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ОглавлениеI. LA FAMILIA CEBRIÁN
AL SERVICIO DE LOS AUSTRIAS
Ya a comienzos del siglo XVII, los miembros de este linaje pertenecían al restringido círculo de gobernantes de Xàtiva. En 1602, Gaspar Cebriá tenía la consideración de ciudadano, estatus al que sólo podían acceder los cabeza de casa con una posición económica desahogada.1 Pocos años después, en 1607, logró ser designado jurado, y se incorporó al consell secret, órgano de gobierno de la ciudad.2En los principales municipios de la Corona de Aragón, a estos oficios se accedía a través de la insaculación.3
La riqueza y el poder político tenían su soporte en la tierra. Gaspar Cebriá debió de poseer propiedades en las inmediaciones de la ermita del Puig de Xàtiva. Aquel año fue clavario de la romería que afluía hasta la capilla.4 También sus hijos Gaspar y Miquel se contaron entre los jurados de la ciudad.
Miquel Cebriá se unió en matrimonio a Maria Malferit (†1658),5 doncella perteneciente a una de las principales familias de Xàtiva.6 Del matrimonio nacieron Joan Baptista, Magdalena y Jeroni.7 Miquel falleció en 1626 e instituyó a su hijo Jeroni como heredero –probablemente, debido a la muerte del primogénito.8
Jeroni Cebriá Malferit (1616-1675) fue jurado al igual que su padre. Con-trajo matrimonio en 1638 con Àngela Aparici Martí (1614-1639)9 y en 1640 con Clara Belloch Borja (1621-1704).10 Ambas eran hijas de caballeros asentados en Xàtiva. Jeroni Cebriá y Clara Belloch tuvieron varios hijos: Gaspar, Gaudencio, Jeroni, Miquel Jeroni y Silveria.11 Todos ellos formaron parte de la elite local.12
La percepción de pensiones censales constituyó una de sus fuentes de ingresos.13 La tierra y las instituciones generaban riqueza. La ciudad lo incluyó en 1657 en la terna que trienalmente enviaba a la corte para cubrir el oficio de racional.14 El monarca debía designar al nuevo responsable de la supervisión de las cuentas municipales y, en esta ocasión, optó por él.15 Tras permanecer durante dos trienios estrechamente vinculado a las finanzas municipales, en 1667, adquirió 28 hanegadas de huerta en la vega de Xàtiva.16 La Corona le había confiado el oficio que más interesaba. Ya no sólo la ciudad le atribuía responsabilidades. Poco antes de fallecer, Jeroni otorgó testamento ante Joan Vega.17
En la persona de Gaspar Cebriá Belloch (1647-1707) el patrimonio político y económico del linaje gozaba ya de notable solidez.18 Todavía joven participó en un certamen literario organizado por un hijo del marqués de Montortal.19 En 1672 se desposó con Restituta Roca Ferriol20 y, tras enviudar, contrajo segundas nupcias con Elena Cebriá Berenguer. De sus dos matrimonios nacieron varios hijos: Francisco José, Pedro, Félix, Gaspar, Isabel, Clara y Ángela.21
En 1678, Gaspar Cebriá fue nombrado sustituto y, dos años después, racional.22 También desempeñó los oficios de jurado y justicia. Esta tradición de gobierno tuvo su cenit en 1687, cuando el Consejo de Aragón acordó armarle caballero, concederle el título de noble y el privilegio militar de voto en cortes.23 Tenía cuarenta años. En un contexto político de guerras contra Francia, Cebriá, estando al cargo de las rentas municipales, había servido diligentemente a la Corona. La ciudad había sufragado cuarenta hombres que sirvieron en el ejército de Carlos II.24 En 1689 Xàtiva obtuvo el uso del dosel y el tratamiento de señoría.
Además, el rey concedió el privilegio militar a los ciudadanos de mano mayor insaculados.25 La ciudad se veía agraciada «en atención a su antigüedad, nobleza y servicios, en especial al que acababa de hacer de veinte mil pesos duros».26 De este modo, buena parte de la corporación municipal accedió a la nobleza. Al igual que sucedió en Valencia y Alicante, el monarca otorgaba honores en detrimento de libertades.27 Por entonces, Gaspar Cebriá era el racional, oficio que al año siguiente cubrió su hermano Gaudencio.28 En cuestiones económicas, continuó dedicándose al préstamo y a la compraventa.29 Falleció en marzo de 1707 y fue sepultado en la iglesia colegial, privilegio tan sólo al alcance de los principales linajes.30 Ese mismo mes, el archiduque Carlos de Habsburgo abandonaba Valencia.
EN LAS FILAS BORBÓNICAS
La vida de Francisco José Cebriá Roca (1674-1735) estuvo marcada por el ocaso del régimen foral. Se casó en 1691 con Rosa Antonia Salvador Sanz de Vallés, hija de Antoni Salvador (†1680), quien había desempeñado el oficio de lugarteniente del baile de Xàtiva.31 Ambas familias compartían, pues, una tradición de manejo de las rentas municipales y regias. Además, los Cebriá proseguían con su entronque con la nobleza local. Como era de esperar, los esponsales tuvieron claras resonancias patrimoniales.32 En los años previos a la Guerra de Sucesión, Francisco administró el hospital mayor de Xàtiva.33 Por entonces, parte de sus ingresos procedía del cobro de pensiones censales.34 Los esposos tuvieron cuatro hijos: Antonio, Inés, Bernarda y Restituta.
La contienda dinástica puso al círculo familiar del lado de la causa borbónica, partido que siguió la mayor parte de la nobleza valenciana.35 Con la entrada de las tropas austracistas en Xàtiva, a finales de 1705, comenzó una etapa de represalias.336Don Gaspar Cebriá fue confinado en el castillo; antes había presenciado el saqueo de su casa; a punto estuvo de ser ajusticiado. Al parecer, «era voz pública que Basset quería mandar dar garrote por afecto a S. M. (...) diciendo que había de acabar la familia de los Cebrianes de Játiva».37 También fueron encarcelados Pere Belloch,38 Pascual Fenollet39 y José y Félix Cebriá;40 Josep Pelegero, jurado en cap, fue conducido preso a Valencia, mientras que Francisco José Cebriá y Juan Ortiz lograron huir y acompañaron a las tropas borbónicas.41 Por su parte, Rosa Antonia Salvador Sanz de Vallés era pariente de Bruno Salcedo, caballero de Montesa y destacado felipista; pero también de un eminente austracista como Joan Jacint Tárrega, quien tal vez los protegió.42 Sea como fuere, lo cierto es que ningún miembro del clan padeció la pena capital.
Tras un cruento asedio borbónico, Xàtiva capituló el 6 de junio de 1707. Días después, el monarca decretó su incendio. A consecuencia del desastre, la ciudad fue momentáneamente abandonada.43 Antes de partir, los frailes del Convento de San Julián –demolido en la primavera de 1706– entregaron a Francisco José la imagen del Cristo del Carmen.44 Su padre había fallecido, él era el primogénito y había acompañado a las tropas vencedoras. Pocos días después, también abandonó la ciudad.
Cristo del Carmen. Ayuntamiento de Xàtiva.
