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ORGULLO

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Día a día crecíamos, se compraban y se conseguían materiales, equipos nuevos y usados. Participábamos de actos y desfiles, la bandera siempre mía, sobre mi hombro el manto sagrado lucía su esplendor, y cada aplauso al pasar una caricia al alma, el pecho inflado la postura erguida, lleno de orgullo, por portar semejante emblema de nuestra patria y la satisfacción personal por la distinción, consecuencias de mi ardua labor y desempeño.


En la foto una de las tantas veces que tuve el gran honor.

A medida que pasaba el tiempo aprendía más y más, mi crecimiento hacía que fuese un referente entre otros se me escuchaba y respetaba. Compartimos salidas, cumpleaños alegrías y tristezas éramos un gran equipo unido, nadie hablaba de cargos ni jerarquías, nadie se quejaba de nada, en ese tiempo si algo no nos gustaba lo hablábamos, lo discutíamos y se arreglaban las diferencias al menos yo estaba convencido de que así era y debió ser siempre. Se fueron agregando integrantes al grupo, grandes personas que hoy son amigos y compañeros que ya no están en las filas, también cambió la comisión y acá empezaron algunos inconvenientes económicos, las gestiones anteriores lograron con éxito conseguir subsidios del estado, pero de dos llegaba uno, esto se comenzó a sospechar cada día más y no creíamos hasta que un día uno de mis compañeros y amigo me cuenta que él notaba ciertas irregularidades donde trabajaba, comercio de un miembro de comisión, dicho esto, nos dispusimos hablar con la jefatura, para comentarle lo que en apariencia sucedía, y una noche citamos a esta persona y le pedimos nos rindiera cuentas inmediatas por supuesto quiso escapar y volver otro día, pero le dijimos que busque todo y lo traiga esa misma noche, nos empezó a mostrar boletas y recibos que no servían o con importes imposibles, compra de yerba por un monto abultado, al ver y descubrir la estafa le dimos la oportunidad de que aparezca el dinero faltante y que renunciara para evitar la denuncia, pasado unos días todo quedó en orden apareció el dinero y él se fue junto con la tesorera. Esto nos hizo más fuertes y estar todos en el mismo camino. Estábamos muy unidos, éramos un equipo, hasta que con el pasar de los años se dividió en tres; los sedientos de poder, los neutros y los rebeldes hartos de injusticias.

Alma, corazón y fuego

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