Читать книгу Cómo preparar y predicar mejores sermones - Rigoberto Gálvez - Страница 9
ОглавлениеINTRODUCCIÓN
¿Existen reglas para predicar sermones poderosos?
¿Cuáles son los recursos que utilizan los grandes predicadores?
¿Por qué hay sermones tan malos en contenido, pero son atractivos para los oyentes?
¿Qué hacen los buenos predicadores para transformar sermones aburridos en sermones destacados?
¿Por qué algunos sermones resultan tediosos, y hasta torturadores, y otros no?
¿Cómo se predica un sermón inolvidable?
¿Cómo lograr que un sermón deje una huella profunda en el oyente?
¿Por qué la mayoría de sermones los olvidan los oyentes?
Estas preguntas no las responden la mayoría de manuales de Homilética. Tampoco se encuentran las respuestas en blogs de predicadores en internet, ni en libros de sermones manufacturados a la carrera, con solo bosquejos esqueléticos y deficiencia muscular o en tratados que contienen abundante y completa información, que, en la mayoría de los casos, cuesta asimilar.
Entonces ¿Cómo descubrir el secreto para transformar sermones comunes y aburridos en sermones extraordinarios? ¿Cómo elaborarlos?
De esto se trata en este escrito.
Buena parte de este libro es el resultado de estudiar concienzudamente Homilética, Exégesis, Hermenéutica; cómo hablar bien en público; de haber elaborado hasta la fecha, más de cinco mil sermones y predicarlos: pésimos, malos, mediocres, buenos y destacados. Es el resultado de escuchar en la radio y de ver en You Tube, en la televisión, cientos de sermones de predicadores de distintos trasfondos eclesiásticos y teológicos, analizarlos, compararlos y sacar conclusiones.
Detrás de estas páginas hay muchos años de experiencia en la enseñanza de cómo predicar. Con todo ello no estoy diciendo que soy la autoridad en la materia, o que soy uno de los más grandes predicadores. ¡No! Carezco del timbre de voz que quisiera, de la fuerza nata para predicar con voz de trueno.
Pero después de servir muchos años en el Ministerio de La Palabra, sé que aun con esas desventajas involuntarias, puedo elaborar y predicar mejores sermones y convertirlos en extraordinarios. Así, he procurado en cada sermón construir un buen título, una acertada introducción, divisiones sólidas, un cuerpo de contornos definidos, con unidad coherente en las diferentes partes del sermón, destacando las verdades esenciales, trasladándolas de manera sencilla, interesante, entendible, creíble, con pasión, convicción, dependiendo del auxilio del Espíritu Santo. He visto buenos resultados por la gracia Dios.
No he alcanzado la perfección, lo sé. Sigo adelante, procurando no dar «golpes al aire», disciplinándome, «no vaya a ser que habiendo sido un anunciador a otros yo mismo sea descalificado» en la santa tarea de elaborar sermones extraordinarios que salven personas y edifiquen a los creyentes.
Pr. Rigoberto Gálvez, PhD.