Читать книгу El cielo Ideal - Ricardo Carlos Herrera Alarcón - Страница 4

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El Cielo Ideal era muy bajo y abundaba en nubarrones sucios, de un tono gris parduzco. Aquí y allá brillaba algún fragmento de estrella entre las turbias capas. Hubo una época en que todo el Cielo se hallaba sembrado de estrellas de oro. Pero el humo extinguió la mayor parte, y las restantes perecían por falta de luz. El mundo era pequeño bajo ese Cielo. Hubiera cabido fácilmente en un cuarto de hotel. Solo parecía vasto y confuso bajo la ilusión de la niebla. Cada mesita de mármol llevaba su existencia planetaria independiente; todas juntas producían la pestilencia del mundo. Los clientes fumaban en silencio o golpeaban con el puño el duro mármol.

Auto de Fe, Elías Canetti

El cielo Ideal

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