Читать книгу Susie - Ray Rhodes Jr. - Страница 10

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oventa y ocho kilómetros al norte de Londres, en la capilla Zion de Cambridge, un predicador rural de diecinueve años se dirigió a la congregación reunida para celebrar el aniversario de una escuela dominical. Charles Haddon Spurgeon, pastor de la Waterbeach Baptist Chapel, ubicada al norte de los chapiteles de Cambridge, predicó con fuerza, y su sermón impresionó profundamente a otro joven que estaba presente ese día. Después de escuchar al apasionado predicador, George Gould se imaginó el revuelo que ese talento podría producir en la ciudad, y sabía cuál era la iglesia precisa. Apenas Gould volvió a Londres, se reunió con Thomas Olney y lo instó a invitar a Spurgeon a predicar en la New Park Street Chapel. Como se dice, el resto es historia.

Unos meses antes de la experiencia de Gould, un sermón transformador similar fue proclamado en Londres. La tarde de un domingo a finales de 1852, Susie Thompson salió de su casa en la ciudad, se dirigió a la calle Cheapside Street, dobló a la izquierda y entró a la iglesia Poultry Chapel para asistir al culto. No se imaginaba que el trayecto de seis minutos que emprendió esa tarde bajo la sombra de la Catedral de San Pablo y en dirección a la vieja capilla ubicada en el área comercial de Londres la llevaría a emprender otro viaje antes de que acabara la noche, un viaje de la oscuridad espiritual a la vida eterna.

Aunque Susie asistía normalmente a la New Park Street Chapel, no era inusual que de cuando en cuando participara en un culto especial de otra iglesia. El corto trayecto hacia la Poultry Chapel era familiar para Susie y sus padres, pues habían vivido en el sector durante un buen tiempo. Los orígenes de dicha capilla se remontan a 1640, y se cree que la fundó el predicador puritano Thomas Goodwin. La congregación no conformista (disidentes de la Iglesia de Inglaterra) se trasladó a Poultry, Cheapside, en 1819.56 El sector se llamaba Poultry (aves de corral en inglés) debido a los comerciantes avícolas que solían negociar allí en el pasado.

El padre de Susie nació cerca de ese lugar, en el sector de Old Artillery Grounds Parish, y fue bautizado de infante en el tabernáculo de George Whitefield, cerca de la calle Moorgate Street. Justo al norte, en el cementerio de Bunhill Fields, descansan los restos de santos como Susannah Wesley y John Bunyan, cruzando la calle desde la capilla de John Wesley.

Los hechos de que R. B. fuera bautizado en el Tabernáculo, que Susie asistiera a la Poultry Chapel y que ella y sus padres participaran en la New Park Street Chapel indican que la teología de los Thompson era más afín al no conformismo que a la Iglesia oficial de Inglaterra. En el caso de los Thompson, su no conformismo con la Iglesia de Inglaterra significaba, en parte, que creían en una iglesia libre, independiente del Estado, y que eran de naturaleza evangélica.

Esa tarde invernal, el pastor S. B. Bergne predicó a partir del libro de Romanos: «Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Rom 10:8-9).

A pesar de la luz menguante de la tarde invernal, dentro de esa capilla relativamente pequeña y «lúgubre»,57 Susie experimentó «el amanecer de la luz verdadera» en su alma. Mientras las palabras del sermón entraban a los oídos de la congregación, Susie también escuchó otra cosa… escuchó al Señor que le decía: «Dame tu corazón».

«Constreñida por Su amor», escribió después, «esa noche fue testigo de mi resolución solemne a rendirme completamente a Él».58 Susie tenía casi veintiún años.

Al igual que muchas personas de la cultura inglesa cortés y religiosa que la rodeaba, Susie pasó sus primeros veintiún años de vida en un cristianismo asumido, leyendo la Biblia, orando y asistiendo a la iglesia. El resto de su vida cristiana sería muy distinta, aunque al principio se vio abrumada por las dudas sobre su nueva fe.

