Читать книгу Arúmeden - Roger Ángel Loza Tellería - Страница 4

Оглавление

Capítulo 1:

EXILIO AL NORTE AMAZÓNICO

La embarcación pluvial remontaba a toda máquina el inicio del navegable rio Marube; había salido temprano del puerto Gutriego, el más importante de la zona. La lancha se dirigía, cargada con alimentos, víveres y diez personas, hacia el norteño puerto Barquesi ubicado a más de 200 km del lugar, el último bastión humano residente en esa abandonada zona amazónica del norte de La Paz/Bolivia.

Un pasajero llamaba la atención entre los lugareños, era Grenzio Moxela, un caballero de unos 65 años que viajaba enmanillado y sentado en el piso, acompañado por un suboficial armado, algo normal en ese año dictatorial de 1975. Sólo el capitán del barco sabía su destino final y cuál era el tramo fluvial que tardaría entre doce a diez y ocho horas, dependiendo de las habituales paradas en poblados y haciendas ribereñas.

Grenzio no sabía dónde se encontraba, solo admiraba la ubérrima naturaleza amazónica del lugar, que le era vagamente conocida, pero no formaba parte en sus memorias como joven ingeniero electromecánico constructor de líneas de alta tensión. Sus recuerdos recientes le llevaban esa última semana en abril 1975, pasando una tranquila vida, como jubilado, en la ciudad sede de gobierno, La Paz/Bolivia; Luego, su vida se tornaba borrosa marcada por un hecho delictuoso que se entrometió en su vida transformándolo en preso político y posteriormente exiliado de la fría urbe paceña con destino desconocido en la selva amazónica que tenía ante sus ojos. El paisaje se hacía cada vez más tropical y no se veían poblaciones ribereñas, pero seguían navegando rumbo al norte.

Notó que tenía problemas para dormir, pese a la monotonía del sonido de las aguas del rio y el motor de la embarcación. Intentaba sacar de su mente una serie de sucesos fantásticos que le aparecían en sueños, donde se figuraba estar en contacto con extraños seres que moraban escondidos en cavernas en medio de una floresta impenetrable.

Pasaron horas en su tedioso viaje fluvial y cuando llegó la noche, se preparó para recostarse sobre el piso de la embarcación. Apenas se durmió, sintió una descarga eléctrica que lo tensó de pies a cabeza y le hizo vislumbrar una lluvia de luces mientras trataba de recobrar su lucidez.

En su sueño, era de día y estaba parado sobre una especie de mirador situado en un promontorio alto rodeado por una ubérrima selva tropical. Grenzio contemplaba la naturaleza sobre un antepuesto amplio alar hecho con hojas secas de palma, sostenidas por un dintel.

El promontorio rocoso, presentaba una forma tronco piramidal con su base rayada por arcilla y vetas minerales cubiertas en casi todo su alrededor, por una tupida maleza espinosa que lo hacía inexpugnable. Grenzio, notó que el lugar se hallaba descuidado, recubierto por desordenadas lianas y hierbas crecidas desde tiempo atrás.

La ropa que llevaba puesta, era un conjunto pantalón recortado y una camisa cerrada sin mangas sujetos por una tira en la cintura, era de hechura nativa y en tela parecida al algodón.

Entonces tomó la decisión de observar detalladamente el mirador: notó que el piso estaba bien nivelado, armado con listones de madera pulida; Alguien había trabajado la madera y no existían aserraderos en esa zona salvaje. Aunque soñaba, no se desesperaba por salir del lugar o volver a su realidad y siguió revisando el lugar, que finalmente no le llevada a nada. Repentinamente, algo brilló en el alejado rincón Norte, se acercó y divisó una abertura circular tapada por ramas secas; las sacó y llegó hasta el borde donde sobresalía una escalera de madera finamente diseñada; Se sobresaltó y no quiso despertar o huir del lugar.

Decidió ingresar por ese lugar, comprobando que la escalera era vertical y bajaba hacia el interior que estaba casi oscuro, cómo si esa entrada estuviera cuidadosamente colocada para no ser vista, a no ser que la luz solar llegara en pleno. Bajó por la escalera cuatro peldaños y el recinto se iluminó un poco, sorprendiendo a Grenzio.

Cuando sus ojos se acostumbraron a la tenue luz pudo distinguir, una sala de comando en un ambiente cilíndrico, con paredes cubiertas por placas y bloques circuitales, que emitían una tenue luz azul en emergencia ¡no se veía una sola ventana!, las placas rodeaban todo el recinto. Le recordó a un centro de control y operación de turbinas, que había visto en centrales hidroeléctricas, pero notablemente ultramoderno formando: una completa cinta anular

Notó, que el piso ya no era de madera, al contrario, parecía un metal dorado suave pero traslúcido. Dio varias vueltas a su alrededor y entonces, sintió que pisó algún detector, porque apareció un extraño artilugio que lo bañó en profusa luz roja y en la sala se escuchó una monosilábica voz electrónica, que le anunció con firmeza:

“¡Identifíquese criatura humana!, ponga una mano sobre el escáner que tiene al frente —Grenzio obedeció y la sala tenue se iluminó completamente elevando tres veces su nivel. Las instrucciones prosiguieron hasta que se escuchó un resumen: Identificado hombre terrenal ACI5107-4, llamado Grenzio Moxela, tiene alta formación técnica, coeficiente intelectual 164. El nivel técnico extractado de su mente indica amplio conocimiento científico, mucho más elevado que el último visitante, que logró tener acceso al mirador —Entonces, rayos de luz rojiza le envolvieron y escanearon todo su cuerpo por cinco minutos.”

