Читать книгу El tratamiento natural de las alergias - Rosa Graciela Guerrero - Страница 8
ОглавлениеLos principales alérgenos
Toda sustancia extraña al cuerpo, sea cual sea su origen, puede dar lugar a una respuesta inmunitaria inadecuada, en otras palabras, a una alergia. La gran variedad de alérgenos potenciales se ve incrementada tanto por una serie de sustancias fisiológicas internas alterables como por agentes infecciosos capaces de dañar el escudo de defensa del organismo —es decir, las mucosas y la piel— y hacerlo permeable a los alérgenos.
Cualquier sustancia extraña al cuerpo, sea cual sea su origen, puede dar lugar a una reacción alérgica
Los alérgenos con mayor capacidad antigénica se han clasificado según afecten a un sistema u otro del organismo, aunque algunos pueden involucrar a más de uno a la vez.
LOS NEUMOALÉRGENOS
Un neumoalérgeno es toda sustancia del medio ambiente capaz de provocar una reacción o cuadro alérgico respiratorio. Los más habituales son:
• Pólenes
Son los principales causantes de las manifestaciones alérgicas respiratorias. Un amplio grupo de especies vegetales son anemófilas, es decir, utilizan el viento para la polinización. La planta libera el polen en el aire y el viento lo dispersa y transporta incluso a kilómetros de distancia. Los alérgicos al polen suelen experimentar rinitis, conjuntivitis e incluso ataques de asma, según el grado de concentración que haya en la atmósfera. En las regiones mediterráneas, los cipreses, los fresnos y los plátanos son los árboles que causan más problemas a los alérgicos.
La temporada de los pólenes empieza a primeros de febrero o incluso antes, según la latitud. En España, los árboles son los primeros en liberar polen: el avellano, el olmo, el sauce o el álamo florecen entre febrero y marzo. De marzo a abril es el turno del fresno, el roble, el plátano. Entre mayo y julio se desprenden los pólenes de las gramíneas, de las que forman parte los cereales: trigo, cebada, maíz, avena, etc. La temporada concluye con hierbas como el diente de león, la ambrosía, la ortiga o el trébol, que polinizan entre julio y noviembre según el clima. A ello hay que añadir que los pólenes de las plantas perennes, como las parietarias, están presentes todo el año y pueden causar fenómenos de alergia crónica como el asma.
El contenido de alérgeno en el aire no solo depende de cada estación, sino también de las horas del día: es más intenso en las primeras horas de la mañana que en las de la tarde. Parece ser que esta es la causa por la que los alérgicos al polen tienen más molestias al levantarse. Así mismo, la meteorología influye en la concentración de polen: en un día cálido y seco hay más alérgenos en el aire que en uno lluvioso.
Una de cada tres personas alérgicas al polen presenta también una hipersensibilidad frente a determinados alimentos, que se origina por reacciones cruzadas entre el polen y los alérgenos de dichos alimentos debido a que ambos tienen una microestructura muy similar.
• Polinización débil • Polinización intensa
Fuente: Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
• Mohos y levaduras
Los mohos son hongos microscópicos invisibles al ojo humano. Se tornan visibles solo cuando se junta una gran cantidad y se amontonan en el mismo punto formando una capa verdosa sobre la superficie de un alimento o de una zona húmeda.
Los mohos están en todas partes, tanto dentro como fuera de las casas. En la naturaleza se reproducen fácilmente en lugares húmedos, sucios o en descomposición como son la tierra y la hojarasca. En las casas los encontramos en las macetas, en áreas húmedas como el baño, la cocina o la bodega. También proliferan en alimentos como el pan, el queso o la fruta.
Las alergias provocadas por los mohos tienen que ver con su forma de reproducirse, ya que lo hacen esparciendo sus esporas en la atmósfera. Los síntomas que producen en la persona alérgica son la irritación de las mucosas de las vías respiratorias, con la consiguiente rinitis o, en algunos casos, asma bronquial.
• Pelos de animales
Casi dos tercios de las personas alérgicas a los animales lo son a raíz del contacto con sus propias mascotas domésticas. Los alérgenos de los animales se encuentran en los pelos, en las glándulas sebáceas, en la orina y en la saliva. Los síntomas más habituales que provocan son la rinitis alérgica, el edema de párpados, crisis de tos, ataques de asma o urticaria.
Se calcula que un 18% de los alérgicos lo son a alérgenos de origen animal. De este porcentaje, el 50% presenta reacciones de hipersensibilidad al pelo de los gatos. Ello se debe a que este animal pasa la mayoría de su tiempo lamiéndose el pelo y depositando allí una enorme cantidad de saliva, que es donde se halla el alérgeno. Entre otros animales que desencadenan alergias cabe citar a liebres y caballos, que afectan a un 40% de las personas propensas, seguidos de los perros, con un 25% y los pájaros, con un 10%.