Susie recordaba su experiencia en la Poultry Chapel como el momento de su verdadera conversión a Cristo; sin embargo, allí comenzó un año de «oscuridad, desaliento y dudas». Le fue difícil enfrentar esos retos espirituales tan pronto después de su conversión, pero, peor aún, mantuvo su nueva fe y sus dudas ocultas en su corazón. Dijo que se volvió «fría e indiferente hacia las cosas de Dios» y describió su condición espiritual como «enfermiza y somnolienta».59


Aunque no se sintió impresionada la primera vez que escuchó predicar a Charles Spurgeon, Susie llegaría a ver ese primer encuentro a la luz del gobierno soberano de Dios. Le habían enseñado a apreciar lo socialmente correcto en el habla, las formas y el vestido. Chales transgredía sus nociones preconcebidas de lo que era adecuado para un joven cortés en la era victoriana y especialmente para un predicador. El cabello, el traje, los gestos y el estilo homilético provocativo de Charles le resultaron chocantes. Más adelante, reflexionando en sus primeros sentimientos, escribió:

¡Oh!, ¡cuán poco me imaginé entonces que mis ojos estaban observando al hombre que sería el amor de mi vida! ¡Cuán poco me imaginé el honor para el que Dios me estaba preparando en el futuro próximo! Es una misericordia que no seamos nosotros los que tenemos que planear nuestras vidas, sino que nuestro Padre elija por nosotros. Si no fuera así, a veces podríamos alejarnos de nuestras mejores bendiciones, y apartar de nosotros los dones más selectos y preciosos de Su providencia.60

La mañana del domingo 18 de diciembre de 1853, Charles ocupó por primera vez el púlpito de la histórica capilla. Susie, que estaba de visita en la casa de la familia de Thomas Olney, diácono de la NPSC, no asistió a ese culto matutino, pero sí vio el entusiasmo de los Olney cuando regresaron a casa: ambos estaban perplejos y sorprendidos, pues «nunca habían escuchado una predicación así… [pues] los había alimentado con manjares reales».61

Olney y su familia estaban encantados con el joven Charles, y creían que su primer sermón de ese día era un indicio de las grandes cosas que vendrían para él y, esperaban, para su iglesia.

Sin embargo, Charles tuvo una reacción distinta ante ese culto. La baja asistencia a un edificio que tenía una capacidad de más de mil personas sentadas lo desanimó, y anheló regresar a la Waterbeach Chapel, junto a la gente que lo amaba y sostenía.62 La multitud que se congregó en dicha iglesia rural la mañana en que Charles predicó en Londres superó con creces a la pequeña congregación que se juntó en la ilustre New Park Street Chapel ese domingo de diciembre. Los Olney, decididos a alentar al predicador de diecinueve años, quisieron asegurarse de que hubiera una mayor asistencia al culto vespertino, así que pasaron la tarde reclutando amigos que asistieran a oír el sermón de la tarde.

Susie fue una de las personas a las que Thomas Olney convenció.63 Mientras esperaba que Spurgeon apareciera en el púlpito, su mente se llenó de gratos recuerdos de la histórica capilla. Recordó los momentos destacados de sus primeras experiencias en la iglesia. Se acordó de todo: de las vestimentas de los diáconos, del «extraño púlpito sin escaleras» y de la manera en que el pastor anterior, James Smith, dirigía los cultos.64 Susie tenía opiniones refinadas respecto al decoro adecuado que debía haber en el culto y el pastor.

Los Olney se alegraron porque «la pequeña Susie», como le decían, los acompañaría a escuchar predicar a Spurgeon. Susie estimaba a los Onley, pero no la entusiasmaba la idea de escuchar a Charles. ¡Los «informes sobre la apariencia externa poco convencional del joven que trajeron los fieles que asistieron al culto matutino… desafiaron bastante sus ideas de lo que era digno y propio en el ministerio»! Cuando vio por primera vez a Charles en el púlpito, fue más lo que la distrajo su aspecto que lo que la atrajo su sermón. Encontró graciosa su «gran corbata de seda negra», su «cabello largo y mal cortado, y el pañuelo azul con puntos blancos».65

