de Guinea Ecuatorial. Valiente además porque no se conforma con la mera exposición de datos, o el relato de una determinada problemática. A partir de una reflexión académica, el texto pretende ofrecer las claves de una situación –la subordinación femenina en Guinea Ecuatorial–, pero aportando una posible solución en aras de la igualdad de género, como fórmula de éxito para el futuro. Y la clave está en la educación.
A lo largo del texto resuena con fuerza la importancia de la educación. La educación es la base sobre la que se construyó un sistema de desigualdades, en el que la mujer asumía una posición de subordinación frente a lo masculino. Esta peculiaridad, por desgracia tan universal, se perpetuaba a través de las fórmulas educativas, y de la tradición, que descansaban sobre todo en la familia. Los hombres disponían de sus espacios masculinos, por supuesto públicos, frente a los espacios privados, domésticos, de la mujer.
La educación, en el modelo tradicional fang, descansaba sobre la estructura familiar. En el grupo familiar se perpetuaba un sistema de dominación, que recluía a la mujer en los ámbitos privados de todo el sistema social y cultural fang. La casa de la palabra, el escenario público por excelencia de los fang, estaba prohibida a las mujeres, que encontraban en otros lugares y otros momentos sus espacios de socialización femenina. Incluso, los niños, hasta que no eran considerados adultos y miembros de pleno derecho del grupo, también tenían vedado el acceso al abba. En todo el entramado cultural fang, en una posición de dominación, la mujer jugaba un papel crucial, que facilitaba las alianzas entre familias y grupos, y que sostenía toda la estructura social y económica del grupo. Pero en esa maldición atávica, más allá del tiempo y de las culturas, esta condición no tenía un reconocimiento evidente en la concesión de un espacio público.
La llegada del sistema colonial apenas alteró esta situación. Los españoles, administradores y misioneros, no llegaron a comprender en profundidad la cuestión de género entre los fang. Por una parte, la pervirtieron para obtener un rédito que favoreciese la implantación del poder español sobre el territorio. Cuando se pretendieron realizar campañas de “liberación” de la mujer, como se conocía en la metrópoli en la época, no se hacía más que ahondar en los mecanismos de subordinación de la mujer fang. Las mujeres fang fueron sometidas a las estructuras tradicionales de subordinación, pero además a las prácticas coloniales de dominación. Los educadores españoles, principalmente misioneros, decidieron implantar todos los mecanismos de dominación de la mujer presentes en la España del momento –nos referimos al período colonial desde principios del siglo XX hasta los años 60–. De tal manera, que la mujer fang se vio atrapada entre dos mundos, ninguno de los cuales le podía ofrecer un mínimo atisbo de desarrollo personal independiente.
Es evidente, como destaca el autor, el papel que la educación ha jugado en la configuración de un sistema de género desequilibrado. Si bien el profesor Pedro Bayeme-Bituga Nchama pone el acento en el período precolonial, la presencia española no hizo más que aumentar esta brecha de género, al introducir nuevos factores que reforzaron un sistema de desigualdad basado en torno al género. Pero como nos recuerda la investigación que estamos prologando, si la educación sentó las bases de un sistema injusto y arbitrario, llamado a sojuzgar todo lo femenino frente a lo masculino, precisamente la educación tiene la responsabilidad y el deber de reclamar el protagonismo de lo femenino en una nueva sociedad ecuatoguineana.
El feminismo, entendido como la teoría que reivindica la igualdad de género, es la clave que debe marcar las pautas educativas para el logro de una sociedad más justa y equitativa. El feminismo es la estrategia válida y capaz para facilitar el acceso al espacio público de la mujer, en condiciones de igualdad respecto del hombre. Es el marco sobre el que construir un futuro de calidad para el país.
Madrid, 19 de julio de 2021