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CAPÍTULO SEGUNDO

El viaje curativo

No se trata de lo que hagas, sino de cuánto amor

pones en ello.

Madre Teresa de Calcuta

CAPÍTULO SEGUNDO

El viaje curativo
Empezar con una meta

Escribir un libro constituye todo un desafío y un proceso emocionante. Para empezar, comencé teniendo una meta en mente. Visualicé a muchas personas leyendo «El corazón floreciente» y aportando alegría, amor y belleza a sus vidas después de aplicar los principios del libro. Sentí que era importante insuflar a estas páginas la esencia de lo que ocurre durante los seminarios de cinesiología aromática. Al principio me ceñí a crear belleza para que los corazones florezcan y mi visión fue una oración mediante el conocimiento de los caminos del corazón.

Recientemente me invitaron a dirigir un seminario en Taiwán. Estaba emocionada y nerviosa ante esa posibilidad. Representaba un desafío grande. Los participantes eran terapeutas y dueños de balnearios, no hablaban inglés, no sabían nada sobre cinesiología y no estaban familiarizados con la labor en el ámbito emocional. En la cultura china, los sentimientos y emociones suelen ser asuntos privados. Mi seminario manual se redujo a menos de un cuarto de su amplitud y se tradujo al chino mandarín. Me pregunté cómo transmitiría mis ideas y principios sin perder la esencia del trabajo en la traducción.

Una vez más, comencé con una meta en mente: me visualicé dirigiendo el seminario como el retiro de mujeres en Bali, en contacto con el paisaje del corazón. Dirigí mi atención a hacer florecer los corazones y a estimular la capacidad amatoria del alma. Entonces inicié un baile sorprendente y magnífico del corazón con esa gente estupenda y fui bendecida al trabajar junto a una mujer joven, amable y cariñosa que fue mi traductora durante toda la estancia.

La primera mañana, durante la primera hora, la gente derramó lágrimas de alegría, tristeza, inspiración y amor. Nunca había ocurrido antes al comienzo de un seminario. Incluso la traductora lloraba. Mantuvimos la belleza del momento hasta que el corazón del grupo latió a un ritmo maravilloso. Cada día floreció con una sabiduría que aparentemente procedía de ninguna parte.

Sólo tengo gratitud por la oportunidad que me dio esta experiencia para confiar en que el corazón es más poderoso que la mente. Claramente vi adónde quería encaminarme y mantuve la atención en ese punto, en vez de dejarme abrumar por el desafío. Cuando actúas en la vida desde el corazón, se trascienden todas las fronteras, incluida la del lenguaje.

Pausa para un «corazón floreciente»

 • Todos los desafíos son una bendición.

 • No importa el desafío porque siempre es un regalo.

 • ¿Qué bendiciones has recibido el día de hoy?

Sanar y curar

Durante mis primeros años de práctica clínica leí un artículo de un autor mucho tiempo olvidado donde hablaba de la diferencia entre sanar y curar. Tuvo un profundo impacto en mí. Cambió la forma en la que enseño, en la que trabajo con los clientes y en la que vivo mi vida.

El autor explicaba que la curación comprende formación, evaluación y cambiar muchas de las condiciones en las que vivimos y volved a examinar la estructura de nuestras vidas. Hubo un momento en que comprendí que si la vida nos echa hacia atrás, tal vez necesitemos cuestionarnos costumbres, deseos, conductas, creencias e incluso nuestras propias relaciones.

La sanación exige seguir examinándolo todo hasta encontrar la verdad y descartar todo lo que siembra el desorden en la vida. El desorden se manifiesta de muchas formas: el invisible, que acecha en nuestra psique, puede ser el más difícil de cambiar; el mental comprende el miedo, la preocupación por lo que los demás piensan de nosotros, los pensamientos negativos, la necesidad de tener razón y centrarse en cosas que no son realmente importantes. De la misma forma que el cajón de los calcetines o la oficina se benefician de un buen orden y una buena limpieza, la mente y el cuerpo también se benefician del orden, de la elección de las cosas importantes; ése puede ser un paso importante para lograr la paz y tener tiempo para uno mismo.

Por otra parte, la curación tiene por objeto restablecer a una persona en su totalidad después de una enfermedad o afección. La curación trata las toxinas, invasiones, degeneraciones, endotoxinas, etc. La curación nos permite encontrar fuentes con las que celebrar la vida a pesar de las enfermedades. Nos acerca a una totalidad, que es un proceso además de una respuesta creativa. Podemos tener una enfermedad y no estar malos. Podemos estar malos sin una enfermedad. El problema puede estribar en un malestar espiritual que puede causar una enfermedad. Cuando no seguimos nuestra senda espiritual, nos vemos incapaces de utilizar nuestras potencias espirituales.