La real orden de reconstrucción se expidió en octubre de ese mismo año. Fue entonces cuando la Corona premió a sus fieles con cargos y honores. La corporación municipal quedó en manos de un reducido grupo familiar. En estos momentos de reconstrucción, primó la fidelidad a Felipe V y el buen conocimiento de los entresijos de la antigua Xàtiva. Francisco José Cebriá, Pedro Belloch, Juan Ortiz y José Cebriá Berenguer obtuvieron, en octubre de 1709, plazas de regidor en el primer ayuntamiento borbónico de San Felipe. Los cuatro se mantendrían en sus cargos más allá del trienio prescrito.445Tras la caída del régimen foral, la preeminencia de estos hombres permanecía intacta. Primero con los Austrias, después con los Borbones, una exigua y compacta nómina de linajes continuó empuñando las riendas de la ciudad.46 Acabada la guerra, Cebriá reanudó sus actividades crediticias.47 Las controversias procesales testimoniaban su condición de censualista.48 Representaba además los intereses económicos de terceros.49 En general, la reconstrucción de la Nueva Colonia de San Felipe debió de resultar propicia para los negocios; más aún en el caso de un regidor.50 También el derecho sucesorio contribuyó a ensanchar el prestigio y los ingresos de la familia. En 1710, tras la muerte de Jacinto Roca Ferrer, marqués de Malferit, devino en poseedor, junto con Gaspar Teixidor (†1726), del vínculo llamado de Sorió.51
Tras dos años de enfermedad, su esposa murió en 1714, pocos meses antes que su hija Inés.52 Al parecer, estas tragedias familiares se vieron agravadas por las desavenencias de los regidores con las autoridades regias, quienes denunciaron la existencia de irregularidades económicas e inmobiliarias.53 Fue entonces cuando colgó la vara de regidor y adquirió la condición de clérigo.54 Probablemente, este cambio de estado se realizó a través de la tercera orden franciscana. Existen varias razones que permiten pensarlo: dicha asociación piadosa tenía por patrono a san Luis rey de Francia, lo que resultaba acorde con su trayectoria política; el fuero eclesiástico podía resultarle útil en caso de litigio con la justicia regia; al no tener que vivir en comunidad, pudo proseguir con sus habituales actividades económicas; en fin, la capilla de los terciarios se alzaba anexa al convento de franciscanos descalzos de la ciudad, con cuyo hábito fue amortajado el cadáver de Cebriá.55
También otros familiares optaron por la vida religiosa: su hermano Félix vistió el hábito de Santo Domingo; años después, su hija Bernarda ingresó en el convento de monjas clarisas de la ciudad, comunidad de la que llegó a empuñar el báculo abacial.56 Y es que matrimonio y celibato representaban el haz y el envés de una misma estrategia; la herencia y el prestigio de la familia debían permanecer a salvo.57 Pese a su cambio de estado, Cebriá nunca desatendió las tareas patrimoniales. Fue prestamista y representó los intereses de su cuñado, el hombre más acaudalado de la ciudad.58 Estos negocios le hicieron comparecer en diversas ocasiones ante los tribunales de Valencia.59 Testó en 1730 y dos años después obtuvo la licencia para fundar un mayorazgo.60 La cohesión y transmisión de sus bienes quedaba así ajustada a las leyes de Castilla. Falleció en mayo de 1735 en su propia casa; sus restos fueron trasladados hasta la sepultura familiar, ante el altar de la Purísima Concepción de la iglesia colegial.
Capilla de la Venerable Orden Tercera. Convento de San Onofre (Xàtiva).
La vida de Antonio Cebrián Salvador (1697-1759) discurrió en el umbral que separaba lo antiguo y lo naciente.61 A los hombres de su generación les correspondió alzar el entramado de la nueva ciudad borbónica. Obtuvo en 1724 el título de regidor del Ayuntamiento de San Felipe.62 Se trataba de un oficio de los llamados «de gracia», otorgados por el rey con carácter vitalicio. Un año después, en la Parroquia de San Martín de Valencia, contrajo matrimonio con Ignacia de Valda Andía (1697-). Emparentaba así con los marqueses de Valparaíso, Villahermosa y Busianos.63 A lo largo de los años, en su actividad como regidor, asumió diversas responsabilidades y formó parte de las comisiones de fiestas, abasto de carnes, acequias...64 San Felipe tenía una afanosa voluntad de enlace con la tradición foral. Éste debió de ser un sentimiento presente en el imaginario colectivo de la época. Antonio Cebrián, por ejemplo, perteneció a la Congregación de nobles, títulos y caballeros de sangre y solar conocido de la ciudad y reino de Valencia. A ella accedían «los cavalleros cuyas familias fueron de los reales estamentos militares en los tiempos de los abolidos fueros y sus descendientes, y los que plenamente an [he]cho constar de su hidalguía».65 De modo análogo, el Ayuntamiento de San Felipe pugnó por mantener los privilegios logrados antaño, entre los que destacaban los derechos señoriales sobre la baronía de Canals. Hasta allí se desplazaba anualmente un regidor, quien recibía, en el presbiterio de la iglesia parroquial, el juramento de los electos. Antonio Cebrián, al menos en dos ocasiones, fue diputado por la corporación municipal para presidir este homenaje.66 Sin duda, el ayuntamiento proyectaba sobre sus componentes la dignidad institucional. A los ojos de la población, no debió de resultar sencilla la distinción entre la persona y el oficio.67 Como todos sus antepasados, miró por el patrimonio familiar. En 1728 arrendaba los derechos dominicales del lugar de Sorió.68 Ese mismo año, el Ayuntamiento de San Felipe estipuló una concordia con sus acreedores. Como ocurría en la mayoría de los consistorios, las deudas censales ahogaban las haciendas. Éstas sólo se podían ir liquidando por medio de acuerdos, rebajas y condonaciones.69 También la ciudad, dedicada a los esfuerzos de reconstrucción, necesitaba concertar el pago de sus débitos; y entre los acreedores se hallaba el vínculo de Sorió, cuyos titulares sellaron en 1742 un acuerdo.70 En su virtud, Cebrián entregó al apoderado de los frailes carmelitas el importe de la pensión censal, que anualmente recibía su convento a cargo del expresado vínculo.71 Él había heredado de su padre otras obligaciones y créditos.72 Además, adquirió el dominio directo de algún predio.73 De su matrimonio nacieron cinco hermanos: José María (1727-1799), Ignacio (1728-1808), Bernardo (1731-),74 Francisco Antonio (1734-1820) y María de las
Nieves (†1795).75 Y llegamos así a la generación de la que formó parte nuestro biografiado. A las alturas de la segunda mitad del siglo XVIII, los Cebrián estaban ya emparentados con los principales linajes asentados en San Felipe: los Fenollet –marqueses de Llanera–, los Roca –marqueses de Malferit–, los Sanguino –barones de Almedíjar– y los Sanz –marqueses de Mascarell–. Además, Ignacia de Valda y Andía era hermana del marqués de Valparaíso, Grande de España.76 Sin duda gracias a esta red de influencias políticas, José María e Ignacio Cebrián lograron en 1757 el hábito de caballeros de Montesa.77