La preocupación de Susie por la apariencia externa del predicador da cuenta de su inmadurez espiritual y la perspectiva cultural que había forjado su educación en Londres. Esa era la condición de muchos feligreses que eran miembros de iglesias destacadas en la gran ciudad inglesa. Sin embargo, Susie quería complacer al Sr. y la Sra. Olney, así que, como escribiría muchos años después, estuvo «presente en el segundo sermón que mi precioso esposo predicó en Londres».66

Aunque accedió a asistir al culto, Susie, que no era una joven común de recursos o sentimientos humildes, no se sintió «fascinada en absoluto por la elocuencia del joven orador» y pensaba que «los gestos y el habla pueblerina [de Spurgeon] producían más lástima que reverencia».67

Años después, luego de la muerte de Spurgeon, Susie meditó en las opiniones desinformadas de sus días de juventud. Admitió que fue «necia» y que «no tenía la mentalidad espiritual suficiente para comprender su presentación ferviente del evangelio ni su ruego poderoso a los pecadores».68 Pero ese era un sermón que Susie, tan llena de incertidumbres, necesitaba oír con desesperación.

Susie y los desafíos espirituales

de la New Park Street Chapel

Las susceptibilidades ofendidas de Susie le impidieron recibir el mensaje de Charles, pero, al mismo tiempo, estaba preocupada porque no estaba segura de tener fe verdadera. Años después, reflexionó: «Nadie podría haber necesitado más la vivificación y el despertar que recibí de los ruegos y advertencias fervientes de esa voz, que pronto se convertiría en la más dulce del mundo para mí».69 Susie necesitaba predicación bíblica, y, aunque en un comienzo se mostró reticente, encontró auxilio para sus aflicciones en el ministerio de Charles.

La New Park Street Chapel tenía sus propios problemas y estaba muy mermada en comparación con sus viejos días de vitalidad. La asistencia había disminuido considerablemente, y los fieles que aun así seguían activos en la iglesia se vieron tentados a sentir desaliento. Dentro de esos pocos fieles estaba la familia Olney, que oraba para que Dios avivara la iglesia. Ahora incluso los padres de Susie rara vez se veían en la NPSC y, de no haber sido por los Olney, la misma Susie no habría asistido de forma tan activa.

Al igual que Susie, la iglesia necesitaba una renovación espiritual. Las actas de una asamblea congregacional celebrada el 14 de diciembre de 1853, apenas cuatro días antes de que Spurgeon predicara su primer sermón en la NPSC, nos dan una idea de las dificultades que enfrentaba la iglesia: «Queridos hermanos: lamentamos informar que, durante el año pasado, no hubo ninguna adición a nuestra membresía debido a que estuvimos sin pastor». Las actas, que fueron enviadas a la Asociación Bautista de Londres, terminaban con estas palabras reveladoras: «Adjuntamos nuestras estadísticas. Hermanos, oren por nosotros».70

Luego del primer sermón de Charles, la iglesia vio renovada sus esperanzas de que vinieran días mejores. Incluso antes de que se completara el período de prueba acordado, que comenzó a fines de enero de 1854, la congregación, por abrumadora mayoría, le extendió el llamado al joven Charles Spurgeon para que fuera su pastor. El 28 de abril de 1854, Spurgeon envió una carta a la iglesia, en la que simplemente indicó: «LO ACEPTO».71 Le imploró a la congregación que lo recordaran en oración y les solicitó su «cooperación en toda buena obra; en la visitación de los enfermos, en la invitación de personas interesadas y en la edificación mutua».72

Aunque tenía apenas diecinueve años, demostró madurez al solicitar ayuda y, por la gracia de Dios, estaba preparado para la tarea que tenía por delante.73 Charles no se imaginaba que su mayor ayuda vendría de una hermosa señorita londinense de cabello largo, castaño y rizado que estaba sentada en la banca ese primer domingo por la tarde. Gracias al ministerio de Charles, la iglesia se revitalizó y experimentó crecimiento numérico y espiritual. Susie Thompson también experimentó revitalización y crecimiento espiritual a nivel personal.