• Polvo doméstico y ácaros
El polvo de las casas contiene muchas sustancias de efectos alérgicos. Además de las reacciones a las esporas del moho y pelos de animales que se mezclan con el polvo, los alérgicos están también expuestos a los ácaros. En este caso el alérgeno no es el propio ácaro, sino sus excrementos.
Los ácaros comparten la vida con nosotros, aunque no podemos verlos porque tienen dimensiones microscópicas. Están escondidos en los colchones, en los edredones, en las alfombras, en los tejidos de origen sintético o natural, y amargan la vida a las personas sensibilizadas ya que les provocan rinitis y crisis de asma. Su presencia no depende de la falta de higiene o limpieza, dado que estos seres minúsculos son un componente natural del polvo de la casa como lo son las bacterias, las esporas de mohos, los pelos, las escamas cutáneas, los pólenes, etc. Los ácaros no transmiten enfermedades y, para quien no es alérgico, resultan totalmente inocuos. Se alimentan de residuos de piel muerta que tanto los humanos como los animales pierden continuamente.
• Venenos, saliva y excreciones de insectos
El veneno de la picadura de las abejas, avispas, avispones, abejorros y hormigas puede ser un peligroso desencadenante alérgico. Todas las personas reaccionan a una picadura con desagradables molestias locales como prurito, hinchazón y rubefacción. Pero cuando se es alérgico al veneno de estos insectos pueden aparecer graves reacciones generales que, en algún caso, lleven al shock anafiláctico. Es una de las alergias de reacción inmediata que requieren un tratamiento instantáneo.
LOS TROFOALÉRGENOS
La exposición a los alérgenos alimentarios —denominados trofoalérgenos— empieza muy pronto, en la primera infancia. Las reacciones de hipersensibilidad se pueden presentar, en principio, ante cualquier alimento o sustancia que lo componga. Sin embargo, hay una serie de alimentos que con mayor frecuencia desencadenan reacciones alérgicas.
Destacan: la leche de vaca y sus derivados, los huevos, los crustáceos, la carne de cerdo, los cereales con gluten, algunas leguminosas como la soja y los cacahuetes, las solanáceas (tomates, berenjenas, pimientos, etc.), algunas frutas (kiwi, melocotón, albaricoque, fresa, aguacate, plátano, ciruela, etc.). Las alergias producidas por alimentos pueden provocar desde diarreas, gases y dolor de estómago, hasta dificultades respiratorias, eccemas, hinchazón de la mucosa de los labios, dolor de cabeza y estados depresivos.
A todo ello hay que añadir el extendido uso de los aditivos alimentarios, el abuso de los pesticidas, herbicidas y fármacos veterinarios, más la presencia de partículas provenientes de los plásticos y el metal utilizados en la industria del envasado. Las reacciones del organismo ante estos agentes extraños son consideradas seudoalergias, ya que no se trata de un proceso inmunológico pese a que las alteraciones que provocan son similares a las alérgicas.
LAS REACCIONES CRUZADAS | |
GRUPO ALIMENTARIO | ALÉRGENO CRUZADO |
Albaricoques, cerezas, sandía, kiwi, melón, ciruelas, melocotones, manzanas, tomates, etcétera | Gramíneas |
Zanahorias, peras, hinojo, apio, avellanas, nueces, cerezas, pescado, etcétera | Abedul |
Sandía, melón, plátanos, alcachofas, apio, pipas de girasol, lechuga, achicoria, etcétera | Compuestas |
Crustáceos y moluscos | Ácaros |
Huevos | Pelo de animales |
Vinagre, hongos, levadura de cerveza, yogur, quesos fermentados, etcétera | Moho y hongos |
Cerezas, melón, cacahuetes, guisantes, etcétera | Parietaria |
Nota: En personas alérgicas, algunas familias de alimentos pueden provocar reacciones cruzadas (cross reactions) con determinados alérgenos volátiles y amplificar los síntomas. En la tabla se indican los alimentos susceptibles de crear cross reactions y los alérgenos relacionados.
LOS ALÉRGENOS DE CONTACTO
Muchos de los componentes químicos de los productos de limpieza, detergentes y cosméticos provocan reacciones alérgicas o dañan la piel de tal manera que la dejan permeable a sustancias tóxicas, hongos, bacterias o virus. Los detergentes pueden tener efectos alérgenos por las enzimas, por las fragancias o por los colorantes utilizados. Los productos de limpieza de muebles y alfombras contienen además disolventes nocivos para la salud. El eccema de contacto es la reacción de hipersensibilidad más frecuente producida por estos alérgenos químicos.