El mayor de los hermanos contrajo matrimonio, en 1754, con Josefa Manuela Soto Marín, natural de Orihuela.78 La pareja tuvo cuatro hijos: Josefa Antonia, Francisca, María Pascuala y Pedro de Alcántara.79 José María dedicó parte de sus tierras al cultivo del arroz.80 A diferencia de sus antepasados, no ocupó plaza alguna en el ayuntamiento de la ciudad. Él formaba parte de la antigua aristocracia local y una plaza de regidor no debía de resultarle demasiado atractiva. Y es que, durante la segunda mitad del siglo XVIII, los ayuntamientos fueron objeto de una serie de reformas impulsadas por la Corona; el intervencionismo regio atemperó el margen de maniobra de los munícipes; en San Felipe, se promulgaron unas ordenanzas.81 El acceso de hombres nuevos al gobierno del municipio, antes en manos de caballeros, ha de insertarse en esta secuencia innovadora. Las plazas de regidor, en el reino de Valencia, comenzaron a ser venales. Seguramente, esta minoración de la autonomía y de la distinción indujo a las antiguas elites a buscar otras vías de expresión política;82 el ingreso en la orden de Montesa –por el que se debía abonar una respetable suma– se ha de situar en estas coordenadas. En 1778, José María casó a su hija mayor con un caballero maestrante de Valencia.83 Al final de sus días, concertaba algunas operaciones inmobiliarias con el cabildo de San Felipe.84 Falleció el 10 de octubre de 1799 y fue inhumado en la sepultura de sus antepasados.85
Por su parte, Ignacio Cebrián se unió en matrimonio en 1766 con Josefa Tárrega Cariñani (1747-). En cierto modo, este enlace sellaba las heridas abiertas sesenta años antes entre dos familias que habían liderado a borbónicos y austracistas.86 La pareja residió, primero, en San Felipe y, luego, en Valencia.87 Ignacio se dedicó a la milicia, cuyo fuero proporcionaba privilegios y honores.88 Tuvo tres hijos: Joaquín Ignacio, María de las Nieves y Antonio José.89 Murió en Valencia el 20 de mayo de 1808 y fue el primer caballero de Montesa inhumado en el cementerio general.90 Ya por entonces los camposantos igualaban póstumamente a quienes en vida habían gozado de privilegios estamentales. Europa se hallaba inmersa en unas transformaciones culturales de enorme entidad.
Pedro de Alcántara Cebrián y Soto sucedió a su padre, José María Cebrián, como cabeza de familia.91 Él formó parte del Ayuntamiento de San Felipe, primero, en la etapa constitucional y, después, con la restauración fernandina.92 Además, durante un tiempo, administró los bienes del real patrimonio en la ciudad.93 Como sus antepasados, estuvo estrechamente vinculado a las comunidades locales de franciscanos.94 En la plenitud de su vida, asistió al hundimiento del Antiguo Régimen: la pérdida de la condición de regidor, el cierre de los conventos y la supresión del cabildo colegial simbolizaron la desaparición de un modo de vida. Permaneció soltero y falleció en 1855. De este modo, concluían más de dos siglos de dominio familiar.95
* * *
En este primer capítulo, se ha podido apreciar el ascenso social y político de los Cebrián –antes Cebriá– de Xàtiva. De orígenes ciudadanos, fueron enlazando con linajes de caballeros. Sin duda, esta proximidad a miembros del estamento militar o noble les permitió acceder a cargos de designación regia. La Corona les confió la administración de las rentas de la ciudad y, desde entonces, se habituaron a las dinámicas institucionales. Así aprendieron qué era el poder. Así prepararon su ennoblecimiento. En adelante, los sucesivos memoriales genealógicos siempre harán referencia a esta merced. Dos décadas después, el reino de Valencia vio abolida su antigua ordenación de los poderes. Cierta nobleza valenciana supo sortear los estragos de la guerra y sus derechos permanecieron intactos. Bien pocas fueron las excepciones. En San Felipe –antes Xàtiva– los gobernantes continuaron siéndolo. Quienes habían custodiado el viejo derecho fueron llamados a aplicar uno nuevo. En este punto, las tensiones fueron inevitables. La cultura jurídico-política vigente a lo largo de siglos hubo de adaptarse a los nuevos principios. Durante dos generaciones, la familia Cebrián estuvo presente en el ayuntamiento borbónico. Emparentó, además, con la nobleza titulada. Después, 150 años de gobierno municipal quedaron temporalmente interrumpidos. La Corona hacía notar su afán de control sobre los ayuntamientos. El ingreso en la orden de Montesa constituyó una alternativa política más provechosa. De cinco hermanos, sólo Francisco Antonio conoció la entrada de las tropas napoleónicas en Valencia. Los demás no padecieron los efectos de las nuevas ideas. Habían nacido y muerto como nobles, en una sociedad basada en el privilegio. Pedro de Alcántara Cebrián, el último representante de la saga familiar, vivirá en primera persona los efectos de la demorada Revolución Liberal. La muerte de Fernando VII canceló el viejo orden político.
Tras exponer sus raíces familiares, entramos ya de lleno en la vida de la persona estudiada. Ésta debe concebirse como la rama de un árbol. Sin la firmeza de un tronco añoso, no hubiera sido posible su carrera de honores. Sin el auxilio de sus protectores, difícilmente hubiera logrado encaramarse hasta lo más alto. No lo olvidemos: el periodo histórico considerado enmarca una cultura ajena al individualismo contemporáneo. La libertad lo era para cumplir con unos deberes; en primer lugar, religiosos y familiares.
1 AHCX, libro 16, [8-VIII-1602]. Véase M. de Madramany Calatayud: Tratado de la nobleza de Aragón y Valencia, Valencia, 1788, pp. 237 y ss.; P. Pérez García: «Los ciudadanos de Valencia. Estatuto jurídico y jerarquía social de un grupo privilegiado: memoriales y tratados de los siglos XVI, XVII y XVIII», Estudis. Revista de Historia Moderna 15 (1989), pp. 145-188; asimismo, P. Costa: Cittadinanza, Roma-Bari, 2005, pp. 7-20.
2 I. Blesa i Duet: «L’índex general per ABCD de consells y actes, contant desde lo any 1500 fins 1549, de l’Arxiu Municipal de Xàtiva», en Fira d’agost, Xàtiva, 2005, 143-165, p. 163.
3 Xàtiva fue la primera ciudad valenciana que obtuvo, en 1427, el privilegio de la insaculación. Sustituía a la llamada ceda –lista de sujetos afines confeccionada por el propio rey–, impuesta por Fernando el Católico, e implicó una mayor autonomía de los jurados frente al poder real. Véase A. Felipo Orts: Autoritarismo monárquico y reacción municipal: la oligarquía urbana de Valencia desde Fernando el Católico a las Germanías, Valencia, 2004; asimismo, Insaculación y élites de poder en la ciudad de Valencia, Valencia, 1996. A. Alberola Romá: «Els municipis reialencs valencians durant l’època foral moderna. Estructura política i funcionament», Dels Furs a l’Estatut. I Congrés d’administració valenciana. De la història a la modernitat, Valencia, 1991, pp. 445-455. J. A. Barrio Barrio: «La introducción de la insaculación en el antiguo Reino de Valencia. Xàtiva, 1427», en Dels Furs a l’Estatut..., pp. 499-503; D. Bernabé Gil: «El control de la insaculación en los municipios realengos», en Dels Furs a l’Estatut..., pp. 505-510.