El Progreso del Peregrino

Como medio de asistencia Espiritual

Antes de que Charles influenciara la vida espiritual de Susie, ella buscó la guía de William Olney, el marido de su prima Susannah, que escuchó atento las inquietudes que Susie le describió respecto a su estado espiritual. Probablemente, William fue quien informó a Charles de las luchas de Susie.

Poco después de su conversación con William, Susie se sorprendió al recibir una copia ilustrada del Progreso del peregrino de John Bunyan con la siguiente inscripción: «Para la señorita Thompson, con el deseo de que progrese en la peregrinación bendita. De C. H. Spurgeon, 20 de abril de 1854».74

A juicio de Charles, El progreso del peregrino era el libro preciso para Susie. Aunque tenía veintidós años, recién se había convertido y además estaba desanimada. Como los escritos de Bunyan habían sido claves para que el propio Charles comprendiera la fe cristiana, él tenía la confianza de que la alegoría de Bunyan contrarrestaría favorablemente la incertidumbre de Susie. Ella consideró el regalo de Charles como un indicio de que deseaba «ayudar a un alma en conflicto a llegar al cielo». La impresionó mucho su preocupación, y «el libro se volvió muy preciado y útil».75 La alegoría de Bunyan echó raíces profundas en su corazón, y terminó influenciando sus propios libros, cartas y otros trabajos literarios, que solían usar las descripciones de la vida cristiana de Bunyan.


Charles mostró perspicacia al recurrir al Progreso del peregrino como un medio para alentar espiritualmente a Susie. En 1903, el año de la muerte de ella, su hijo Thomas Spurgeon escribió que su padre estaba «enamorado de John Bunyan» y que era «similar a él en su fe, pensamiento y lenguaje».76 Thomas señaló: «Aquí [en El progreso del peregrino] hay leche para los bebés y carne para los hombres… Además, la carne es de tal tipo que los “bebés” pueden disfrutar su sabor y los “hombres” se sienten mucho mejor si toman un sorbo o dos de la leche».77

Peter Morden, que se ha especializado en el estudio de Spurgeon, explica que los escritos de Bunyan influenciaron a Charles, pues le dieron «un marco para entender la vida cristiana» y le brindaron una manera de «encontrarle el sentido a las experiencias particulares que ocurren a lo largo del trayecto del cristiano».78 De seguro, Charles esperaba que esos resultados se vieran en Susie.

Ya que tanto Charles como Susie solían visitar el hogar de los Olney, tenían la oportunidad de verse con frecuencia. Cuando Susie fue conociendo mejor a Charles, confió en él y le contó de sus inquietudes espirituales. Resulta difícil y aun gracioso pensar en que la chica refinada de la ciudad compartió las inquietudes de su corazón con Charles, que era más rústico. Qué irónico es que el hombre que una vez ofendió sus susceptibilidades se convirtiera en alguien en quien buscara consejos:

Gradualmente, aunque con mucho temblor, le conté de mi condición ante Dios, y él me guio con suavidad, mediante su predicación y sus conversaciones, por el poder del Espíritu Santo, a la cruz de Cristo para hallar la paz y el perdón que anhelaba mi alma agobiada.79

Interactuar con Charles y leer El progreso del peregrino de Bunyan ayudó a Susie a aplicar mejor la Escritura. Thomas Spurgeon, en el prólogo del libro Pictures from Pilgrim’s Progress [Imágenes del progreso del peregrino], nos da un contexto que nos ayuda a entender cómo es que el clásico de Bunyan pudo haber ayudado a Susie:

