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Deteniendo el patín

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– Justo. Así se para un patín. Así pierde velocidad. Y si además te mueves hacia el palo, hacia proa, el patín se pone contra el viento y se detiene más deprisa.

– ¿Pero se detiene ya?

– No, lleva una inercia… que necesita cierto espacio y un determinado tiempo. Hay que tenerlo en cuenta.

– ¿Y si pongo los pies en el agua?

– Todavía mejor. Cuando hayas soltado la vela y estés en proa, siéntate y pon los pies en el agua. Pararás totalmente el patín. Hay quien, para hacerlo más rápido, se sumerje en el agua hasta la cintura. Y de paso toma un baño.

– Justo. Un baño.

– ¡Y si no, vuelcas el patín!

– ¿Volcar? – dice Manuel aterrado.

– Calma, calma. Lo verás en el mar.

– ¿Es la mejor manera de detenerlo?

– Sin duda… Manuel resopla.

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