Читать книгу Susie - Ray Rhodes Jr. - Страница 6
Оглавление
veces, las lecciones más reveladoras de la historia surgen del silencio. Uno de los silencios más extraños de la historia de la Iglesia es la poca atención que han recibido las esposas de ministros y pastores, incluso de los líderes cristianos más famosos.
Tal silencio debería hacernos meditar. ¿A qué se debe esta falta de interés histórico?
Desde luego, lo primero que debe venirnos a la mente es que, por más de un milenio, debido a la enseñanza y práctica de la Iglesia Católica Romana, los sacerdotes fueron célibes. Los evangélicos de hoy seguramente saben eso, pero lo más probable es que no mediten en por qué la Iglesia Católica Romana, tanto antes como ahora, espera que los sacerdotes sean célibes mientras que las congregaciones evangélicas esperan que sus pastores se casen, con relativamente pocas excepciones.
Por decir lo menos, este es un cambio enorme tanto para la teología como para la práctica eclesiástica. Y para entender este cambio enorme debemos remontarnos a la Reforma Protestante del siglo XVI, y en especial a Martín Lutero y su amada esposa Catalina. Juntos, establecieron el modelo del pastor casado que se goza en su esposa y en sus hijos. En la práctica, inventaron la familia protestante.
Cuando Martín Lutero fue ordenado en 1507, ya era fraile agustino. Ahora también tenía el estatus de sacerdote. Luego de realizar el famoso voto a santa Ana durante una tormenta eléctrica aterradora, Lutero pasó de estudiar leyes a aprender teología. Nadie se decepcionó más que su padre, Hans Lutero, que esperaba que su hijo se convirtiera en abogado, se casara y le diera nietos.
La Reforma fue tomando forma a medida que Lutero, en especial después de publicar las «noventa y cinco tesis» el 31 de octubre de 1517, se fue convenciendo de que, a la luz de la Escritura, muchas de las enseñanzas y prácticas de la Iglesia Católica Romana eran claramente antibíblicas. A la larga, Lutero se dio cuenta de que el celibato obligatorio de los sacerdotes era una de esas enseñanzas antibíblicas. Comenzó a desempeñar una suerte de rol de cupido para sus estudiantes de teología, emparejándolos con exmonjas que ahora estaban listas para casarse. En poco tiempo, el propio Lutero se casó, y junto a su esposa Catalina (que también era exmonja), vivó la Reforma tanto en la Iglesia como en su hogar.
En mi sala de estudio, tengo una serie de retratos al óleo maravillosos e históricos de Martín y Catalina Lutero. Forman parte de las posesiones más valiosas que tengo en mi biblioteca personal. ¿Por qué? Porque Martín y Catalina son inseparables en su vida y legado. Martín Lutero se transformó en el primer pastor protagónico que simplemente es imposible de conocer sin hacer referencia a su esposa. Lutero se aseguró de que fuera así. No podemos entender a Lutero sin aludir a la fuerza y el amor que le otorgaban Catalina, sus hijos y la calidez del hogar cristiano.
Lutero entendía por qué Pablo le dijo a Timoteo que el varón que ejerce el oficio docente en la Iglesia debe ser «marido de una sola mujer» (1 Tim 3:2). Y, como bien aclara Ray Rhodes, lo mismo es cierto de Charles Spurgeon. En Susie: la vida y el legado de Susannah Spurgeon, Rhodes narra su historia. Desde luego, al narrar la historia de Susannah, también cuenta la historia del predicador más famoso de la Inglaterra victoriana: Charles Spurgeon. A medida que vamos conociendo a su amada Susie, empezamos a ver a Spurgeon de una manera que sería imposible sin no supiéramos de la presencia, el amor y la influencia de su esposa en su vida.
Los mejores libros cubren necesidades, y eso es precisamente lo que hace este volumen. Los libros que vale la pena leer cuentan bien una historia, y eso es lo que ocurre con el libro que ahora tienes en las manos.
Hay otra razón por la que aprecio esos cuadros de Martín y Catalina Lutero. Mi ministerio no sería lo que es y yo no sería el hombre que soy sin mi dulce esposa Mary. He sentido su apoyo e influencia constante en mi vida. Sé que eso también es cierto de Ray Rhodes, que diría lo mismo sobre su amada esposa Lori.
Me parece que es seguro decir que su propia felicidad matrimonial ayuda en gran manera a explicar por qué escribió este libro, por qué sabía que sería importante contar la historia de Susannah Spurgeon y por qué a ti te entusiasmará leer Susie.
R. Albert Mohler Jr.
Presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur