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La nueva comunicación

Me gusta pensar en la lengua como un elemento esencial del hogar, es a través de ella que han crecido muchas generaciones y gracias a la comunicación oral y escrita hemos construido historias que nos ayudan a conectar con nuestras raíces. El lenguaje es la puerta de entrada a nuestro entorno; es, en sí mismo, el hogar ampliado que nos conecta con la comunidad, con el conocimiento, con la tradición. Gracias al cual, cada cosa tiene un nombre y ocupa su lugar.

El mundo ha crecido y por consiguiente el lenguaje. A gran velocidad aparecen nuevos aparatos y nuevas actividades, adoptamos nuevos verbos en la medida en que cada día hay nuevas formas de trabajar y de relacionarnos con el medio. La tecnología y la comunicación virtual han llegado para dar un vuelco a la vida diaria y a nuestro entorno. Para enriquecerlos y para confrontarnos. Tenemos en el mundo virtual una herramienta muy útil de comunicación, en la que sería ideal tener en cuenta lo que yo identifico como un acercamiento a la noción de la ecología de la escritura. Ecología interpretada como respeto y conservación. Y este concepto lo cobija todo: respeto por la lengua y respeto por los receptores del mensaje. Cuidar las palabras y el tono, tener presente eso que llaman, en este nuevo lenguaje ampliado que se va tomando la vida diaria, la netiqueta; quizá no necesita explicarse demasiado. Todos sabemos lo que es comportarse de manera correcta con los demás y la netiqueta pretende que esas normas básicas de buen comportamiento se trasladen a la manera como nos expresamos en los medios virtuales.

Cada día, con mayor fuerza, el pensamiento deja de ser privado. Las personas quieren que muchos otros sepan cómo piensan, qué opinan sobre esto y aquello; lanzan convocatorias que buscan un seguimiento masivo. Nunca antes, la palabra escrita había conseguido propagarse de manera tan rápida y masiva, nunca antes había sido tan evidente la responsabilidad social de la palabra escrita. Gracias a las redes sociales podemos influir en el pensamiento de toda una colectividad y propiciar reacciones en cadena.

Escribir es un ejercicio de comunicación, por sobre cualquier otra consideración de estilo o de estética literaria. Le habla el escritor al lector desconocido y establece un lazo con él, un conocimiento mutuo que puede perdurar si el mensaje se trasmite con toda la carga de significado y la precisión de una flecha lanzada con buena puntería.

La palabra escrita, escrita está. Es una prueba de nuestro pensamiento y un testimonio de nuestra cultura. Es una carta jugada. No sobra, entonces, preguntarse: ¿Qué hacer para que la nueva comunicación, con todas las ventajas de las que no queremos prescindir, sea también un ejemplo de pensamiento claro, de precisión en la palabra, de concreción y respeto?, ¿cómo lograr que una vez puesto el dedo en la flecha de enviar no nos quede el mal sabor de que se nos fue un error en la forma o de que emitimos un juicio ligero?, ¿cómo conseguir que el lenguaje enriquecido por la nueva terminología que no pertenece a ninguna lengua sino a una nueva manera de ser comunidad, le dé a la expresión un nuevo aire en lugar de limitarla?

Ahora escribimos más que nunca. Basta con observar a los más jóvenes y a los mayores también sentados a una mesa de restaurante o en la banca de un parque, colgados de la barra del bus, en la cola del aeropuerto, en todas partes. Siempre atentos a los mensajes de su celular y prestos a responder de manera inmediata, muchas veces sin pensar, sin que la respuesta pase por el colador de la consciencia. La redacción y la ortografía son un tema ignorado en aras de la inminencia, de la inmediatez, en aras de la maravilla de poder vivir en muchas partes en tiempo real. Con la limitación impuesta por el medio mismo, unos más exigentes en este aspecto como el trino, de ser económico en las palabras. La economía en las palabras es una limitación y al mismo tiempo un desafío maravilloso. Obliga a ser concretos en el pensamiento y eficaces en la expresión. Ser concretos, eficaces y precisos no es tarea menor. Es un ejercicio de la inteligencia que trae a la memoria aquella antigua máxima de Baltasar Gracián según la cual «lo bueno, si breve, doblemente bueno».

El lector de mensajes virtuales es un lector pragmático, tiende a leer en diagonal en busca del corazón del texto. Por esto, si el autor del mensaje quiere llegar a la mayor cantidad de lectores, debe ser cuidadoso en extremo en la elección de las palabras. Buscar las que reflejen con mayor exactitud lo que quiere decir y evitar la ambigüedad. Incluso en los mensajes personales, el receptor agradecerá que seamos directos y cuidadosos del lenguaje.

El auge de la comunicación virtual se ha visto reflejado en la literatura. Algunos autores han trasladado el género epistolar a una secuencia de correos electrónicos a través de los cuales cuentan una historia. Contra el viento del norte de Daniel Glattauer y El corazón de Voltaire de Luis López Nieves son ejemplos del nacimiento de un nuevo género que está influenciado por las nuevas formas de comunicación.

Propongo algunos ejercicios en los que, sin la presión de la inmediatez, juegue con herramientas poderosas de la comunicación virtual y explore sus alcances.

Ejercicios

El lenguaje cuidadoso en la comunicación virtual

Con el ejemplo de las obras que menciono arriba, cree una historia en la que intervienen solamente dos personas y que se cuenta a través de correos electrónicos. Cada mensaje debe ser de diez líneas como máximo.

Haga el ejercicio anterior con la participación de más personajes. Recuerde que la secuencia de los mensajes es importante para darle continuidad al relato.

Cree un grupo imaginario de chat que discute sobre las cadenas de oración. Ponga a los participantes a opinar sobre el tema y sea cuidadoso en que cada uno sea totalmente reconocible por la manera de expresarse y por la posición que tiene frente al tema.

Va a lanzar una línea de zapatos a través de la red social. Escriba un texto de cuatro líneas para invitar a conocerlos y a comprar.

En ciento cuarenta caracteres lance una campaña a favor del uso de la corbata en los zoológicos.

Imagine que hace una prueba para un periódico virtual. Propóngase escribir cada día, durante una semana completa, un comentario sobre la noticia que le resulte más relevante, en máximo cinco líneas.

En ciento cuarenta caracteres haga el lanzamiento de una novela escrita por usted.

De la imaginación a las palabras

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