En sánscrito, salud se dice swasta, que significa estabilidad. La salud consiste en llevar una vida equilibrada y una tranquilidad que emana de la serenidad. Nos movemos por las cosas que realmente queremos, generando un movimiento que nos aleja de los miedos y preocupaciones. A menudo requiere mucho coraje reelaborar el curso de nuestras vidas para adoptar un camino más positivo. Para que eso suceda, necesitamos abrirnos a un nivel superior de comprensión de nosotros mismos. En ocasiones, ese deseo de cambio y sanación puede estar escondido o bloqueado profundamente en el subconsciente y necesitamos ayuda para localizarlo.

El viaje curativo es un proceso muy personal. A medida que seguimos esa senda, apreciamos cambios en nuestra vida interior y en las historias que nos contamos. Descubrimos la forma de crear un ámbito en el que integrar a diario el yo con el mundo. Aportamos más experiencias a nuestras vidas al liberarnos de todo lo que nos impide llevar la vida que realmente queremos.

Pausa para un «corazón floreciente»

 • ¿Qué desorden tienes que echar de tu vida y de tu mente?

 • ¿Cómo puedes mejorar tu salud y bienestar?

 • ¿Deseas bailar a otro ritmo?

 • ¿Qué pasaría si pudieras dar otro rumbo a tu vida?

Los lujos de la vida

En esta época en la que todos estamos ocupados, necesitamos mantener la conexión con las cosas que nos aportan energía. El tiempo es tan precioso que los lujos de la vida empiezan a adquirir otro sentido. El concepto de lujo se extiende ahora a tener tiempo libre, a llevar una vida plácida y con espacio vital y a mantener una ecología intacta y sostenible.

Forma parte del viaje curativo tener tiempo para la reflexión en paz y crear un ámbito que cure el cuerpo y la mente. El poder de recuperación se aviva cuando nos tomamos un respiro. En ese momento podemos escuchar los deseos del alma.

¡Qué vida más extraordinaria la mía si me hubiera dado cuenta antes!

Colette

Es en esos momentos de tranquilidad cuando podemos abordar los bloqueos que nos impiden avanzar en la vida. A medida que nos acercamos a la renovación emocional y entran en juego nuevos valores, podemos ampliar esa filosofía a nuestro entorno y a un mundo más amplio. Al descubrir realmente lo que somos y al tener el valor de serlo, nos nutrimos y establecemos diferencias. Reavivado nuestro mundo interior, podemos contribuir a la curación tan necesaria para que la tierra se mantenga y alimente. Todos formamos parte de una mente, de un corazón, de una misma respiración y de una sola conciencia.

«El corazón floreciente» y los seminarios de cinesiología aromática tratan en gran medida de la parte del yo que está por descubrirse. Este despertar del alma siempre tiene una motivación interior y constituye la base del crecimiento, del desarrollo y de la evolución. Las transformaciones duraderas siempre proceden de cambios más profundos y en ellas influye el viejo método de la integridad y sabiduría colectivas.

He descubierto que los aceites esenciales son grandes compañeros en el viaje curativo. La parte más primaria del encéfalo, el sistema límbico, o lo que se denomina «cerebro emocional», responde a los aromas de forma instintiva. Los estudios han demostrado que existe una relación directa entre el corazón y el sistema límbico y que el corazón tiene su propia inteligencia. El corazón responde a los mensajes procedentes del cerebro emocional y los devuelve para obtener las respuestas apropiadas. Cuando la vía entre el corazón y el cerebro está despejada, se reduce nuestra resistencia a los cambios, lo cual favorece el camino hacia la unidad. Eso es lo que llamo «corazón abierto». Mi experiencia con los aceites esenciales me ha enseñado una y otra vez que las fragancias influyen silenciosamente en el cerebro emocional y el corazón.

Procedentes de gran variedad de flores, plantas, árboles, semillas, especias y frutas, los aceites esenciales nos ofrecen sus singulares revelaciones, transformaciones y curaciones. Ha sido un privilegio obrar esto en las personas que han abierto su corazón mediante esta obra. Con la misma seguridad con la que una flor se abre cuando llega el momento adecuado de ofrecer su belleza, existe también un momento apropiado para compartir la información y las reflexiones producto de la tranquilidad.

Luego, cuando emprendamos el camino por las cuestas empinadas de la vida, los aceites esenciales nos ayudarán a integrar en armonía todos los cambios que se produzcan.

Pausa para un «corazón floreciente»

• ¿Cuándo fue la última vez que te sentiste inspirado para establecer un cambio?

• ¿Hay algún pequeño cambio que puedas hacer en tu vida?

• ¿De qué forma ese cambio te permitiría florecer?

• ¿Qué te gustaría poder curar?

• ¿Qué aceite esencial podría ayudarte para obrar ese cambio?

Aromaterapia para la curación (Bicolor)

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