4 J. Ll. Cebrián i Molina: L’ermita del Puig de Xàtiva, Xàtiva, 1998, p. 67. La residencia de Gaspar se alzaba en 1620 en la calle de Perpinyà y pasó a manos de su primogénito. En la década de los setenta del siglo XVIII, la calle pasó a denominarse «del canónigo Cebrián», tal vez en referencia a Félix Cebrián Berenguer de Morales, descendiente de Gaspar Cebriá. Véase M. González Baldoví: «Xàtiva en 1620. Veïns, topònim i aspectes urbans», Papers de La Costera 5 (1987), pp. 153-180, p. 164; asimismo, I. Blesa Duet: Un nuevo municipio para una nueva monarquía. Oligarquías y poder local. Xàtiva, 1707-1808, Valencia, 2005, p. 306.
5 AHN, Inquisición, legajo 637, expediente 2; AHCX, libro 4 [17-VIII-1658].
6 Sobre los Malferit, véase V. Pons Alós: «La societat de Xàtiva en l’època dels Borja», en Xàtiva. Els Borja. Una projecció europea, 2 vols., Xàtiva, 1995, I, p. 172.
7 Joan Baptista Bonaventura fue bautizado el 23 de junio de 1611; su padre ya era considerado ciudadano. Maria Magdalena, el 18 de julio de 1613. Y Miquel Jeroni, el 10 de enero de 1616. AHCX, libros 16 y 17
8 Miquel Cebriá testó el 29 de septiembre de 1626 ante Josep Menor. Legó trescientas libras para su alma y designó como albaceas a su padre y a su sobrino Francesc Cebriá. ARV, Pro tocolos, libro 10.380 [28-XI-1646]; AHCX, libro 1 [4-X-1626].
9 Àngela Margarida Josepa Simona Aparici fue bautizada el 28 de octubre de 1614. AHCX, libro 17. Era hija del caballero Joan Baptista Aparici y de Josepa Mariana Martí. Don Jeroni Sanz, don Luis Soler y el caballero Baptista Aparici actuaron como testigos de su enlace matrimonial. AHCX, libro 2 [10-II-1638]. Falleció el 10 de febrero de 1639.
10 Clara Esperança Joana, hija de Pere Belloch y de Paula Borja. AHCX, libro 17 [26-XII-1621] y AHCX, libro 3 [6-VIII-1640]. Legó 200 libras para su alma, mediante testamento otorgado en 1680 ante Bertomeu Pont. Actuaron como albaceas sus hijos: el canónigo Miquel Jeroni y don Gaspar. AHCX, libro 6 [24-IX-1704].
11 ARV, Protocolos, libro 10.373, ff. 741r-746v.
12 Gaudencio se doctoró en ambos derechos y, al igual que su progenitor, desempeñó el oficio de racional en dos ocasiones (1688 y 1696). AHN, Consejos, libro 2.041, ff. 68v y 141r. Se casó en 1670 con Gertrudis Casanova, hija de Josep Casanova y de Joana Margalit, naturales de Agullent y vecinos de Xàtiva. AHCX, libro 4 [15-I-1670]. Se doctoró en ambos derechos. Contrajo segundas nupcias con Hermeregilda Tolosa. AHCX, libro 6 [14-IX-1698].
Jeroni se casó en 1671 con Catalina Agulló, hija de Gaspar Agulló y de Margarida Anna Martí, naturales y vecinos de Xàtiva. AHCX, libro 4 [1-I-1671]. Fue jurado de Xàtiva y familiar del Santo Oficio. Al enviudar, contrajo matrimonio en 1687 con doña Raimunda Anguerot, residente en el Convento de la Consolación de Xàtiva tras la muerte de su marido, don Melchor Figuerola y Gamir, caballero de Montesa. AHCX, libro 5 [2-III-1687]; AMX, Protocolos, libro 1.449, f. 37r.
Miquel Jeroni fue canónigo de la Iglesia Colegial de Xàtiva. AHN, Órdenes Militares. Montesa. Caballeros, expediente 116.
Silveria contrajo matrimonio, el 24 de noviembre de 1670, con el ciudadano Josep Pelegero Gisbert, quien fue justícia civil y criminal (1690), racional (1699) y jurado en cap de Xàtiva (1705). Pelegero perteneció al partido borbónico y estuvo preso en Valencia. Acabada la Guerra de Sucesión, el barón Claude François Bidal d’Asfeld le nombró fiel almotacén de la ciudad. Posteriormente obtuvo el título de regidor. AHN, Consejos, legajo 18.367, expediente 5.
13 ARV, Protocolos, libro 10.379 [30-VII-1644]. Sobre el significado de los censos, véanse, M. Peset: Dos ensayos sobre la historia de la propiedad de la tierra, Valencia, 1994 y M. V. Febrer Romaguera: Dominio y explotación territorial en la Valencia foral, Valencia, 2000.
14 El cargo de racional –o tesorero de las finanzas municipales– era el que más interesaba a la Corona y quedaba bajo su control. En Xàtiva, al igual que en otras grandes ciudades del reino, era nombrado por el rey a partir de una terna que elaboraban los jurados de la ciudad. Véase J. Casey: El regne de València al segle XVII, Barcelona, 1981, pp. 193-194; así como E. Mollá Ribes: «Apunts sobre l’Edat Mitjana: oficials i càrrecs municipals a Xàtiva», Papers de La Costera 5 (1987), pp. 61-71. Sobre la hacienda municipal en el siglo XVII, aunque centrada sobre todo en la ciudad de Valencia, puede verse el estudio de A. Felipo Orts: El centralismo de nuevo cuño y la política de Olivares en el País Valenciano. Fiscalidad, control político y hacienda municipal (1621-1634), Valencia, 1989.
15 Jeroni Cebriá fue nombrado racional en 1657 y 1664. AHN, Consejos, libro 2.040, ff. 57r y 99v.
16 ARV, Protocolos, libro 10.373, ff. 602v-603r.
17 AHCX, libro 5, [17-VII-1675].
18 AHCX, libro 3, [13-II-1647] y libro 7, [3-III-1707].
19 Vicente Teixidor Bellvís (1635-): Académico pensil de las musas, Valencia, 1669. El autor, caballero de Montesa, era hijo del marqués de Montortal, Gaspar Teixidor, y de Inés Bellvís de Montcada. Su hermano, Onofre Teixidor Bellvís (1634-1689) era canónigo sacrista de la Iglesia Colegial de Xàtiva. AHN, Consejos, legajo 21.822, expediente 1.
20 Hija de Francisco Roca, caballero de Montesa, y de María Ferriol, naturales y vecinos de Xàtiva. AHCX, libro 5, [19-V-1672].