Entre los metales, el níquel que contienen las joyas, la bisutería, las cremalleras, las hebillas o las monturas de gafas es, a menudo, el alérgeno desencadenante del eccema alérgico de contacto.
En las alergias producidas por la goma, no suele tratarse de una reacción a la materia prima sino a los aditivos utilizados en la elaboración del objeto: endurecedores, antioxidantes, plastificantes, apelmazantes, colorantes. Quien es hipersensible a la goma suele serlo a todos los productos fabricados con látex.
En este apartado también entran los tejidos. Aunque las prendas de algodón pueden producir reacciones de hipersensibilidad en ciertas personas, son las fibras sintéticas y los materiales naturales tratados con productos químicos los causantes de irritar gravemente la piel y producir reacciones alérgicas. En la industria textil se utilizan hoy en día más de 8.000 preparados, que van desde sustancias inocuas hasta algunas que pueden llegar a ser muy tóxicas. En los países occidentales se ha prohibido la utilización de muchos productos químicos de probada toxicidad, pero la gran mayoría de prendas que se venden en los comercios proceden de países con una reglamentación ecológica más permisiva.
LOS ALÉRGENOS MICROBIANOS
La mayoría de los agentes microbianos son capaces de producir hipersensibilidades retardadas, pero también de desencadenar reacciones inmediatas debido a un proceso infeccioso. Muchas veces es difícil distinguir entre infección y alergia.
La exposición reiterada a microbios provoca la reacción de los mecanismos tanto inmunológicos como no inmunológicos frente a agentes alérgenos microbianos. Esto origina una constricción persistente de los bronquiolos. Aparece la tos y el edema, que acentúan la irritación bronquial y acaban dañando las mucosas de las vías respiratorias. Surgen las crisis de asma, cuya causa primera es de difícil diagnóstico ya que, en este caso, las infecciones y la alergia a los agentes infecciosos suelen ir de la mano.
LAS RADIACIONES SOLARES
La alergia a los rayos del sol es cada vez más frecuente, y la contaminación tiene su parte de culpa. Además de reducir la capa de ozono de la atmósfera —que nos protege la excesiva irradiación solar—, la contaminación actúa como un catalizador que aumenta sus efectos.
Los síntomas de la alergia al sol se manifiestan en forma de enrojecimiento e inflamación de la piel, sobre todo en las partes de nuestro cuerpo que están más descubiertas, como el cuello, los antebrazos y los hombros. La zona irritada de la piel se llena de puntitos rosas con poco relieve que causan picazón y ardor.
Generalmente, esta alergia se debe a la exposición excesiva a los rayos infrarrojos y ultravioletas sin haber dado tiempo a la piel para que fabrique la película de bronceado. La alergia moderada retrocede en cuanto la piel empieza a producir melanina, que luego se convertirá en bronceado. En las personas predispuestas, un exceso de sol puede desencadenar un herpes, normalmente alrededor de los labios.
• El eccema fotoalérgico. La combinación de la exposición al sol, por breve que sea, y un producto concreto aplicado sobre la piel puede dar lugar a una reacción de hipersensibilidad que se manifiesta en forma de eccema. La causa es la alteración de las sustancias químicas contenidas en el producto debido a la acción de las radiaciones solares.
Las sustancias más conocidas que provocan fotoalergia son los perfumes, los cosméticos, los aceites esenciales, las lociones antisépticas, algunas cremas farmacológicas (como las pomadas antihistamínicas) e incluso los productos solares. También pueden desencadenar reacciones fotoalérgicas algunos fármacos ingeridos por vía oral: diuréticos, antiinflamatorios, antibióticos, algunos anticonceptivos, así como ciertas plantas como el hipérico, el hinojo y otras umbelíferas. En este caso, la manifestación más frecuente es la aparición de manchas rojas en las zonas descubiertas como la cara, el cuello, los brazos y las manos.
LOS MEDICAMENTOS
Las reacciones alérgicas más habituales que suelen provocar los medicamentos son urticarias, erupciones cutáneas, rojeces, inflamación de mucosas y dolores articulares, pero en personas hipersensibles pueden llegar a desencadenar un shock anafiláctico que les provoque la muerte. Son especialmente peligrosos aquellos que son inyectados directamente en el organismo, sin pasar por el aparato digestivo.
Los fármacos más comúnmente asociados a manifestaciones alérgicas son las sulfonamidas, los antiinflamatorios no esteroideos —aspirina, paracetamol— y los antibióticos, en especial los de la familia de la penicilina. También producen sensibilización los antidepresivos, los sedantes y los ansiolíticos. Curiosamente, existe una alergia —eso sí, poco frecuente— a los antihistamínicos, que son fármacos antialérgicos.