“¡No presenta enfermedades! Iniciaremos siguiente paso para enseñanza virtual del comando y control del halo, en fase operativa nivel uno. Saludos hombre terrenal, como has sido calificado y aceptado, mostraré en pantallas, grabaciones antiguas similares, en que se abrieron mis circuitos detectores de inteligencia humana, para buscar algún ejemplar que pudiera servirnos como asistente técnico”


Grenzio vio un calendario anual del año 957 y el ingreso a la sala de control de cuatro guerreros exploradores incaicos que, enloquecidos por el descubrimiento del dorado tesoro, tocaban ventanas y paredes para extraer alguna de las placas. Casualmente uno de ellos tocó por curiosidad el escáner, el análisis dio nivel mínimo en conocimiento técnico para un aborigen incaico. Entonces la sala giró y el grupo de intrusos fueron engullidos por un gusano cilíndrico metálico que los llevó a la terraza y los arrojó fuera del cerro mirador; el recinto se apagó.

Seguidamente, la pantalla mostró el año 1592, cuando llegó un caballero español de barba puntiaguda, un Adelantado que tenía la cabeza y el cuerpo cubierto con un caparazón metálico, venía acompañado por cinco lanceros. Todos gritaban exaltados al creer que había hallado el famoso tesoro de la leyenda de El Dorado.

Pronto apareció la consabida luz roja del escáner, que les pareció una aparición diabólica, mientras se escuchaba una gran voz que les decía, que su inteligencia y conocimientos técnicos eran míseros. Entonces, se abrió la compuerta del techo para que salgan los conquistadores, pero no lo hicieron; empezaron a punzar con sus lanzas el duro material del halo dorado hasta que la espada del Adelantado quedó partida en dos y apareció el gusano que aspiró a los seis hombres y les arrojó fuera de la sala y la compuerta circular se cerró.

Pasaron otros 260 años, entonces apareció a mediados del año 1852, un caballero que tenía la pinta de un barbudo explorador, ataviado con casco, pantalón corto y camisa caqui, botas de cuero con amarres varios. Éste, llegó acompañado, por tres aborígenes que portaban teas llameantes; le llamaban señor C’Orligni y éste despotricaba contra ellos en idioma francés y les pedía sacar pedazos dorados de pantallas y paredes. Cuando apareció el escáner, el explorador entendió que debía colocar su mano y colocó la izquierda, porque la derecha sostenía su punzante espada, lista para matar al intruso artilugio. Cuando consiguió acertar, salió la luz rojiza que felizmente no le asustó. El famoso explorador miraba hipnotizado al origen del rayo rojizo y así fue escaneado; el resultado, dio un buen nivel de conocimiento geográfico y literario, pero nada técnico, entonces se inició la salida programada para intrusos y estos fueron expulsados de la sala y de la terraza; la pantalla se apagó.

Las luces elevaron su nivel y apareció una especie de silla levitante, que se movió hasta llegar al lado de Grenzio y cuando éste se sentó, brazos tubulares emergieron y le cubrieron la cabeza con un casco y fue llevado al panel de control principal, donde se veía una serie de controles especiales que lo rodearon completamente. Al mismo tiempo una cara cuasi humana apareció en la pantalla y se abrió una horrenda boca digitalizada que mostraba dientes acerados para despedazarle y tragarle.

Grenzio quiso salir de esa situación y agitó los brazos desesperadamente para salir de la sala y ésta desapareció; se hallaba caído sobre cubierta, rodeado por un atardecer. La lancha estaba amarrada cerca de un puesto de control militar; todos los pasajeros bajaban a identificarse y luego volvían a la embarcación.

Su guardia le miró tristemente y le dijo que se estaba volviendo loco; le pidió bajar a tierra, donde vería un médico para que le dé alguna medicación y no tenga tantas pesadillas. Pasado el control, un médico le auscultó y lo encontró bien de salud, aunque su estado anímico muy agitado, producto de actividad cerebral extra; le hizo tragar dos pastillas y le puso otras dos en su bolsillo para otra ocasión similar.

No quería descansar, ni dormir, pese al calor y la fatiga del viaje, pero pudo más su ciclo circadiano descompuesto y se durmió nuevamente, para despertar en la misma sala de comando y ante la misma horrenda cara, que ahora se dirigía específicamente a él:

—“Hombre terrenal ACI5107-4, no se asuste, concéntrese en mi cara que es una expresión de su mente, me puede llamar Adrin1. ¿Cómo se encuentra? Iniciare una prueba, antes de instruirle con modos operativos básicos para activar esta sala de control. Necesito analizar si puede ayudarnos a reparar este halo, que es parte de nuestra nave brixiónica”

Entonces, Grenzio reaccionó cansado de tanta información desconocida y fantástica que soñaba y se atrevió a participar.