21 Francisco José, el primogénito, nació en 1674. AHCX, libro 5, [19-II-1674]. Pedro murió en 1723. AHCX, libro 7, [28-IV-1723]. Félix fue sacerdote y religioso dominico. Residía, en 1743, en el Convento de la Consolación de la ciudad de San Felipe y era apoderado del convento de predicadores de Valencia. ARV, Protocolos, libro 8.074, f. 90r y AMX, Protocolos, libro 1.461, ff. 52v-53v. Gaspar (†1765) se doctoró en ambos derechos. En 1718, efectuó el juramento de abogado y tuvo despacho abierto en San Felipe y en Valencia. Fue asesor de la Orden de Montesa y del Protomedicato. En 1726 inició una dilatada carrera en la Real Audiencia de Valencia: teniente de chanciller (1726-1742), alcalde del crimen (1742-1751) y oidor (1751-1765). Además, formó parte del consistorio valenciano en calidad de alcalde mayor (1735-1741). AHN, Órdenes Militares. Montesa. Caballeros, expediente 116; P. Molas Ribalta: «Las audiencias borbónicas en la Corona de Aragón», en Historia social de la administración española. Estudios sobre los siglos XVII y XVIII, Barcelona, 1980, pp. 159 y 160; y del mismo autor, La audiencia borbónica del Reino de Valencia (1707-1834), Alicante, 1999. Isabel se desposó en 1689 con Juan Ortiz Malferit, viudo de Patricia Teixidor Sanz. Ortiz obtuvo el título de noble el 29 de enero de 1697. AHCX, libro 5, [8-II-1682] y [16-VIII-1689]; AHN, Consejos, libro 2.041, f. 151r. Clara enlazó con Juan Albornoz, y Ángela con Jacinto José Agulló Guitart. AHCX, libro 85, f. 140.
22 AHN, Consejos, libro 2.040. f. 196v y libro 2.041, f. 14v.
23 AHN, Consejos, libro 2.041, ff. 62r-v.
24 V. Boix: Xátiva. Memorias, recuerdos y tradiciones de esta antigua ciudad, Xàtiva, 1858, p. 206. Véase A. Espino López: «La formación de milicias generales en los reinos de la Corona de Aragón durante el reinado de Carlos II, 1665-1700», Estudios Humanísticos. Historia 2 (2003), pp. 111-140, pp. 118-121; «El esfuerzo de guerra de la Corona de Aragón durante el reinado de Carlos II, 1665-1700. Los servicios de tropas», Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante 22 (2004), pp. 209-250.
25 Durante la vigencia del ordenamiento foral, en algunas ciudades valencianas, como Alicante, Orihuela y Xàtiva, se consideraba ciudadanos de mano mayor a los insaculados descendientes de ciudadanos honrados, médicos, abogados y graduados en algunas universidades. Véase P. Pérez García: «Los ciudadanos de Valencia...», p. 161, nota 56.
26 M. Madramany Calatayud: Tratado de la nobleza..., p. 285.
27 Este privilegio supuso un mayor control regio de los futuros insaculados. Véase D. Bernabé: «El control de la insaculación...», p. 508. El privilegio está recogido en M. Madramany Calatayud: Tratado de la nobleza..., apéndice, p. XXIX.
28 Gaudencio Cebriá volvió a ser nombrado racional en 1696. AHN, Consejos, libro 2.041, ff. 68v y 141r.
29 Estacio Fuentes y Pere Blasco, labradores del lugar de Torrella, reconocieron en 1690 deberle cincuenta libras valencianas. AMX, Protocolos, libro 1.472, ff. 104r-105r. El 8 de junio de 1697, recibió del justicia, jurados y síndico de la villa de Vallada 85 libras y 15 sueldos, en concepto de dos pensiones censales. ARV, Protocolos, libro 1.767, ff. 238r-v. El 22 de agosto de 1697, Pedro Rugat, vecino de La Pobla Llarga, le debía 26 libras por la compra de un caballo. ARV, Protocolos, libro 1.767, ff. 388v-389v.
30 Su testamento ológrafo fue entregado al notario Josep Pastor. AHCX, libro 7 [3-III-1707]. Véase P. Marzal Rodríguez: «Algunas costumbres testamentarias de la nobleza valenciana hacia finales del siglo XVII», en E. Juan y M. Febrer (eds.): Vida, instituciones y universidad en la historia de Valencia, Valencia, 1996, pp. 87-109.
31 AHCX, libro 6 [1-X-1691]. Rosa Antonia nació en Xàtiva el 12 de junio de 1677. Antoni Salvador había estado casado con Margarita Tárrega. AHCX, libro 4 [31-VII-1663]. También su madre, Inés Sanz de Vallés, contrajo segundas nupcias con Luis Salcedo Vives, señor del lugar de Pamis. ADV, signatura 7/8; AHN, Órdenes Militares. Montesa. Caballeros, expediente 116; AHCX, libro 7 [23-VI-1714]; AHCX, libro 4, f. 20v; AHCX, libro 5 [9-III-1680]; AHN, Consejos, libro 2.041, f. 8v.
32 AMX, Protocolos, libro 1.472, ff. 55r-57v y 109r-118r; ARV, Protocolos, libro 1.767, ff. 618v-620v y 641r-645v; AHN, Órdenes Militares. Montesa. Caballeros, expediente 445; La dote de la novia ascendió a 13.500 libras valencianas. AHN, Órdenes Militares. Montesa. Caballeros, expediente 116.
33 AMX, 37-1782. Sobre el cargo de administrador, véase V. Pons Alós: Archivo del hospital «major de pobres» de Xàtiva: catálogo y estudio, Valencia, 1987, p. 20
34 AMX, Protocolos, libro 1.473, ff. 395r-v; ARV, Protocolos, libro 1.767, ff. 244r-v y 618v-620v.
35 V. Boix: Xátiva. Memorias..., pp. 231 y 234. La mayor parte de la nobleza terrateniente se puso de parte de Felipe V, en contraposición al marcado carácter de revuelta social y antiseñorial que adoptaron los partidarios del Archiduque –campesinos, comerciantes, artesanos y clases medias urbanas. Véase C. Pérez Aparicio: De l’alçament maulet al triomf botifler, Valencia, 1981; V. León Sanz: Entre Austrias y Borbones. El archiduque Carlos y la monarquía de España (1700-1714), Madrid, 1993; S. Villamarín Gómez: Las instituciones valencianas durante la época del Archiduque Carlos, Valencia, 2001. Respecto a los cambios institucionales, véase M. Peset: «Notas sobre la abolición de los fueros en Valencia», AHDE 42 (1972), pp. 657-715; E. Giménez López: Militares en Valencia (1707-1808). Los instrumentos del poder borbónico entre la Nueva Planta y la crisis del Antiguo Régimen, Alicante, 1990.
36 C. Pérez Aparicio: «La política de represalias y confiscaciones del archiduque Carlos en el País Valenciano», Estudis. Revista de Historia Moderna 17 (1992), pp. 150-196.