Instando al estudio ferviente de las Escrituras, C. H. Spurgeon dijo en una ocasión: «¡Oh, que tú y yo nos adentráramos hasta el corazón mismo de la Palabra de Dios e introdujéramos esa Palabra dentro de nosotros! He visto cómo el gusano de seda penetra en la hoja mientras la come y la consume; nosotros deberíamos hacer lo mismo con la Palabra del Señor: no arrastrarnos sobre su superficie, sino penetrar en ella comiéndola, hasta que la hayamos metido en nuestros rincones más profundos. Es inútil hacer que el ojo solamente mire las palabras o que recordemos las expresiones poéticas y los hechos históricos; lo bendito es comer hasta alcanzar el alma de la Biblia y, al fin, llegar a hablar en el lenguaje bíblico, con un estilo moldeado por la Escritura y, mejor aún, con un espíritu impregnado de las palabras del Señor. Me referiré a John Bunyan para ejemplificar lo que quiero decir. Lean cualquiera de sus obras, y verán que es casi lo mismo que leer la Biblia. La había leído hasta que su alma quedó saturada de la Escritura, y, aunque sus escritos están llenos de poesía encantadora, no puede darnos su Progreso del peregrino–el poema en prosa más dulce de todos–sin hacernos sentir y decir todo el tiempo: “¡Vaya, este hombre es una Biblia viva!”. Pínchalo donde quieras: su sangre es bíblica, la esencia de la Biblia fluye de él. Le es imposible hablar sin citar un pasaje, pues su alma está llena de la Palabra de Dios».80

Para Spurgeon, leer a Bunyan era «casi lo mismo que leer la Biblia» y «la esencia de la Biblia fluye de él». Confesó:

Después de la Biblia, el libro que más valoro es «El progreso del peregrino» de John Bunyan. Creo que lo he leído completo por lo menos cien veces. Es un volumen del que nunca parezco cansarme, y el secreto de su frescura es que fue compilado en gran medida a partir las Escrituras. En verdad, es enseñanza bíblica expresada en la forma de una alegoría simple pero muy llamativa.81

Resulta obvio que el clásico de Bunyan impactó a Susie, pues después su propia sangre llegó a poder considerarse «bíblica» y en 1884 ya había leído la Biblia completa catorce veces, lo que equivalía a «leer tres capítulos al día para logar terminar la Biblia en un año».82

Años después, Charles le preguntó a Susie si recomendaría el plan de lectura que ella utilizaba. Respondió que la lectura regular de la Biblia completa era útil para familiarizar al lector con toda la Escritura, incluso las partes que «de otra manera podrían pasarse por alto». Sin embargo, para su «iluminación y alivio espiritual», prefería meditar en porciones más breves de la Escritura, por ejemplo, «medio versículo». Por lo general, era durante sus momentos de meditación concentrada en unos pocos versículos que «experimentaba más aplicación del texto por parte del Espíritu Santo».83

La profundización de la fe de Susie es una prueba del impacto que tuvo su lectura personal y meditación de la Biblia, además de la posterior tutela de Charles. Veía las palabras de la Escritura como «palabras tiernas» y como las palabras «del mismo Jesucristo, mi Señor y Maestro clemente, que habla de esa forma, y hago bien al considerar cada oración importante mientras escucho Su voz amorosa».84

La cadena de eventos que llevaron a Susie a Charles e incluso al Progreso del peregrino es un gran ejemplo de la providencia de Dios.

Piensa en que si Susannah, la prima de Susie, no se hubiera casado con William Olney, si Thomas Olney no se hubiera casado con Unity Potter y si James Smith hubiera seguido pastoreando la New Park Street Chapel, quizás Charles y Susie nunca se habrían conocido. Sin embargo, el primer evento que puso todo en movimiento ocurrió un sábado en la tarde en Cambridge.

George Stevenson, en su libro Sketch of the Life and Ministry of the Rev. C. H. Spurgeon [Bosquejo de la vida y ministerio del Rev. C. H. Spurgeon], escribió poéticamente sobre la reunión de George Gould y Thomas Olney:

El joven orador de Cambridge es recomendado al diácono de la New Park Street Chapel; triunfa la esperanza; se fortalece la fe. El joven es contactado, y, muy pronto, siendo aún «adolescente», se transforma en el pastor elegido por la que fuera la iglesia bautista más grande de Londres. Este joven es el Rev. Charles Haddon Spurgeon.85

Charles dijo que su discurso en Cambridge y la consiguiente petición que Gould le hizo a Olney fue «la mano de Dios, el medio para que pasara de Cambridgeshire a la metrópolis».86 También fue su medio de transporte hacia el corazón de Susie Thompson.

Susie

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