—No entiendo nada; me llamo Grenzio Moxela, estaba navegando por el gran rio Marube y ahora me hallo, nuevamente, en esta extraña sala hablando con una pantalla ¿Estoy o no estoy en medio de un sueño? Mi mente desvaría y mi memoria está alterada. ¿Cómo es que llegué aquí? ¿De qué prueba y ayuda me habla?

—“Todas sus preguntas, serán contestadas tan pronto logremos integrar su memoria a un nivel técnico aceptable. Pero puede estar seguro, que usted, Grenzio Moxela, está soñando y además está en el sitio y en el momento indicado; Ha llegado a tiempo para participar en la recuperación de nuestra nave para retornar al espacio.”

— ¿En el sitio y momento indicado? —Preguntó Grenzio— algo en mi interior, me dice que no tenga miedo ni temor a lo desconocido, menos a la aparición de seres extraños. Mi mente es puntual y sé que me encuentro ante algo inexplicable, que no pertenece a mi planeta.

—“Por eso será llamado Arúmeden, descubridor de lo oculto. Explico y le muestro en pantalla el sitio donde se encuentra”

-- “Se halla en este momento, dentro de un acelerador gluónico negro cuya técnica preliminar, ya está siendo pregrabada en su mente.”

—Pese a mi condición de ingeniero, no entiendo nada de lo que sucede —replicó Grenzio— aunque estén en mi mente grabando esta información, me niego a seguir sin antes saber ¿Quiénes son ustedes?

— “Respondo puntualmente: somos seres atemporales, arribados a su planeta hace miles de años, en una nave con forma del planeta que llaman Saturno: Una esfera energética donde yace nuestro Guardián Astral, rodeada por tres anillos aceleradores hadrónicos bajo mi comando. Hace 15.000 años terrenales, en medio de una batalla estelar contra fuerzas enemigas, cerca del cinturón de Orión, fuimos atingidos y para evitar nuestra destrucción, entramos automáticamente a un vector transmutador de escape, que dirigió nuestra nave para aterrizar en este planeta.”

—“Déjese llevar por sus instintos, lo colocaré en el pasado, como si estuviera en mi comando, al lado de nuestro Guardián en medio de la batalla estelar, empieza la visión mental para tras gnosis neurotrónica…”

Grenzio, sin que pudiera preguntar algo más detallado del suceso inicial, contempló una visión que parecía una batalla espacial entre naves cúbicas moradas de tamaños segregados, contra esferas azules anilladas que se movían por líneas luminosas en medio de un fondo entramado formado por una inmensa red cubical con planos entrecruzados por líneas doradas, verdes, rojas y azules, que se alejaban y se acercaban o se cruzaban formando ese sistema reticulado.

Las naves cúbicas con alas triangulares disparaban ráfagas de rayos morados, que desfiguraban el natural orden del entramado. Grenzio veía en respuesta, cómo rayos dorados lanzados por la nave esférica en que se hallaba y sus similares, volvían a ordenar lo destruido.

Grenzio, que estaba bajo los efectos de la droga ansiolítica, levantó la mano para preguntar y esta acción fue observada por Adrin1.

— En el inicio de la batalla espacial, no se ve nuestro universo 3D, más bien aparece sobre un fondo bidimensional blanco o marfil, formando un entramado cúbico de todo tipo y tamaño con cuadrículas lineadas en cuatro colores ¿Qué es y qué representa cada color?

La voz del halo Adrin1 respondió “Sucintamente: rojos son los caminos energéticos de transmutación que nos transportan miles de veces más rápido que su mentada velocidad lumínica. Los colores verdes son líneas energéticas para abastecimiento de nuestras esferas y los azules son medios de comunicación.”

— Y el color dorado ¿Que función tiene? Parecía muy importante, porque reconstruía las tramas, parecía vital…

—“¡No nos está permitido informar sobre ese color dorado! —estableció Adrin1. —es una ELP, Esencia de Luz Primigenia”.

— ¿Y esa red de fondo marfilado sin estrellas, que nunca hemos observado a simple vista ni con telescopios?

—“El entramado marfil, es un estado de materia observado por ustedes, pero no entendido, definido como masa y energía negra. Posteriormente le explicaré, ahora veamos qué pasó más tarde.”

La batalla continuaba y en ella aparecían otras naves moradas tetra planares, que atacaban a los reconfiguradores de tramas. Repentinamente, dos rayos morados atingieron directamente sobre la nave de Adrin1...

En medio del caos, escuchó ordenar al Guardián ¡Transmutación ebrixiónica! y vio desaparecer en las pantallas todas las tramas cubícales, que ahora se iban transformando en planos tri-dimensionales y veía como la nave se había transformado en una esfera azulina rodeada por tres halos anulares que se disgregaron en tres órbitas planares, mientras ingresaban contra un fondo negro alumbrado por miles de estrellas y nebulosas, sin curso alguno, inmersa en una alta rotación y en pocos minutos la nave se estabilizó mostrando la conocida figura de la Vía Láctea.

Grenzio observó que el Guardián junto al sillón de mando, fueron introducidos en un protector especial y la esfera azulina soltó una cinta que se adhirió al primer halo anular y Adrin1 tomó el comando de la nave para navegar por la galaxia hasta que entró al sistema solar, donde la nave pasaba a gran velocidad por Plutón, Neptuno, Urano y Júpiter, etc., hasta que reconoció la inminente llegada al planeta Tierra.