37 P. Molas Ribalta: «Magistrados valencianos en el siglo XVIII», en A. Mestre (ed.), Mayans y la Ilustración. Simposio internacional en el bicentenario de la muerte de Gregorio Mayans, 2 vols., Valencia, 1981, I, p. 83. Véase también M. C. Irles Vicente: El régimen municipal valenciano en el siglo XVIII. Estudio institucional, Alicante, 1995, p. 199.
38 Pere Belloch Borja obtuvo el título de noble el 27 de marzo de 1688, pocos meses después que su sobrino Gaspar Cebriá Belloch. AHN, Consejos, libro 2.041, f. 68v. Fue nombrado baile de Xàtiva por decisión regia, fechada el 13 de julio de 1688, oficio que vacó tras la muerte de Isidre Tárrega. AHN, Consejos, libro 2.041, f. 70r. Viudo de Mariana de Borja, falleció el 20 de octubre de 1714. AHCX, libro 7 [20-X-1714].
39 Hijo de Diego Fenollet Vilarragut y de Leonor Togores, heredó en 1690 los señoríos del Genovés y de Lloc Nou de Miguel Alonso Fenollet de Castellvert, quien había sido gobernador de Alicante y lugarteniente de la general gobernación de la ciudad y reino de Valencia. AHN, Consejos, libro 2.040, f. 171r; AMX, Protocolos, libro 1.472, ff. 342r-728v, y libro 1.473, ff. 586v-590r. En 1691, contrajo matrimonio con Ignacia Catalina Salvador Sanz de Vallés. AHCX, libro 6 [17-I-1691]. El 15 de septiembre de 1697, don Pascual tomó posesión de sus señoríos. ARV, Protocolos, libro 1.767, ff. 472v-476r. Fenollet, marqués de Llanera y conde de Olocau, falleció en su palacio del Genovés en 1730. Entre sus albaceas, designó a Francisco José Cebriá. AHCX, libro 8, f. 484r.
40 José Cebriá Berenguer, doctor en ambos derechos, había formado parte del consell de Xàtiva: en 1699 como abogado de miserables y en 1702 en calidad de abogado de la ciudad. Contrajo matrimonio por medio de procurador –Pere Belloch, por entonces baile de Xàtiva– con Luisa María Llinás, hija de Antoni Llinás y de Margarita Tarrasa. AHCX, libro 6 [30-III-1698]. En octubre de 1700, fue comisionado por el virrey, marqués de Villagarcía, para la persecución de bandidos. Su padre, el ciudadano Félix Cebriá Aracil, había sido jurado de Valencia en varias ocasiones y síndico de la ciudad, de 1702 a 1705. Ambos serán nombrados regidores del primer ayuntamiento borbónico de San Felipe y Valencia, respectivamente; mientras que Félix Cebriá Berenguer obtendrá un canonicato en la iglesia colegial de aquella ciudad. Véase M. F. Mancebo: «El primer ayuntamiento borbónico», Estudios de Historia de Valencia, Valencia, 1978, pp. 293-307; S. García Martínez: Valencia bajo Carlos II, Villena, 1991, pp. 262, 363, 394, 452, 531, 544 y 582; I. Blesa i Duet: El municipi borbònic..., p. 70; y S. Villamarín Gómez: Las instituciones valencianas..., apéndice 6.
41 Sobre esta cuestión, véase E. Giménez López: «El exilio de los borbónicos valencianos», Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante 25 (2007), pp. 11-51.
42 Joan Jacint Tárrega era primo hermano de Ignacia y Rosa Antonia Salvador. Nació el 26 de septiembre de 1664. Era hijo del caballero Isidre Tárrega, quien había sido baile de Xàtiva, y de Vicenta Salvador. Estuvo casado con Mariana March, natural de Valencia. AHCX, libro 4 y AHN, Órdenes Militares. Montesa. Casamientos, expediente 189. Tras la entrada en Xàtiva del general Joan Baptista Basset, en marzo de 1706, quedó al frente del consejo de gobierno de la ciudad. V. Boix: Xátiva. Memorias..., p. 232.
43 AHN, Consejos, legajo 17.984. V. Boix, Xátiva. Memorias..., pp. 239-241. G. Ramírez Aledón: «La crema de Xàtiva en 1707», en Fira d’agost, Xàtiva, 1996, pp. 51-68.
44 El prior de este convento, Francisco Alberola, el subprior, Domingo Gimeno, y otros frailes de la comunidad habían sido encarcelados en el castillo de Xàtiva por orden de Basset. ARV, Clero, legajo 388, caja 1.049; V. Pascual y Beltrán: Curiosidades setabenses. Datos para la historia del exterminio de Játiva en la Guerra de Sucesión, Xàtiva, 1925, pp. 16 y 17; M. González Baldoví: «El trasllat del Crist del Carme en la Guerra de Successió (A propòsit del 275 aniversari de la crema de Xàtiva», en Fira d’agost, Xàtiva, 1982, pp. 75-81; asimismo, R. Aznar i Garcia: «Cebrià i Roca: el retrat d’un xativí victoriós», en Xàtiva, 1707. Tercer centenario de la quema y destrucción de la ciudad, suplemento especial del diario Levante-El Mercantil Valenciano, 30-VI-2007, pp. 20-21.
45 Tal vez, esta posición de dominio se vio reforzada desde la corte por Bruno Salcedo. Pariente de Rosa Antonia Salvador Sanz de Vallés, en 1713 obtuvo una plaza en el Consejo de Castilla. Antes, había sido nombrado alcalde de casa y corte. Véase E. Giménez López: «El exilio de los borbónicos...», pp. 16 y 22.
46 Lo mismo ocurrió en la mayoría de las ciudades del reino. Sirven los ejemplos de Orihuela, Alicante, Alcoy o Xixona, donde los regidores que habían sido insaculados representarán entre el 66 y el 87%. Véase M. C. Irles Vicente: «Oligarquía y poder local en vísperas de la Nueva Planta», El món urbà a la Corona d’Aragó del 1137 als decrets de Nova Planta: XVII Congrés d’Història de la Corona d’Aragó, 2 vols., Barcelona, 2003, II, pp. 177-188. También, J. L. Castellano Castellano: «Redes sociales y administración en el Antiguo Régimen», Estudis. Revista de Historia Moderna 31 (2005), pp. 85-102.
47 ARV, Protocolos, libro 8.062, ff. 15v y 71v.
48 ARV, Protocolos, libro 8.062, f. 97r-99v y libro 8.063, f. 72r-v.
49 ARV, Protocolos, libro 8.062, ff. 4r-7r.
50 En enero de 1714, adquirió judicialmente 12 hanegadas de tierra situadas en la partida de Meses, hasta entonces propiedad de Jaime José Codina. ARV, Protocolos, libro 8.064, ff. 2v y 84v.
51 El título de marqués de Malferit se expidió el 9 de diciembre de 1690. AHN, Consejos, libro 2.041, f. 94r. Don Jacinto falleció el 26 de septiembre de 1710 en casa de Pedro Belloch Borja. Declarado partidario de la causa borbónica, hubo de exiliarse. Otorgó testamento ante Bertomeu Trobat, el 19 de septiembre de 1710. Fue enterrado en la iglesia de Aielo. ARV, Protocolos, libro 8.062, ff. 102r-104v y AHCX, libro 7. Los censos pertenecientes al fideicomiso de Sorió importaban un capital de 7.950 libras y generaban una pensión anual de 397 y 10 sueldos. AMX, Protocolos, libro 1.427, ff. 11v-13v.
