Читать книгу La verdad en los tiempos de la posverdad - Rafael Gómez Pérez - Страница 5
ОглавлениеINTRODUCCIÓN
VIVIMOS EN OCCIDENTE UN TIEMPO en el que algo tan intrínsecamente contradictorio como el concepto de posverdad parece arrinconar una experiencia radicalmente humana como el conocimiento y la vivencia de lo que las cosas son.
En contra de eso está, además del uso diario de la verdad, de los avances en las ciencias y de los progresos en nuevas tecnologías, la comprobación de cambios de posiciones en el pensamiento filosófico, hacia más o menos verdad o hacia más o menos falsedad. Cabe, por tanto, preguntarse por las condiciones teóricas de posibilidad de esos cambios. Pero a poco que se reflexione, se observa que de lo que se trata es de la mutabilidad de la verdad lógica, es decir, de la verdad que se da en el entendimiento que juzga.
Si la verdad lógica puede cambiar, es posible el progreso de la filosofía, o su retroceso. En este libro se estudiará la cuestión de la mutabilidad de la verdad lógica, tal y como lo afrontó santo Tomás en tres épocas de su vida. Pero hay otro factor que Tomás de Aquino no tuvo en cuenta, aunque su influjo es decisivo en la mutabilidad de la verdad: es el factor histórico, que alumbrará una cuestión conexa a la de la mutabilidad de la verdad: su historicidad. De ahí la comparación con algunos textos esenciales de Heidegger. Aunque en otro contexto metafísico, suscribo afirmaciones del filósofo alemán como estas: «El suceder de eso que llamamos historia: es decir, del ser del ente»[1].
Como contrapunto de la mutabilidad de la verdad —que comprende mutabilidad stricte dicta y la historicidad— aparecerá siempre destacada la inmutabilidad.
Se delinea así un panorama que asiente a estas antiguas palabras de Gaston Paris: «¿Qué hay en la actitud de los maestros medievales que nos ofenda o nos moleste? Nada, quizá, sino su modesta docilidad para instruirse en la filosofía antes de trabajar en su progreso. Si eso es un crimen, lo cometieron y ya no tiene remedio. Creyeron que la filosofía no podía ser la obra de un hombre, cualquiera que sea su genio, sino que, como la ciencia, progresa por la paciente colaboración de las generaciones que se suceden, cada uno de los cuales se apoya en el precedente para excederlo»[2]. Pero tampoco es posible negar la justicia de esta queja de un teólogo del siglo xii, Adelard of Bath 3: «Habet haec generatio ingenitum vitium, ut nihil quod a modernis reperiatur putent esse recipiendum, tiene esta generación un vicio ingénito: que estiman que no ha de acogerse nada de lo que los modernos encuentran»[3].
Es necesario abrir paso a lo nuevo, porque no se trata de lo nuevo por lo nuevo, sino de lo nuevo por lo verdadero, de lo nuevo en el ser.
He dividido estas páginas en dos partes: la Primera trata del problema de la mutabilidad de la verdad tal y cómo se lo planteó santo Tomás de Aquino. Se procura también “ambientar” las soluciones tomistas, para ir, como de paso, introduciendo la cuestión de la historicidad. La Segunda trata de la historicidad de la verdad, con algunos problemas conexos: los caminos de posibilidad de una profundización en la verdad. Ambas partes tienen una única conclusión; progresar en la verdad en el trasfondo de su inmutabilidad. La grandeza de la verdad, en el ser humano, radica precisamente en el campo indefinido que ofrece a una comprensión variable.
[1] De la esencia de la verdad, Herder, Barcelona, 2009, p. 69. Transcripción de un curso impartido en la Universidad de Friburgo, 1931-1932. Retoma el tema de la conferencia La esencia de la verdad, de 1930.
[2] PARIS. G., La littérature francaise au Moyen Age; Hachette, París, 1888.
[3] De BARTH, A., Quaestiones naturales, prol. dans Marténe et Durand. Thesaurum novum anecdotorum, I, 2a 1, citado por CHENU, M. D, La théologie au douziéme siecle, París, Hachette, 1957, p. 3. La dialéctica “antiguos” / “modernos” es muy anterior a la Modernidad.