La alta velocidad había disminuido y Adrin1 trataba de establecer alguna trayectoria orbital. Los mandos no respondían, pero pudo cambiar el curso de la nave para evitar una colisión destructiva y empezó un descenso más elíptico, tangencial a la atmósfera terrestre y así penetraron el gran exo espacio, donde Grenzio veía pasar mares y continentes hasta que logró finalmente estabilizarse en una circunvalación orbital equilibrada, para entrar en la atmosfera superior.

Con la energía restante, la nave orbitó dos veces alineándose al ecuador terrenal y después más abajo del trópico de Capricornio, sólo se veían las aguas del océano Atlántico. Por lo visto, Adrin1 no tenía intención de tocar el océano, porque pudiendo amarizar suavemente, maniobró para rebotar y adentrarse al continente, donde Grenzio divisó varias llanuras selváticas cubiertas por pasto bajo y pequeñas lagunas.


La nave recibió el primer impacto en tierra formando un amplio cráter y después del rebote, a menor velocidad, aparecieron sombras puntiagudas parecidas a una cordillera, donde era inminente el choque final; Pero un minuto antes, Adrin1 desprendió a la esfera que energizaba sus controles y el tri halo, como un grueso anillo dorado fue a posarse suavemente sobre un montecito cercano a un río, que detuvo y ancló su aterrizaje.

Grenzio vio asombrado como la esfera azulina, seguía rodando hasta que chocó contra el segundo pico de la cordillera, donde produjo un pequeño temblor que hizo caer tierra acumulada en la cima y apareció el ingreso a una cueva; La esfera fue tragada íntegramente por ella.

La voz de Adrin1 en la pantalla prosiguió:

—“Mi control anular fue dañado en el primer choque a tierra, donde perdí varias partes y piezas y después, quedé sepultado y cubierto en este morro, por varios milenios; Según mis datos actuales, hace 2.000 años sucedió algún terremoto que sacudió la zona y parte de mis módulos brixiónicos quedaron expuestos a la incipiente luz energética de su sol y empecé a recuperar algo de energía.”


“Entonces, inicié un proceso automático que fabricó un pequeño ciber cilíndrico Mintrode, usado para apoyo y asistencia técnica. Con el último saldo energético grabé instrucciones precisas para repararme, encontrar y proteger a nuestro guardián galáctico, contenido dentro la esfera azul, que fue tragada por el segundo pico de la cordillera.”

—Esto es demasiado pesado, para mi buen conocimiento, me confunde la realidad y quiero despertar y volver a la lancha. Solo quiero descansar y pido que me deje dormir tranquilo —gritó desaforadamente.

Entonces, perdió el conocimiento y despertó tal como había estado horas antes, echado sobre la cubierta de la lancha que bogaba por el gran rio Marube, con destino al norte. Decidió sobreponerse a esta extraña sucesión de sueños y se puso a buscar entre varios periódicos viejos que pudo conseguir durante el viaje; finalmente halló lo que buscaba; era un artículo que estaba muy relacionado con sus sueños, sobre un hecho verídico, que informaba del impacto que dejó la caída de un meteorito Araona, ocurrida en la zona hace milenios. Aunque había despertado de un sueño, estaba seguro que había estado dentro del meteorito.


EL METEORITO ARAONA: La Paz- Bolivia, Artículo Por T. J. Killeen:

En la parte más remota y salvaje de las tierras tropicales de Bolivia, en una zona a cientos de kilómetros de la ciudad de La Paz, científicos de la NASA han identificado lo que ellos creen que es el cráter más joven de la Tierra, causado por el impacto de un meteorito. Basados en lo que se conoce acerca de la geología de la región, creen que el meteorito chocó contra la Tierra en algún momento entre hace 5.000 y 20.000 años, por lo que se trata del cráter de un meteoro "gigante" que impactó la Tierra. El cráter tiene aproximadamente 8 km de diámetro y fue producido por la colisión de un meteorito de 200 m de diámetro.

La figura 1 muestra un mapa con la posición del cráter y el sitio del impacto, Araona, Bolivia. El impacto liberó una energía de aproximadamente 500 a 1.000 megatones de TNT. En comparación, una bomba de hidrógeno es equivalente a sólo 1 megatón, mientras que la bomba atómica que explotó sobre Hiroshima lanzó sólo 20 kilotones. El cráter se identificó originalmente a mediados de la década de 1980 con imágenes de satélite. El objetivo de una segunda expedición fue comprobar la existencia del cráter (los científicos están 95 por ciento seguros de que lo es) y para recopilar datos suficientes se organizó esta expedición al sitio donde el meteorito impactó. La expedición fue organizada por Tim Killeen, ex empleado del Jardín Botánico de Missouri, y Compton Tucker, especialista en tecnología de teledetección por medio de vuelos espaciales Goddard del Centro de la NASA. Ambos trabajaron en Bolivia, hace algún tiempo, cartografiando los tipos de vegetación, como parte de un esfuerzo para comprender los procesos que conducen al desarrollo de diferentes hábitats. Junto a ellos, Pedro Wazelewski, especialista en cráteres causados por el impacto de meteoritos, interesado en visitar el único cráter que se sabe en existencia en sedimentos aluviales. La expedición llegó al lugar después de viajar en avión, avioneta, bote, canoa, y finalmente abriendo brecha a través de la jungla, por espacio de 15 Km A diferencia del cráter de meteorito que se encuentra en Arizona, la elevación en el Iturralde cambia a no más de la altura de un niño pequeño. Es difícil observarlo en un área que abarca 10 kilómetros. Un patrón circular casi perfecto, debido a las diferencias en la vegetación, resalta en las imágenes del satélite Landsat, tomadas desde el espacio. Las características sutiles del Iturralde pueden deberse a su ubicación...

