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2. Datos conceptuales

Son aquellos 3 campos virtuales derivados del acto de registrar un incidente en la investigación: número, nombre y tipo.

Los dos primeros son rótulos que identifican el evento en la forma de un correlativo y un título descriptivo (que en el mencionado alud del capítulo anterior serían “138” y “Avalancha Muerto Blanco”, respectivamente). No obstante, describir la tercera variable conceptual del incidente, el “tipo”, requiere un poco más de explicación.

Dada la manera como se desarrollaron las reflexiones realizadas en los capítulos previos, sería razonable asumir que la función del Listado Central es presentar la información de los accidentes que cumplen con el criterio formulado (ambiente de montaña, vinculación a Chile, interacción riesgosa, período 1900-2019). Sin embargo, tal presunción no es correcta del todo porque el Listado Central, más que un simple repositorio, es un superconjunto de incidentes donde, sí, están todos aquellos que cumplen la mencionada norma, pero también otros especiales que no.

El motivo para realizar estas inclusiones suplementarias es que con ellas se realza el valor del Listado Central como material de consulta, al ahora este también contener y documentar algunos incidentes cercanos al tema que tienen importancia histórica, cultural o social; como, por ejemplo, los accidentes mortales sucedidos a deportistas chilenos en el extranjero (Juan Olmos en el Aconcagua en 1952, Claudio Gálvez en el Gasherbrum I en el 2001, Atilio Cremaschi en EE.UU. en el 2006, etcétera). Adición que se hace sin sacrificar la formalidad desarrollada, documentando eventos que están desapareciendo de nuestra memoria colectiva (si es que no se han desvanecido del todo ya) y cuyo único costo por agregarlos es tener que señalar para cada uno de ellos si se trata de un incidente que cumple el susodicho criterio, o bien, uno agregado por su valor referencial. Esta “marca” es el “tipo” del incidente.

Un indicador cuya utilidad no termina aquí; además se le emplea para crear un margen de seguridad en el procesamiento estadístico (aquel que se localiza en la Parte III: Análisis). Lo cual también requiere ser explicado en mayor detalle.

En el Listado Central se encuentran una cantidad no menor de accidentes cuya incorporación es el resultado de una decisión tan fina que perfectamente tales eventos podrían haber quedado afuera; como aquellos que cuentan con escasa información de respaldo (Adolfo Contro en Villa Paulina en 1943), mezclan turismo convencional con el de aventura (Úrsula y Mathew Harper en Torres del Paine en el 2002), son fruto de inusuales condiciones climáticas en áreas no tan remotas (José Álvarez en la quebrada de San Juan en 1941) o poseen una fuerte componente vial (los 5 ocupantes de un automóvil bloqueado por mal tiempo bajando de Pascua Lama en el 2000). Eventos que técnicamente cumplen los requerimientos, pero que debido a sus particularidades traen consigo el potencial de causar distorsiones a la investigación estadística.5

Este problema podría haber sido resuelto de varias formas, pero la escogida fue que los análisis se centraran nada más que en aquellos incidentes (convenientemente identificados por la variable conceptual “tipo”) que no solo aprobaran el aludido criterio, sino que además lo hicieran con holgura.

En resumen, un incidente en el Listado Central puede ser de 3 tipos:

– Extra: no cumple el criterio de inclusión

(función referencial).

– Discutible: cumple apenas el criterio de inclusión

(resultado oficial del estudio).

– Estándar: cumple con holgura el criterio de inclusión

(resultado oficial del estudio y uso estadístico).

5Por ejemplo, al listar los motivos más frecuentes por los que la gente fallece en los ambientes de montaña; en donde, de no hacer nada, podrían aparecer en posiciones significativas causas poco vinculadas a estas (como las asfixias), en directo desmedro de otras que sí le son más propias (como las caídas en nieve).

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