52 Rosa Antonia otorgó testamento y nombró como albaceas a su marido y a su cuñado, Juan Ortiz, ambos regidores. Dispuso que su cadáver se vistiese con el hábito de santo Domingo. ARV, Protocolos, libro 8.063, ff. 138r-139v y AHCX, libro 7 [23-VI-1714]. Inés Cebriá otorgó testamento en junio. En él designó a su padre como heredero universal. ARV, Protocolos, libro 8.064, f. 44v y AHCX, libro 7 [20-X-1714].
53 I. Blesa i Duet: El municipi borbònic en l’Antic Règim: Xàtiva (1700-1723), Xàtiva, 1994, pp. 86- 92.
54 I. Blesa i Duet: El municipi borbònic..., pp. 70 y 92.
55 En San Felipe, se alzaba el Convento de San Onofre, regentado por una comunidad de religiosos franciscanos descalzos. Alejandro VI había otorgado, en 1496, la bula Sacrosanctae Militantis Ecclesiae, origen de esta rama franciscana. Sobre la orden tercera, véase V. Serra de Manresa: «Els terciaris franciscans a l’época moderna (segles XVII i XVIII)», Pedralbes. Revista d’Història Moderna 14 (1994), pp. 93-105; A. Martínez García: «Los franciscanos seglares en la Corona de Castilla durante el Antiguo Régimen», Hispania Sacra 116 (2005), pp. 441-466.
56 ARV, Protocolos, libro 8.068, ff. 58v-59r y libro 8.070, ff. 146r-148r; AMX, legajo 766, s.f.
57 M. D. Comas d’Argemir: «Matrimonio, patrimonio y descendencia. Algunas hipótesis referidas a la península ibérica», en F. Chacón Jiménez y J. Hernández Franco (eds.): Poder, familia y consanguinidad en la España del Antiguo Régimen, Barcelona, 1992, pp. 162-163.
58 ARV, Protocolos, libro 8.065, ff. 3r y 128r-v, libro 8.066, ff. 57v-59r y libro 8.068, ff. 73v-74r.
59 ARV, Protocolos, libro 8.065, f. 107v y libro 8.069, ff. 30v-31r.
60 Otorgó testamento, en mayo de 1730, ante el notario Bartolomé Trobat. ARV, Protocolos, libro 8.074, ff. 89r-93r. El real despacho de fundación del mayorazgo se expidió con fecha de 27 de junio de 1732. AHN, Consejos, libro 2.497, f. 7v. Sobre esta cuestión, véase J. L. Bermejo Cabrero: «Sobre noblezas, señoríos y mayorazgos», AHDE 56 (1986), pp. 683-728; P. Marzal Rodríguez: «Una visión jurídica de los mayorazgos valencianos entre la época foral y la nueva planta», AHDE 66 (1996), pp. 229-364; del mismo autor: El derecho de sucesiones en la Valencia foral y su tránsito a la Nueva Planta, Valencia, 1998.
61 A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, la redacción del apellido comienza a castellanizarse.
62 Véase I. Blesa Duet: Un nuevo municipio..., p. 218.
63 Ignacia era hija de Pedro Ignacio de Valda Figuerola y de Catalina de Andía Irazával y Vivero. Los Valda poseían el oficio correo mayor del reino de Valencia y el título de nobleza desde 1652. AHN, Consejos, libro 2.040, ff. 26r y 171r; libro 2.041, f. 21r; ADV, signatura 7/8. Francisco Fernando de Andía Irazával y Francisca de Andía Vivero eran marqueses de Villahermosa y vizcondes de Santa Clara. Su hija Catalina de Andía Irazával y Vivero fue bautizada en 1660 en la Parroquia de San Sebastián de Madrid. Siendo viuda, obtuvo, con fecha de 11-II-1686, el título de marquesa de Busianos. AHN, Órdenes Militares. Montesa. Caballeros, expediente, 116. A. García y A. Carraffa: Enciclopedia heráldica y genealógica hispano americana, 88 vols., Madrid, 1920-1968, XIII, p. 89.
64 AMX, libro 20, sesiones del ayuntamiento de 8 de enero, 18 de febrero y 3 de julio de 1733.
65 Esta corporación nobiliaria, con sede en el Convento de Santo Domingo de Valencia, también era conocida con el nombre de Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad. AHN, Órdenes Militares. Montesa. Caballeros, expediente 116.
66 Así acaeció el 11 de marzo de 1742 y el 15 de febrero de 1751. AMX, Protocolos, libro 1.427, ff. 17r-19v y libro 1.428, ff. 4v-5v.
67 Cuando Antonio Cebrián fue regidor, algunas pujas previas al arrendamiento de predios municipales se celebraron a las puertas de su residencia privada. AMX, Protocolos, libro 1.428, ff. 9v-11r.
68 Éstos pertenecían pro indiviso a Francisco José Cebriá, Manuel Sanguino, Félix Falcó, al convento de dominicos de San Felipe, a Juan Tárrega y a Félix Barberá. La escritura se estipuló con Manuel Masip, labrador y vecino de Sorió, por 6 años y una renta de 270 libras valencianas. ARV, Protocolos, libro 8.073, ff. 145r-148r.
69 Las reformas de Fernando VI y Carlos III tuvieron siempre como objetivo acabar con estas deudas y, de paso, sanear la hacienda local. Para el caso de Valencia, véase V. Giménez Chornet: Compte i raó: la hisenda municipal de València en el segle XVIII, Valencia, 2002. Con carácter general puede consultarse C. García García: La crisis de las haciendas locales: de la reforma administrativa a la reforma fiscal (1743-1845), Valladolid, 1996.
70 AMX, Protocolos, libro 1.427, ff. 11v-13v.
71 AMX, Protocolos, libro 1.427, ff. 31v-32r.
72 AMX, Protocolos, libro 1.454, ff. 232r-233r y libro 1.427, f. 1v.
73 En agosto de 1742, compró a Antonio Escrivá de Íxar, conde de L’Alcúdia y Gestalgar, señor de los lugares de La Torre de Lloris y Miralbó, y caballero de San Juan, la señoría directa y la partición de frutos sobre una parcela de tierra. La parcela consistía en «un jornal de tierra, poco más o menos, montuoso y muy difícil de cultivar, que detengo y poseo en la partida de Benifurt de esta ciudad, y contiene un algarrovo silvestre de ningún provecho, y dos o tres moreras inútiles, con una era para trillar». Por ello, se comprometió a pagar una pensión anual de 16 sueldos y 2 dineros en los días de carnestolendas. AMX, Protocolos, libro 1.427, ff. 45v-46r.
74 Nacido el 20 de agosto de 1731, veinte años después, solicitó la primera tonsura clerical y la concesión del beneficio fundado en la colegial de San Felipe bajo la invocación de los Santos Juanes. ADV, signatura 7/8.