…El suelo en los bosques lluviosos es muy profundo, existen alrededor de tres kilómetros de suelo que cubre el lecho de roca que está bajo el subsuelo boliviano. Un impacto habría catapultado ese material hacia la atmósfera, pero una parte de éste se habría hundido de nuevo hacia la salida del agujero de forma temporal con el tiempo. "Fue más que una gran salpicada" afirmó Tucker, en referencia a los otros impactos que gastaron la mayor parte de su energía, haciendo estallar el lecho de piedra...

Grenzio, no terminó de leer, pero le pareció muy interesante el artículo y se quedó analizando la ínfima profundidad del cráter, altura de un niño (70 a 80 cm) pero bastante extenso (10 Km); no parecía similar a otros impactos que dejaban un cráter mucho más profundo y con evidencias geotérmicas del choque; este artículo detallaba un impacto casi tangencial, como si el meteoroide hubiera tratado de aterrizar.

Su conclusión le provocó una risa abierta, que sobresalto a su guardia y recibió de este un culatazo para sosegarlo.

No puso reparos, estaba muy cansado, por el trajín de tres días de viaje terrestre: desde la puna andina, pasando por los yungas y ahora se hallaba plácidamente acunado por el fluir acuático del rio que atravesaba la selva oriental y trató de no dormir, sin embargo, fue reprimido por su autodefensa mental que, en medio de mensajes subliminales le advertía que se mantuviera despierto, pero se durmió.

Grenzio despertó sobresaltado, era de noche y la lancha estaba quieta porque se hallaba amarrada a un hechizo puerto de madera y todos dormían, hasta su guardia. Pensó en escapar y adentrarse al monte para ocultarse, después tomaría cualquier lancha de retorno a puerto Gutriego y de allí por vía terrestre llegaría hasta La Paz y huiría luego a Perú; pero concluyó que no tenía esa intención y se levantó a servirse restos de comida y algunas frutas del lugar, que saciaron su hambre.

Analizó que estaba más interesado en saber sobre su extraño sueño, era demasiado real y concuasaba con su presentido lugar de destino y el artículo sobre el meteorito Araona.

¿Qué diablos le estaba ocurriendo? nunca había tenido sueños seriados sobre el mismo tema; se lavó las manos y la cara, hacía calor y los mosquitos zumbaban por decenas. Hurgo las ropas del dormido guardia buscando un paquete de cigarrillos, prendió uno y se quedó fumando a contemplar la luna reflejada sobre el río.

Y así lo hizo, aunque recibía por instantes imágenes de una moderna sala de comando ultra avanzada, donde su cuerpo se hallaba conectado a múltiples artilugios. Estuvo aletargado por media hora y su mente descansaba bajo la recetada droga, había olvidado que lo llevaban preso y exiliado al norte amazónico, no se ubicaba en la realidad y luego se volvió a dormir, para encontrarse de nuevo en la sala de control del halo Adrin1.

“¡Su tiempo de viaje se agota! por eso muestro y relato al humano Grenzio 5107-4 los sucesos más importantes del último milenio medido en su tiempo, ocurridos a nuestro solitario asistente cibernético Mintrode en esta ignota zona aborigen, que nos sirvió de llegada al planeta Tierra.”

Grenzio observó en varias pantallas imágenes grabadas a nivel superficial y uno aéreo, que todo despertaba en la selva plagada por el bullicio de variados animales; En las cercanías, unos cuantos humanos casi todos desnudos habitaban bajo pequeños techos cubiertos por palma real. Vio cómo el ciber, salió por una abertura en el techo y subió a la cima del cerro mirador. Los visores indicaban que estaba amaneciendo y se veía el sol apareciendo por el oriente. Entonces, Adrin1 inicio el relato:

“Mintrode examinó detalladamente el lugar donde habían impactado hace milenios, como ente cibernético de asistencia operativa, efectuó varias veces la emisión de infra ondas azules para comunicarse con la esfera y el halo, pero no hubo respuesta; su memoria pregrabada le indicaba que estaba solo, en alguna parte del planeta Tierra. Su misión primaria era determinar el estado del halo, encontrar la esfera, buscar partes y piezas del halo tubular para iniciar reparaciones."

“Analizó y escaneó la vegetación que le rodeaba; retrató la topografía del sitio, ajustando obstáculos cercanos y lejanos; luego salió levitando entorno al morro grabando los destrozos causados durante las dos tentativas del aterrizaje; para ello, revertió su memoria grabada minutos antes de cada impacto, hasta que sus imágenes le dieron una visión exacta de la trayectoria seguida por la esfera, hacia la cordillera."

"Se dirigió por la misma ruta y en horas ascendió a una altitud de 2.200 metros, donde ubicó los restos de un derrumbe que distinguía al segundo pico de la serranía; reviso a detalle la constitución del material y escaneó con visión infrarroja hasta que logró dar con una caverna cuya visión se perdía en el oscuro fondo, donde yacía parcialmente incrustada, la esfera que emitía un brillo azul tenue."

"Se acercó cuidadosamente a la esfera, la escaneó y diagnosticó su estado externo determinando que estaba incólume, aunque yacía inerte; emitía débiles ondas azules que se perdían en la caverna, porque su fuerza brixiónica había mermado. Su sonda (antena) se había desprendido y se hallaba en el techo desde donde emitía tenues señales de comunicación espacial, insuficientes para atravesar la corteza de la caverna." Grenzio levantó, otra vez la mano y Adrin1 se dispuso a responder su pregunta:

—Entiendo que, la esfera y este gran anillo donde me encuentro, forman una nave espacial de tecnología extra terrestre que participaron hace 15.000 años en una batalla ocurrida en alguna parte no visible del universo, cercana a nuestra galaxia Vía Láctea. En la batalla fueron atingidos y averiados; por eso huyeron y casualmente se trasladaron a nuestro planeta. Desde hace 2.000 años terrenales han estado bajo el cuidado de un ciber robot multianular Mintrode, creado a propósito como auxilio, por orden de alguien que está contenido dentro de la esfera azulina.

—“Hasta aquí su apreciación mental es correcta Grenzio, años más, años menos, es solo un resumen y no hay preguntas. Por eso iniciaré la fase 2 de aprendizaje a mayor velocidad, porque su mente conectada al casco ha graficado el cerebro y está en sintonía; podrá asumir y registrar con facilidad, todo el sumun de conocimientos que podemos darle para que pueda ayudarnos a salir de este planeta. Sólo asuma y observe”

"Grenzio asimiló que Mintrode iba entre el halo y la cueva por varios meses, años y siglos, efectuando trabajos menores que requerían mínima energía y dentro del halo se dedicó a reparar e interconectar los módulos que en realidad componían tres anillos internos que no se distinguían claramente. Faltaban varios pedazos y componentes que se perdieron en el primer choque y al momento de aterrizar."

"Las noches pasaban, pero no había una secuencia de tiempo terrenal medida. Según calculó Grenzio, habían transcurrido decenas de años, desde que Mintrode empezó a dar vueltas cada vez más amplias por la selva a rastrear componentes y llevarlos al halo. Se topó varias veces con las caras asombradas de los aborígenes aproximándose a mirar atrevidamente, sin tocar el halo dorado inclinado que brillaba como oro puro, ante la intensa luz solar.”

“Pronto, años más o menos, se vio algo inesperado, Mintrode encontró en una de sus excursiones por la ribera Este del río Marube, varios pedazos del halo tri anular y un segmento que contenía una parte del transmutador brixiónico que les proveía energía. Retornó hacia el halo inclinado y comenzó la tarea para conectarlo con una paciencia robotizada. El tiempo pasó y en uno de esos intentos se vio una implosión cuya luz se extendió por el interior de los tres halos y su fuerza llego hasta la aldea y ahuyentó a los animales y aborígenes a la selva.”

“Dentro del halo, se veía que Adrin1 había recuperado algo de energía y Mintrode estaba frente a una pantalla comunicándose a alta velocidad, hasta que se redujo y Grenzio pudo ver y escuchar una síntesis:

—Diste con Illírion, una parte vital de mi recuperador energético que, aunque es una porción escasa, convierte la energía de esta estrella que está sobre nosotros, en energía brixiónica.

—La implosión ha causado una conmoción entre los aborígenes que habitan en la cercanía y no tenemos instrucciones del Guardián para acercarnos a ellos ni para evitar que entren al halo.

Pero la curiosidad aborigen fue mayor, porque Grenzio vio que un día vieron asomarse unas cabezas aborígenes por varios lugares del anillo externo. Varios de ellos se aventuraron a mirar dentro del artilugio y observaron quietamente cómo se movía el ciberdroide cilíndrico, pero este los detectó y activo sus anillos de defensa y se elevó.”

Y ante el asombro de Grenzio, Mintrode no les atacó, solo pasó a escanearlos, dando informe de lo hallado:

“Vida primitiva humana, no sedentaria, son aborígenes selváticos que viven de la caza y pesca natural. Nivel inteligencia menor a 50; no conocen tecnología, construyen simples techos con palma inclinados al piso para protegerse del ambiente. Son de raza pequeña, tienen los cabellos largos y están desnudos, su aspecto es desnutrido, mala alimentación, tasa de mortalidad alta, por contaminación con restos de animales y residuos dejados junto al río. Una revisión de todas las chozas cercanas estableció que los aborígenes eran unas 80 personas, de las cuales 32 podrían ser suficientes para esa tarea.”