75 En 1752 contrajo matrimonio con Ceferino Ortiz Cebrián, hijo de Juan Ortiz e Isabel Cebrián, quien había estado ya casado con Rosa Cerdá, hija del noble Luis Cerdá Rotglá, regidor desde 1724 del Ayuntamiento de San Felipe, así como procurador síndico general del consistorio. Véase I. Blesa Duet: Un nuevo municipio..., p. 257. Era hermano de Diego Ortiz, canónigo de la colegial de San Felipe y comisario general del Santo Oficio en la ciudad, a quien, en 1769, el cabildo de la Catedral de Valencia nombró oficial foráneo y oidor de las causas pías de la ciudad de San Felipe y de su distrito. ACV, libro 3.337, ff. 208v y 235r. María de las Nieves otorgó testamento el 18 de noviembre de 1791 ante el escribano Félix Gascó. Falleció el 24 de mayo de 1795 y fue enterrada en la Iglesia de Santa Tecla. AHCX, libro 85, f. 58v y libro 43, f. 96v.
76 Cristóbal de Valda y Andía heredó de sus padres en 1741 los marquesados de Valparaíso –con grandeza de España–, Villahermosa y Busianos, así como el vizcondado de Santa Clara de Avedillo. J. C. de Guerra: Ilustraciones genealógicas de los linajes vascongados contenidos en las grandezas de España compuestas por Esteban de Garibay.
77 AHN, Órdenes Militares. Caballeros de Montesa, expedientes 116 y 117.
78 Josefa Manuela de Soto era hija de don Diego de Soto y Fenollet y de doña Josefa Marín y Melgares. AHCX, libro 18, f. 331v. Otorgó su último testamento en San Felipe, ante el escribano Mariano Magraner, el 18 de diciembre de 1799. AHO, Protocolos notariales, 1.871,
f. 240v.
79 Josefa nació el 16 de enero de 1758; Francisca, el 15 de septiembre de 1761; María Pascuala, el 6 de marzo de 1770, y Pedro de Alcántara, el 19 de octubre de 1781. AHCX, libro 18, ff. 331v y 433r; libro 19, f. 260v.
80 AMX, libro 46, f. 97r y libro 47, f. 17v; así mismo, «Copia del memorial que don Joseph Cebrián y Balda, y demás contenidos en él, dieron al Rey nuestro Señor en el mes de Deciembre de 1761, pidiendo a Su Magestad la reposición de la cosecha de arroz en la partida de Meses, de la Vega de la Ciudad de San Felipe, en sólo aquel número de fanegadas, que se hacía de tiempo immemorial sin detrimento de la salud pública, de que se hallan privados por Real orden de 15 de Noviembre de 1751», impresa en Valencia, en 1764. BHUV, Varios, 415 (21).
81 Ordenanzas generales para el govierno político y económico de la ciudad de San Phelipe, Valencia, 1750.
82 E. Soria Mesa: El cambio inmóvil. Transformación y permanencias en una élite de poder (Córdoba, siglos XVI-XIX), Córdoba, 2001, pp. 101-102.
83 AHCX, libro 35, f. 34r.
84 AHCX, libro 85, f. 201v y libro 86, f. 389v.
85 Otorgó testamento ante José Catalá, escribano real y de los juzgados de San Felipe. AHCX, libro 43, f. 146v. Con ocasión de su muerte, «teniendo presente el cabildo ser hermano del señor Obispo de Orihuela, bienhechor apasionado de esta Yglesia, los canónigos acordaron hacerle entierro general, pero sin más actos que el oficio de sepultura y toque de campanas correspondiente». AHCX, libro 85, f. 204v.
86 Nacida en Viena, Josefa era hija de José Tárrega, marqués de Tárrega, natural de Barcelona y capitán del regimiento imperial de Córdoba, y de Francisca Cariñani, nacida en Viena. A la muerte de sus padres, ingresó en un colegio, del que salió cuando su tío Carlos Cariñani, militar y caballero de San Juan de Jerusalén, la entregó a sus parientes de San Felipe. El marqués de Tárrega nació ocasionalmente en Barcelona, a causa de los acontecimientos de la Guerra de Sucesión. Era hijo de Juan Jacinto Tárrega Salvador, de Xàtiva, y Mariana March, de Valencia. AHN, Órdenes Militares. Montesa. Casamientos, expediente 189.
87 AMX, legajo 378 y AHCX, libro 86 [12-VIII-1807].
88 En 1769, era capitán agregado a la caja de inválidos de San Felipe. AHCX, libro 19,
89 Joaquín Ignacio nació el 8 de enero de 1768; María de las Nieves, el 27 de septiembre de 1769; Antonio José, el 6 de enero de 1772. AHCX, libro 19, f. 193v, 244v y 309v.
90 AHN, Órdenes Militares, libro 853-C, f. 180v.
91 Era caballero de la real maestranza de Valencia y, en 1827, ingresó en la orden de Montesa. AHN, Órdenes Militares. Caballeros de Montesa, mod. 82 y expedientillo n.º 15.216. Véase V. Cadenas y Vicent: Caballeros de Montesa que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el siglo XIX, Madrid, 1957, pp. 137-140.
92 Formó parte del ayuntamiento constitucional de San Felipe, al menos, hasta la entrada en vigor del Real Decreto, de 30 de julio de 1814, que ordenaba su disolución y el restablecimiento de la planta municipal borbónica. Todavía, en agosto de 1814, procedió, en tanto que regidor comisionado, a ejecutar lo prevenido en el Real Decreto de 18 de julio de 1814, donde se decía que «los Regulares deben recibir sus fincas y efectos de manos de las Autoridades respectivas». M.ª P. Hernando Serra y R. Aznar i Garcia: Xàtiva durant la Guerra del Francés..., pp. 88-89, y ARV, Real Acuerdo, libro 109, ff. 177r y 321r. En 1834, durante la epidemia de cólera, era regidor comisario de sanidad. V. Boix: Xátiva. Memorias..., p. 392. En 1835, era el regidor encargado de la mayordomía de propios, pero en noviembre de ese año, tras las elecciones municipales, hubo de abandonar la corporación. Se habían instaurado los ayuntamientos liberales. AMX, libro 120, ff. 125v y 210v.
93 En enero de 1817, fue nombrado administrador de la bailía de la ciudad. AHMX, libro 103, f. 39v.
94 Al menos entre 1820 y 1835, desempeñó el oficio de síndico del Convento de San Francisco, del que era, por otro lado, su principal acreedor. ARV, Clero, libro 1.048. En diciembre de 1834, en vísperas de la exclaustración, entregaba «una limosna graciosa» de sesenta reales de vellón al síndico del Convento de San Onofre. ARV, Clero, libro 1.613, s. f.
95 Testó ante el escribano Vicente Blanco el 27 de diciembre de 1854. Designó como albaceas a los abogados Salvador Aixó y Félix Julve, así como al labrador Vicente Pineda, todos vecinos de Xàtiva. Asignó dos mil reales de vellón para bien de su alma. Además, legó treinta reales de vellón a la obra de la suprimida colegiata, a los pobres de la cárcel y del hospital, y a la casa santa. AHCX, libro 11 [13-I-1855].