“Entonces Adrin1 programó al ciberdroide para ejecutar la modificación biológica de fortalecimiento para que ejecuten la tarea de nivelar al halo. Si continuaba recibiendo luz solar consecutiva, podría obtener energía suficiente para elevarse un poco y con la fuerza combinada de los aborígenes, llegaría a nivelarse en la cima del cerro; de esa manera recibiría más energía solar y modificaría la posición de los dos halos exteriores, sobre el halo interior y así podría horadar la tierra para ocultarse dentro.”

Grenzio vio que, el visor holográfico cambiaba de fecha por añadas y al final mostró los resultados del plan.

Los aborígenes se veían robustecidos y divididos en dos grupos de ocho parejas, dispuestos para jalar la parte más alta del anillo exterior y nivelarlo. En la pantalla aparecieron varias tentativas que lograban reducir la inclinación unos grados, pero los aros no se movían. Sin embargo, los aborígenes procedían a ejecutar otras tentativas.”

Finalmente, la pantalla mostró un último intento, cuando Adrin1 logró iniciar la rotación del anillo interior y se elevó de un costado en tierra unos metros y los grupos aborígenes acudieron sin miedo a retenerlo horizontal y empujarlo hasta que el artefacto, efectuó, con su última energía, la unión de los anillos externos sobre el interno, y horadó un cráter en el morro y todos los indígenas del grupo de empuje gritaron a coro: ¡Uzumbí! (ha saltado). Los otros pares del grupo de jalado respondieron: ¡Azaeté! (se ha ocultado).

“Mintrode enchufó sus inyectores de comunicación y pasó toda la información a la única pantalla visible dentro del halo. Adrin1 trato de comunicarse con el módulo esférico y los intentos quedaron fallidos. Los meses y años pasaron por decenas, en un ajetrear robótico con varias tentativas para buscar partes del siniestrado halo, con pocos resultados."

“El ciclo de enseñanza y mejoramiento genético prosiguió, cambiándoles el aspecto feroz que tenían en la cara y elevando bastante su estatura. Por otra parte, introdujo energía briónica en el cerebro para cosecharla futuramente y reactivar a la esfera.”

"En menos tres generaciones, aparecieron imágenes con sorprendentes cambios en la anatomía de los aborígenes recién nacidos, que fueron adquiriendo características somáticas de otras razas que Adrin1 tenía en sus datos biogenéticos. Les dio el nombre Amborí (renacidos). "

"Mintrode prosiguió a cumplir la última instructiva dedicándose a la tribu, enseñando el proceso para talado, selección, cortado y armado de árboles madereros. Los Amborí adquirieron características palafiticas, aprendieron a edificar sobre ríos y lagunas, para aguantar los períodos de desborde e inundación. La tribu nómada se convirtió en sedentaria y aprendió: a fabricar arcos y flechas; agricultura tropical y el uso de hierbas naturales medicinales y mortíferas, como la fabricación de canoas movidas por remos."

"Un pequeño reino poderoso se estaba formando, gracias a la intervención biogenética imprevisible y difundida por un pequeño ciberdroide, sin supervisión. La aldea, que apenas contaba con unos 100 habitantes se había incrementado prolíficamente hasta 800; Los Amborí se volvieron expertos guerreros, labriegos, artesanos y proliferaron tanto que empezaron a buscar horizontes más extensos."

"Mintrode dedicado a deambular por la zona, se había entrampado en una rutina. Permitió que se tapara el morro piramidal con la maleza invasora. El techo del morro, se cubrió de verde y fue tapado en todos sus contornos, impidiendo la llegada de rayos solares, reduciendo al mínimo la actividad supervisora del halo Adrin1. "

"Con el avance tribal, llegó el ansia de guerra y expansión, la sangre guerrera, en estado latente, había despertado. Los caciques, habían formado un régimen de obediencia sumisa. Los prisioneros eran sacrificados en una ceremonia, donde eran sacrificados para comerlos, a excepción de la cabeza, que era arrojada a la poza Azaeté."

"Había llegado una costumbre antropófaga a la tribu guerrera Amborí, sin supervisión de su iniciador. Pronto las secuencias conquistadoras, subiendo y bajando el gran río, se hicieron periódicas y los retornos triunfales como un acontecimiento y gran fiesta en la aldea, transformada en una comarca de más de 1.000 personas, diseminadas a orillas del río Paramingú."

A Grenzio le parecía que todo transcurría normal, tratándose de un pueblo guerrero codicioso de sus vecinos, si no fuera por un pequeño, pero relevante acontecimiento que ocurrió una noche cerrada:

“La pantalla, mostraba un movimiento inusitado de Mintrode, que se dirigía a la cima del morro y empezaba a limpiar toda la maleza exterior acumulada por añadas e ingresaba a la sala donde el halo había activado varias pantallas y zumbaban sus tres aceleradores hadrónicos. El halo se hallaba más energético."

"Era un gran suceso y no provenía de alguna fuente espacial. Solo existía una explicación. ¡El Guardián había despertado! y enviaba su energía briónica a Adrin1, que intentó contactar a la esfera, y no pudo, así que ordenó al Ciber ir de inmediato a la serranía."

"Cuando Mintrode llegó al segundo pico, las imágenes que vio Grenzio, le produjeron intrigantes sensaciones. Se veía al ciberdroide tratando de ingresar a la cueva, pero ésta seguía cerrada, sin embargo, en el pico se distinguía claramente un fino rayo azul saliendo por la cima y a seguir se veía a Mintrode subir en forma zigzagueante, hasta que alcanzó el pico y empezó a cavar entorno al rayo y en poco tiempo vio salir un gran destello de luz azulina."

"El ciberdroide escaneó cuidadosamente hasta unos tres metros dentro el hueco y logró grabar una parte en que se veía la cueva; había abierto un hueco y podía detectar una buena parte de la baliza automática que estaba en el techo y esta brillaba emitiendo rayos azules de comunicación, pero la apertura no era lo suficientemente amplia para permitir salir integralmente de los rayos y enviar su ubicación, ni el ciberdroide podía ingresar por el pequeño hueco."

"Mintrode no estaba capacitado para efectuar trabajos de perforación, se requería tener energía de la esfera y programas específicos. El ciberdroide efectuó varios torpes intentos para mover algunas piedras que estaban en la cima y no pudo llegar a buen término. Entonces retornó hacia el halo, donde trato de comunicarse, sin éxito. Sin embargo, terminó de limpiar los ramajes superiores y el halo recibió por varios días luz solar plena, que le proporcionó más energía; esta vez, no para elevarse, para entregársela en su totalidad al ciberdroide."

"Los aborígenes, que veían absortos las idas y venidas de Mintrode, decidieron seguirle hasta la cordillera y se atrevieron a subir la alta serranía, aquejados por el esfuerzo de soportar la altura. La noche les cayó y contemplaron asombrados, como el ciberdroide trataba de horadar la cima del segundo pico y gritaron a voces Aramía (que buscas) y al poco tiempo, salió una pavorosa llama azul que se tragó al ciberdroide, provocando una estampida aborigen, rodando por las colinas."

"Este suceso quedó marcado, cuando a las tres horas de cada madrugada, salieron imágenes de un haz poderoso que irradiaba una secuencia de pequeños rayos azules, que contenían señales codificadas, dirigidas hacia un punto específico entre las estrellas; la sonda enviaba señales de posición y auxilio. Había sido activada la esfera azulina que, miraba en forma siniestra hacia la aldea."

"Posteriormente, tras varias semanas, Grenzio vio cómo la tierra fue horadada desde adentro la cueva, despejando también maleza y escombros que habían tapado el acceso. Mintrode apareció de nuevo y forjó una puerta con materiales provistos por la esfera, que parecía haber recuperado una parte de sus poderes a través de su antena."

"Mintrode desapareció y días después salió conformado por una docena de anillos, cada cual provisto de varios artilugios extraños con funciones múltiples que horadaban la tierra, como si fuera mantequilla, y empezaban a trazar y construir un túnel para un canal abierto, que salía de la cueva y bajaba con matemática precisión parabólica y atravesaba la aldea tribal hasta llegar dentro el cerro mirador, donde construyo una caverna. La obra le tomó varios días, pero no sólo terminó el curso de unión, se puso a trabajar en lo que parecía un nuevo techo para la caverna, sostenido por dos columnas, que en realidad soportaban la base interior del halo. Luego prosiguió construyendo otro ramal subterráneo hacia la desembocadura del río Paramingú con el gran río Marube."


"Volvió a Aramía y allí, abrió en la laguna, una salida, con puerta automatizada, para proveer con caudal suficiente el canal artificial, que los Amborí llamarían después, Dorimalda (aguas cristalinas) y bajo ellas, Mintrode había construido un canal tubular doble hermético de transporte neumático entre ambas cuevas. Cada canal poseía una cápsula calculada para comportar la forma y longitud de un humanoide.”

“Mintrode empezó a probar todas las partes del moderno sistema, con el envío y reenvío de las cápsulas herméticas por el canal hidro-neumático. Parecía, que todo el sistema funcionaba bien, pero al tercer envío, se produjo una gran explosión, que hizo desaparecer: la cueva, el morro, la aldea y el sueño estrambótico que le acompañó tenazmente, durante toda su travesía por el río."

Grenzio despertó sobresaltado, había tenido el más largo sueño de todos. Este último se había quedado grabado en su mente, recordaba nítidamente a un fabuloso ciber robot y su entretenida vivencia cerca de una misteriosa tribu. Se hallaba echado en el piso de la lancha, cuyo motor había bajado sus revoluciones; notó que el sol aparecía tímidamente porque era muy de madrugada y su guardia estaba dormido como siempre.

Entre la bruma matinal y cansado por no haber dormido toda la noche, pudo divisar su llegada a un precario puerto conformado por varias casuchas y un destacamento militar; sobre una plancha clavada a un árbol, vio el nombre del sitio: Puesto C’Orligni.

Había llegado a su destino final.

En ese mismo instante, parado sobre el amplio ventanal del mirador Uzumbí, el anciano brujo de la tribu, Archayutén, dirigía su vista hacia el puesto militar sintiendo en el aire una mescla de sensaciones psíquicas que emanaban de alguna persona, recientemente arribada al puesto militar, que también dirigía su mirada hacia la tribu.

La misión Arúmeden LXV había empezado.

Arúmeden

Подняться наверх